Aniversario de tres (1/4)

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Acá estamos de nuevo, mi nombre es Sebastián, un hombre lleno de fantasías sexual es en mi cabeza y ella, mi bella inocente y voluptuosa morocha, que siempre temerosa de deseo inesperado se libera a lo que la noche le ofrezca con la ayuda de mis perversos pensamientos.

 Nos disponemos a salir, son las 7:30, sábado por la noche, recién termina nuestro día de trabajo y comienza nuestra noche mágica de aniversario.

   Me baño yo primero y como es costumbre me afeito la cara, la cabeza y mis partes íntimas, bah mis huevos y parte de mi verga donde asoman bellos incomodos al paso de la lengua.

 Salgo del baño con la verga ya algo gomosa e hinchada por los efectos del tequila que acompañaba mi ritual higiénico.

 Kary pasa por el baño, era su turno, ya sin el trabajo de rasurarse el calado de su hermosa concha, ya que tiene depilación definitiva y le quedo como nueva sin uso, pero, aunque está muy bien usada parece la concha de una adolescente por su tersura y su piel estirada.

 Sale del baño y elige un conjunto de ropa interior que sabe va a necesitar para una noche de seducción y lujuria.

 Salimos como a las 9, llegamos a un restaurante con reserva, muy moderno de comida peruana como le gusta a ella, con luces tenues y ambiente relajado. 

 Nos sentamos cerca de la barra de tragos (algo no elegido por el alto volumen de conversaciones) con muchas parejas y gente sola, había hombres y mujeres en un ambiente distendido y relajado. 

Pedimos un Pizco sour (a Kary le encanta), elegimos la comida y a disfrutar de una noche inolvidable.

 Ya al final de la cena y con unos tragos dentro (con ratones en la cabeza jaja) empezamos a mirar alrededor nuestro y como era una noche especial damos doble atención a lo que nos atrae claro.

 Había un grupo de 3 mujeres y 1 hombre, se veía bastante bien, por la vestimenta me di cuenta de un tipo con clase y ninguna parecía su mujer de esas que lo acompañaban, como que se habían conocido ahí y luego se marcharon.

  Notaba desde que llegamos que el mismo miro varias veces a mi mujer, algo lógico por su bella figura, una cara sensual y unas tetas impresionantes de buenas, que dejaba traslucir ese escote en V, en una remera súper fit, que calentaba a todo hombre que se precie de tal. 

De hecho, es seductora por naturaleza, una bomba. 

 Ella había quedado sentada frente a él y yo de costado, por casualidad, al momento ella se levanta para ir al toilete, pasa a su lado y veo que cruzan miradas algo inquietantes, sentí que ella también volvió esbozando una inocente pero atrapante sonrisa sin que yo lo llegara a percibir, nada extraño para una mujer que se siente atractiva a los hombres, y si bien algo me pareció extraño era al mismo tiempo excitante para los dos.

Actúe como que no pasaba nada, pero me excitaba por demás ese juego de seducción entre mi mujer y un extraño, no era para menos, este hombre portaba tremenda facha, solo comparable a esos cuales las mujeres admiran, pero saben inalcanzables, típico de almanaque de bomberos con gatitos, así se veía el tipo, entonces todo era como un juego imposible, así que seguimos en lo nuestro.

Le pregunto si se sentía bien y me contestó que espectacular, la noté relajada y algo nerviosa, estaba siendo cortejada por dos hombres que la penetraban con la mirada, yo por amarla como mi mujer y el otro por imaginarme en la cama con tremenda hembra y el no poder compartir un poco de lo que sabía yo me iba a comer en unos momentos.

Seguimos la conversación, todo paso a otro plano, veíamos de salir directo a un bar o llegar al hotel que le tenía reservado a comenzar una noche de sexo desenfrenado.

Se acerca un mozo del lugar, nos destapa una botella de champagne y nos informa que venían del mismo individuo que mi mujer había intercambiado miradas. 

Esta escena se pone más calurosa al ambiente del alcohol consumido cuando de repente giró para ver quien mandaba la botella y el me levanta la mano como pidiendo permiso y disculpas por el obsequio, no podíamos creer que era este mismo hombre,  a lo que yo respondo pulgar arriba que estaba bien y le consulto a mi mujer si lo invitamos a compartir la botella,  me dio el ok y le pedí que nos acompañe, lo que sin dudarlo se acercó y aceptó la invitación, era más que claro que se moría de ganas por escuchar y admirar de cerca aquella hermosa figura de cabello negro y ojos marrones .

 Se presenta ante nosotros , un hombre caribeño de mediana edad 38-40 años no más , alto como yo 1,90 mts , pelo negro, ojos azules, barba sucia ( levemente crecida al ras de la piel), camisa blanca semi abrochada dejando ver parte del pecho sin dudas trabajado arduamente en el gym, piel algo oscura de tez blanca bronceada por el sol Floridiano, muy bien vestido y todo un caballero (se presentó con un beso en la mano a mi mujer) y ahí recién logré comprender los entrecruzamientos de miradas entre ellos, era imposible que una mujer no se sienta atraída, no me pone celoso para nada, tengo que aclarar que cualquier mujer se daría vuelta a mirar ese hombre así que lo tome como algo normal, de hecho a mí me pasa lo mismo a veces, si bien no tengo la facha de este individuo me defiendo, bastante, más cuando Karina viene de la mano conmigo y las mujeres contemplan lo ajeno.

Comenzamos a charlar, se presenta como Emiliano, se dedica al comercio exterior (no era bombero), tiene algunas empresas heredadas de la familia y vive en Long Island 6 meses y los otros en Key Biscane (Miami).

Le contamos que festejamos nuestro aniversario de casados, y que teníamos una noche de hotel en la playa preparado para celebrar nuestra larga unión.

Mientras hablamos sentía el ambiente enrarecido, con algo de nervios a Kary el Pizco le pegaba más profundo y estaba muy cachonda, feliz, y yo notaba que cuando Emiliano hablaba ella se sonrojaba al escucharlo y me miraba buscando aprobación, seguramente ya algo húmeda con la seducción recibida por nuestro nuevo acompañante, como que sentía estar engañándome por estar calentándose con él, se notaba en sus ojitos brillosos el deseo por el otro, en mi presencia.

Por supuesto le guiñé el ojo aprobando sus más oscuros pensamientos hacia Emiliano estando yo presente.

Entre copa y copa, ya mezclados el Pizco y el champagne Emiliano larga el primer piropo en la mesa, me mira y nos dice:

 Emiliano: Hermano que bella mujer tienes, realmente me envidia pensar lo que vas a vivir en unos momentos, Karina eres muy guapa, atrapante.

Kary: gracias por tus palabras, me haces poner colorada por Dios, ¡y tú también!

Yo: esta noche será una noche única, y voy a hacer todo a mi alcance para complacer a mi reina, pero veo que uds dos se están conectando un poco más, jajaja (a lo que los tres nos reímos). 

Sigue la charla, ya teníamos compañía, solo faltaba la aprobación de Karina para salir a divertirnos los tres, ya que Emiliano nos había caído muy bien a los dos y no nos impedía disfrutar nuestra noche.


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