MUJER AMANTE (1/3)

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Ser alto ejecutivo de un complejo azucarero del noroeste argentino es una actividad tan enriquecedora como estresante.

Hacía años ya que habíamos aceptado el desafío con mi esposa y nos habíamos asentado en el norte del país, dejando atrás nuestro Buenos Aires natal.

Tuvimos cuatro hijos, todos nacidos en el norte y poco a poco nos hicimos parte de ese paisaje, de esa vida. Ella ejerce su profesión de contadora pública y está alejada de mi vida laboral.

Por mi parte, mi trabajo requiere que alterne mi vida entre la zona de los complejos y Capital Federal, todos los negocios se resuelven en Capital Federal, así que mis días se pasan un poco acá, un poco allá, no exagero con decir que la estar arriba de un avión para mi es tan normal como cepillarme los dientes.

Y fue en Capital Federal donde conocí a Maira, ella es una prostituta vip, o como a ella le gusta decir, solo una dama de compañía.

Imaginan como es esta historia, un empresario solo en el corazón del país, dinero, poder, estrés, tensiones, desafíos, en algún momento a todos nos pasa, en uno de los hoteles me acercaron un book de señoritas y fue cuando la vi por primera vez, una morena de cabellos enrulados y cuerpo esculpido a mano, perfecta por donde la mirase.

Ella es muy profesional en lo suyo, vive de atender a tipos como yo, con familias, con ocupaciones, básicamente lo que ofrece su agencia es un servicio de acompañante, alguien con quien conversar y pasar las horas de soledad, una excelente cena y un mejor vino, y si después se da y ella está de acuerdo, por un extra de dinero la noche termina en la cama.

Y de ese primer encuentro tengo el mejor de los recuerdos, quedé fascinado con ella, con su belleza, con su pulcritud, por su femineidad, por su discreción, y por qué no decirlo, por lo buena que resultó en la cama.

Y en mi próximo viaje a la capital, volví a buscarla, y en el próximo, y en el siguiente y poco a poco la relación pasó a más que un mero contacto empresario-prostituta.

Ella siempre tuvo claro su rol, sabía que yo tenía familia y que es lo que requería de ella, sabía que había dos mundos incompatibles, y ella jamás reclamó nada, ni siquiera tenía mi celular, ella era un fantasma en mi vida, ella solo esperaba a que yo la llamara.

Pasaron los meses, en momentos la sentí más mía que a mi propia esposa, descubrí que le contaba más cosas que a mi esposa, asumí que era más divertido hablar con ella que con mi esposa… Maira dejó de cobrarme, apenas lo necesario para justificar en la agencia, y yo solo empecé a regalarle, digamos que el dinero siempre estuvo de por medio, pero ya no como el pago de un servicio, el sentido cambió a un agradecimiento por su tiempo.

El sábado pasado tuve una reunión de negocios, todos tipos entrados en años como yo, y todos con un perfil similar, le pedí a Maira que luciera bonita para esa ocasión.

Pasé a buscarla, estaba sencillamente espectacular, lucía un vestido ajustadísimo, en un tono indefinido de celeste y gris, era como si estuviera desnuda, casi reemplazando la misma piel, sin breteles, sus pezones sobresalían como dos enormes botones y bajaba por su cuerpo en una forma tan entallada que hubiera hecho suspirar al mismo demonio, con una cintura increíble y un culo por demás generoso, la tela semi transparente marcaba con exageración parte del culote que cubría su trasero.

Solo pude quedarme observando en la puerta del baño como un tonto, boquiabierto mientras ella terminaba de acomodar su cabello, no pude resistir fotografiarla…

No sé qué rayos pasó por mi cabeza en ese instante, pero sentí unos tontos celos, no quise que otros la vieran, que le hablaran, no esa noche… aunque mañana fuera de todos, quise que esa noche fuera solo mía…

Inventé una excusa, suspendí la reunión, al menos mi presencia, y Maira al escucharme me increpó

- ¿Cómo que no vamos? Hace tres horas que me estoy arreglando…

Sonreí aceptando mi culpa, le dije lo que me pasaba, lo que sentía, ella al escucharme bajó la guardia, me acarició el rostro y me devolvió la sonrisa, y me dijo

- Ok, me pongo cómoda y preparo algo de comer, ¿te gustan las frituras? Fíjate, elegí un buen vino…

La vi desaparecer en su cuarto y volver unos minutos más tarde, diablos, una criatura del infierno, se había sacado ese vestido y vino a mí solo en ropa interior, todo en negro, ahora lucía una hermosa colaless que dejaba sus enormes cachetes desnudos, unas ligas con medias y zapatos con altos tacos, se había recogido el cabello y pasó a mi lado haciéndose la tonta, pero sabía perfectamente lo que hacía, encendió una de las hornallas y se puso a freír algunas verduras para la cena, solo mi quedé observando, y con su permiso volví a fotografiarla, entonces le dije

- Estás hermosa, ¿así atendes siempre a tus clientes?

Maira se encogió de hombros resignada y respondió sin mirar

Si es todo lo que podés ver… pesé que te gustaría, pensé que eras diferente, pero en fin, eres como todos, solo ves una puta en mí…

En ese momento comprendí mi error, mi tonta bocota y mis estúpidos celos, le pedí perdón de mil maneras, acomodé la situación, y entonces me dijo

Sabes que para mí no sos un cliente más… sos alguien especial… y te vas a reír, tuve un sueño erótico contigo… ¿Si? ¿me lo cuentas? tengo tiempo… Te lo cuento, pero después lo ponemos en práctica, ¿si?

Asentí con una sonrisa, destapé el vino, serví una copa para compartir y mientras ella seguía concentrada con su sartén comenzó a contar…


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