Luz Atemporal (Primera Parte)

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Enviado el , clasificado en Ciencia ficción
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Se consiguió indagar en la esencia de los fotones y encontramos una fuente de energía inesperada. Ciertas partículas fundamentales, tenían la propiedad de plegar en un punto espacial, dos momentos de tiempo muy alejados el uno del otro. Eso quería decir que podíamos enviar información-luz a cualquier lugar espacio/temporal de la galaxia.
Empezamos a llamar a estas partículas "eones-atemporales" o partículas-ea. 
Diseñamos una entidad fotónica de tipo enjambre y distribuimos en su forma las partículas-ea que plegarian el espacio/tiempo. Podíamos hacer que el espacio de cualquier tiempo viajara hasta nosotros y visualizar e interactuar en su entorno de forma real, hasta el más mínimo detalle. 
Ya no hacía falta una nave para llevarnos a cualquier punto del espacio. El espacio/tiempo vendría a nosotros.
Después de rastrear grandes porciones de la galaxia, no encontramos vida tal y como la concebimos. No había ni rastro de inteligencia.
Ir más allá fue imposible ya que el espacio/tiempo en el vacío no tenía puntos de referencia, y sólo conseguíamos plegar vacío. 
La ciencia y la filosofía, así como la religión no podían explicar aquella situación. Todos esperábamos encontrar otras civilizaciones, pero ni tan siquiera encontramos un planeta con las características del nuestro.
Ocurrió que a partir del momento en que se  empezaron a utilizar las partículas-ea, también comenzaron los avistamientos en el espacio de objetos de apariencia cristalina y luminosa.
Nuestra tecnología no era suficiente para comprender cuál era la situación. Pero estaba claro que lo que veíamos en el cielo, era producto de una inteligencia. 
Estudiamos la manera de contactar con los objetos, pero aparecían y desaparecían a su voluntad. Entonces nos preguntamos:
¿Dónde están? 
¿De dónde vienen? 
Dado que la galaxia está vacía y nuestra exploración de tejido espacio-temporal, no ha ofrecido resultados para contactar con otras inteligencias, la pregunta era evidente:
¿Dónde están cuándo no están aquí? 
¿Quizás en otras dimensiones de la existencia a dónde nosotros no habíamos llegado aún?
Nuestra ciencia avanzaba de manera acelerada desde la utilización de las partículas-ea. 
Conseguimos de inmediato crear una entidad compuesta de paquetes de "eas" cargadas de información y enviar un enjambre allí donde se había visto un objeto luminoso. La entidad sub-fotónica se encargaría de rastrear la luz del objeto. 
Pero a aquella inteligencia no le gustó ser rastreada. Así que nos devolvió la entidad en la forma de un ser humano. 
Él respondería a nuestras incógnitas. 
Empezamos a conocerlo como el Enviado. Aunque muchos sectores de la población le llamaban el Señor de la Luz. 


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