Un Lugar Maravilloso

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Estaban unos novios platicando en la casa de ella, nos los encontramos abrazados en la sala,  planeando a donde ir el domingo, para hacer algo diferente, ella sugería ir a una plaza comercial a caminar y ver los aparadores, él le contesto pero eso lo podemos hacer cualquier día, mejor vamos a aprovechar que es verano y que los días son calurosos, para ir al campo, Roberto agrega: sé de un lugar que te va encantar, tú nada más ponte ropa para ir al campo y yo me encargo del resto. Delia le responde pero dime a donde vamos a ir porque debo de avisarles a mis papás para sacar el permiso, pues así sin decir a donde, pues no lo hay.

Roberto se va a la cocina para decirle a la mamá de Delia cuáles son sus planes, pero que no quiere que sepa su hija a donde la va a llevar al día siguiente, además, le aclara que está seguro que allá funciona el celular, para cualquier cosa que se pudiera necesitar. La mamá le tiene confianza a Roberto y le dice que no hay problema, pero que como quiera le encarga mucho a su hija.

Roberto se despide y se va a su casa para preparar las cosas que van a llevar al día de campo, saca una canasta que su mamá guarda en la alacena y hace varios lonches de jamón con queso amarillo, los envuelve con servilletas cada uno, para tener que comer en el lugar, agrega unos jugos de naranja y varias latas de refresco en una hielera pequeña, por el lado de comer y beber todo esta listo. Se va a la gasolinera para cargar gasolina y checar las llantas, esto para ganar tiempo, ya que se comprometió a pasar por Delia a las 8:00 a.m.

Se fue a su cuarto y empezó a revisar su cámara de fotos, limpiando la memoria y cargando la pila, para no llevarse ninguna sorpresa, es una cámara casi profesional que le había regalado un tío, para que Roberto se interesara igual que él por la fotografía, y al parecer lo estaba consiguiendo.

A la mañana siguiente despertó temprano y sin hacer ruido, sacó los loches del refrigerador, tomo la canasta, la hielera y la cámara para pasar por Delia, el día era ideal para salir al campo, en 20 minutos estaba en casa de Delia, domingo en la mañana hay poco tráfico, no quiso utilizar el claxon para no despertar a los papás de ella, por ser domingo, se bajó de la  camioneta y tocó la puerta haciendo poco ruido, volteó a la ventana del cuarto de ella y vio que le decía que en un ratito salía. Él estuvo parado en la cochera, cuando ella salió él se volvió a enamorar de ella, se veía tan bonita, se había peinado con unas pequeñas trenzas pegadas a los costados de la cabeza y una blusa blanca de manta con unas flores bordadas de muchos colores y un pantalón de mezclilla con algunas roturas, ella estaba perfecta para Roberto, él con cara de enamorado le pidió un beso y le quito de su mano una bolsa de tela rayada.

Se subieron a la camioneta, ella se puso a un lado de él, acomodo el cinturón de seguridad y le pregunto en forma coqueta, ¿pues a donde me llevas? , ¿porque no dices nada?, el solo sonrío ante su voz coqueta. Se acomodó en el asiento, le dice: es una sorpresa, es un lugar no muy lejos que diariamente veo cuando voy en el tren hacia mi trabajo, tengo varios días que me he sorprendido de la belleza del lugar, vuelve a preguntar Delia, si se ve desde el tren ¿puede ser que este muy lejos de personas entonces? Roberto contesta no creo, la mayoría de las personas que viajan en el tren, van viendo solamente su celular o van con actitud de aburridos, se pudiera decir modo adormilado, ven pero no ven nada.

Salen de la ciudad hacia el norte y en el kilómetro 42  dan vuelta a la izquierda a un camino de terracería, ella se agarra al brazo de el por la brincadera de la camioneta y se fija en el radio si está fallando la estación que venían oyendo, de pronto se acaban los arboles de las orillas del camino y aparece un espectáculo maravilloso, es un campo sembrado con puros girasoles, ella abre mucho los ojos y le pregunta ¿es este lugar a donde me habías dicho que veníamos, verdad?, él contesta con un movimiento de arriba abajo con la cabeza y una sonrisa de gusto, ella dice : es un lugar hermoso, nunca había visto algo así, son millones de girasoles que hacen que el paisaje sea vea como una alfombra amarilla, voltea y le da un beso, por el detalle de haberla llevado a ese lugar.  Se estacionan más adelante en una planicie, buscando una sombra y se bajan de la camioneta, ella le dice: pues en verdad que es un lugar hermoso, y va a ser un domingo muy diferente, este espectáculo no lo podemos disfrutar todo el año, estamos en su momento, que bueno que no las han cortado, sí, pensé en eso, le dice Roberto: estuve toda la noche preocupado con eso, pensando ojalá no las hayan cosechado porque entonces todo va a ser inútil.

Roberto sacó su cámara y empezó a hacer fotografías de ella con el fondo de los girasoles, como están en un lugar en donde había señal, empezaron a subir las imágenes y todos los amigos los felicitaban por haber hecho fotos tan bonitas.

Delia le dice a Roberto, pero ¿cómo es posible que las demás personas que van en el tren nadie este admirando este paisaje tan bonito?, Roberto le dice: ¿Cuantas veces andamos por la calle, ocurren cosas interesantes y no las vemos?, estamos en un modo autómata, con anteojeras, como los caballos, no somos capaces de percibir, estamos tan distraídos en buscar la meta, que no nos percatamos del camino, no vemos nada, ni a nosotros mismos.

Delia le pregunta a Roberto, ¿se les llama girasoles porque van dando vuelta, como buscando el sol? Sí, por eso se llaman así, estas plantas tienen vida, se van moviendo conforme rota el sol y además se duermen cuando es de noche, bajando la cabeza.

Bueno, te debo de confesar algo, le dice Delia a Roberto, que sí sabía a donde venía, por eso me puse esta blusa de flores bordadas, ¿te dijo tu mamá, no supo guardar el secreto? No lo que pasa es que ella se preocupa y sabe que le tengo miedo a las abejas entonces me puso repelente en la bolsa para no sufrir por eso, y que estuviéramos más a gusto. No te enojes con mi mamá, tómalo por el lado amable. Bueno pero ya saca los lonches porque no desayuné, luego seguimos con el paisaje…

 


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