Taxi Driver en la página 77

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Comencé a comerme las uñas y terminé comiéndome la polla. Con una sonrisa en la boca. Vida en los ojos.

Fue una etapa de la vida que todo me aburría. Leer, follar, respirar, ver cine, estar callado, los amigos, desear la muerte. Los atardeceres color sangre. El sol de los muertos, también; y cuando el sol de los muertos aburre, es que la cosa se ha retorcido y tiene la boca negra como esa serpiente de no sé qué parte de África. La mamba.

La serpiente y el dragón de Komodo me incomodan. En verdad me acojonan. Otros bichos también. Muchos bichos. Pero la mamba y el dragón producen en mí un terror que me lleva a no parpadear.

De repente una noche el aburrimiento hizo crack viendo Taxi Driver. Scorsesse lo había conseguido. Y De Niro. Y la banda sonora. Y la puta película que me llevó a casa con la cabeza pariendo ideas y más ideas y muchas más ideas. Sentado ante una máquina de escribir Dios en plan aliado. ¿Era Dios? A mi lado casi toda la noche.

Desperté sobresaltado.

Reanudé la escritura.

Recordaba el todo. No hacía falta leer.

Interior. Día. Casa de Víctor.

La niña se desnuda y Víctor fuma. El viejo Víctor camina hacia ella. El cigarro en la boca. La niña llora. Tierna. No se mueve.

-¿Tienes frío?

-Sí.

Víctor recoge la ropa del suelo y se la entrega.

-Vístete.

Camina de regreso a la silla.

-Hoy es mi cumpleaños.

-Felicidades.

-Gracias.

Ahí terminó, en la página 77, el guion de algo que iba a convertirse en una gran película.

La pederastia, el alcoholismo, la herrumbre del alma, el pozo sin fondo de chicos y chicas atrapados en.

Fue una etapa con Zaratustra aquí y allá. El manifiesto comunista para cagar, para follar, para rezar. Los escritores rusos y Pasolini entrando y saliendo sin permiso de este cuerpo.

No había tiempo para aburrirse.

¡Ah, pero si el aburrimiento se cuela por una rendija! Uf, estás perdido. Salen huyendo los demonios, los ángeles, la vida tal y como la conoces. El aburrimiento no se arrastra, no vuela, no sé cómo hace para llegar a.

Sabes que entra en tu vida como la depresión vacía la botella de güisqui. En mi caso.

Mejor la depresión que el aburrimiento.

Depresivo escribo, leo, me reconozco. Hola Silvia Plath.

Si el aburrimiento me encarcela, qué será de ese sol de los muertos que aparece en las tardes para recibir el saludo del hombrecillo cualquiera que.

¿Qué?

Que otrora tenía sueños y así valía para llenar los pulmones de historias.


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