Profesora sexual

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
14277 visitas

Marcar como relato favorito

A espaldas de mi marido Andrés tengo una cuenta en Tinder que de vez en cuando utilizo para conocer hombres que me atraigan y con quienes pueda reunirme a saciar mi apetito sexual, ya que mi marido a veces no me deja totalmente satisfecha o simplemente me encuentro muy caliente.

Resulta que hace unas semanas me percaté de un mensaje que tenía en Tinder de parte de un joven de 20 años llamado Ángel quien me comentaba que deseaba perder su virginidad, aprender a tener relaciones sexuales y consideraba que yo, dado que tengo 40 años, podría contar con la experiencia para enseñarle.

Aunque no se veía muy atractivo, el chico si tenía lo suyo y la verdad me excitaba la idea de ser quien le quitara la virginidad, además que me llamó mucho la atención ser una especie de "profesora sexual".

Me contacté con Ángel y entablamos diversas conversaciones, intercambiamos fotografías, era muy directo en lo que buscaba, me contaba de su vida, su falta de experiencia en el ámbito sexual y cada vez que hablábamos me decía lo atractiva que me encontraba, que le encantaría conocerme y que yo sea su maestra en la cama.

No podíamos encontrarnos en su casa, ya que Ángel vive con sus padres, tampoco podíamos en la mía, ya que vivo con mi marido y mi hijo, así que Ángel me convenció para que nos reunamos en un motel y así fue como un día en que tenía libre del trabajo, cosa que no le informé a mi marido y así el creyó que había salido a mi jornada laboral, me reuní con Ángel en un café, nos saludamos un tanto distantes y pude notar que el pobre estaba muy nervioso y cohibido.

Para que se sintiera más cómodo y en confianza le comenté que no se preocupara conmigo, que lo iba a tratar bien, que me avisara si algo no le gustaba o le podía molestar y que estaba dispuesta a llegar a lo que el quisiera aprender en la cama.

Ya cuando Ángel se notó más tranquilo y comprendió que conmigo podrá aprender y practicar en la cama libre de prejuicios decidimos irnos al motel.

Llegando a la habitación ya nadie nos veía así que podíamos dejar de ser tan distantes, además que ya estaba decidida a ser su profesora sexual y el asumió el papel de alumno.

Nos sentamos al borde de la cama y le pregunté si sabía besar, nuevamente lo noté muy cohibido, así que le pedí que me besara y el me dio un beso en el que nuestros labios apenas se tocaron, evidentemente Ángel no tenía experiencia besando así que le pedí que lo intentara nuevamente, pero que está vez abriera un poco la boca y apenas lo hizo inserté mi lengua en su boca buscando la suya con el fin que hiciera lo mismo, lo cual al principio no le resultaba, pero luego creo que comprendió la dinámica y terminó besando bastante bien para mí sorpresa.

Así estuvimos besándonos a medida que lo acariciaba cuando le pregunté si le gustaría verme desnuda.

Ángel me miró y sonriendo me dijo que le gustaría mucho, lo miré, le sonreí y luego me comencé a desnudar por completo mientras Ángel me miraba sorprendido y aunque lo notaba algo tímido no dejaba de halagar mi cuerpo y piropeándome en todo momento.

Le solicité que también se desnudara, lo cual hizo rápidamente, ante lo cual pude ver que tenía el miembro completamente erecto, así que le pedí que se pusiera un condón, sin embargo, me dijo que no traía condones, que le había dado vergüenza comprarlos y esperaba que yo llevara conmigo.

No supe si enojarme o reír, finalmente conversé con Ángel sobre su experiencia previa y como me dijo que efectivamente nunca antes había estado con una mujer, sumado a que yo no estaba en mis días fértiles, acordamos hacerlo sin condón.

Me acosté boca arriba en la cama y le pedí que me besara los pechos, algo que me sorprendió porque me los acariciaba, besaba y succionaba de una manera que me excitaba bastante, bromeábamos con que tenía un talento innato para tratar los pechos de una mujer, a lo que me respondió que los míos eran enormes y le encantaban.

Posteriormente le pedí que fuera bajando sin dejar de lamer mi cuerpo, fue bajando y rápidamente llegó a mi vagina, allí estuvo pasando su lengua un buen rato, debo reconocer que no lo hacía nada mal, solo que su falta de experiencia causaba que algunos de mis vellos púbicos le quedaran en la lengua, pero lo tomamos con humor y reímos un rato al respecto lo cual sirvió para distender la situación.

Para ese momento Ángel había conseguido excitarme mucho, me sentía muy húmeda y ya necesitaba sentirlo dentro mío.

Le dije que ahora él se acostara boca arriba en la cama para poder subirme sobre él, lo hizo sin rechistar, entonces me monté sobre él, acomodé su pene en la entrada de mi vagina y de a poco comencé a bajar hasta que su miembro entró completamente, entonces lo miré a los ojos, aunque él estaba con la mirada fija en mis pechos, le dije que oficialmente ya no era virgen y nos reímos nuevamente.

Estando sobre él, le sonreí, le di un rico beso y comencé a menearme, subir, bajar, le preguntaba cómo se sentía y claramente ambos lo estábamos disfrutando.

Me dijo que era mejor de lo que había imaginado, que le estaba gustando mucho, se notaba que lo estaba disfrutando, yo también, por cierto, ya que Ángel tenía un pene enorme y grueso que podía sentir en mis paredes vaginales.

Estuve montada en Ángel disfrutando de su miembro dentro mío, el ya con más confianza me acariciaba la espalda, el trasero, apretaba y lamía mis pechos, nos besábamos constantemente, yo disfrutaba como Ángel intentaba succionar mi lengua cuando finalmente escuché unos gemidos de su parte que intentó disimular, pero que no logró contener y pude sentir una potente descarga de semen en mi interior que también me hizo gemir de placer.

Me quedé estirada sobre él con su pene dentro mío mientras nos besábamos y acariciábamos a la vez que le comentaba lo buen alumno que era mientras el me halagaba y agradecía por ser su maestra.

Después de unos minutos, una vez que me levanté y Ángel sacó su miembro de mi vagina comenzó a gotear parte del semen, lo que nos causó mucha risa y con una mirada cómplice me dijo que tenía más por si quería.

La verdad es que yo pensaba que después de esto nos íbamos a ir del motel, pero en vista de que Ángel había recuperado su erección y yo por mi parte lo estaba pasando tan bien, le dije que lo hiciéramos nuevamente si él quería, a lo que me respondió que estaba listo para otro round.

Me recosté en la cama boca arriba y le dije que ahora a él le tocaba estar arriba, a lo que ni lento ni perezoso se subió sobre mí, intentó acomodar su pene en mi vagina, pero noté que le estaba dificultando, así que lo ayudé dirigiendo su pene a la entrada de mi vagina y entonces Ángel lo insertó fuerte hasta el fondo, algo que me encantó, lo acerqué a mí, lo abracé y sin soltarlo comenzó a sacarlo y meterlo dentro mío rápidamente a un ritmo frenético que me excitó de sobremanera a la vez que nos íbamos besando, el lamía y besaba mis pechos mientras yo abría las piernas para que entrara todo lo posible y así estuvimos varios minutos hasta que al terminar lo rodeé con mis piernas para que no se alejara y pude sentir nuevamente una gran descarga de su semen en mi interior.

Nos quedamos un buen rato en esa posición, su pene descargándose dentro mío mientras yo lo rodeaba con mis piernas y nos besábamos apasionadamente.

Una vez nos levantamos y nos vestimos quedamos de juntarnos nuevamente en cuanto nos sea posible para otras clases de sexo, practicar lo aprendido y probar cosas nuevas.

Así fue como me convertí en su profesora sexual.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed