Campeonato mundial de rezos

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Llegaban oradores de todas las nacionalidades. Estaban representadas todas las religiones y creencias. 
A media mañana apareció el obispo Iria Flavia con su equipo de plañideras. Lloraban a grito pelado haciendo coro con las oraciones. Las novicias se volvieron locas y se armó un pequeño revuelo, ya que todas querían hacerse un selfi con él. 
Detrás venía la delegación India, con los brahmines a la cabeza adornados de guirnaldas de flores exóticas. Les seguían los sadhus. Feroces oradores dónde los haya. 
Luego se dejaron ver los musulmanes, apretujados como en la meca y gritando Alá, Alá...!!! A continuación venían los derviches bailando su danza giratoria casi sin tocar el suelo. 

La competición era muy diversa. 
A mi la prueba que más me gustaba era "maratón de rezos", que consistía en el máximo de oraciones en cuarenta horas. 
Los budistas del Tíbet no podían participar si usaban alguno de sus artefactos, sobre todo el molinillo de oraciones que por cada vuelta que da se consideran mil oraciones. El motivo es que dentro del molinillo introducen textos en miniatura con la misma oración repetida mil veces. Así que, por cada vuelta del molinillo cuentan mil y claro, así no hay quién les gane. 

La competición fue descarnada, mientras los musulmanes apuraban a toda velocidad con las oraciones del "zalat", un grupo de franciscanos contratacaron con unos "ave Maria" y las carmelitas contestaban "sin pecado concebida". 
Los sadhus se hicieron unos chilum de hachis y tomaron la delantera. Muchos presentaron denuncias por dopaje. Pero dijeron que era una tradición milenaria y que no había nada que hacer. 
De repente se empezó a oír el mantra de los budistas y todo el mundo se puso a temblar:
"Om mani padme hum... Om mani padme hum....Om mani padme hum..." 

Aquello si que era poderoso. Todo el recinto de rezos temblaba al ritmo del mantra. Evidentemente ganaron la prueba. 
Mientras tanto, el Papa apostaba con el Rabino algunas reliquias de Jerusalén. El obispo Iría Flavia  y sus plañideras arrasaron con sus oraciones mortuorias. A los judíos les faltó el muro de las lamentaciones y eso les restó efectividad. Perdieron la apuesta. 
Y así continuaron las pruebas en un toma y daca permanente de rezos y plegarias. 
Ah!! Se batió el record del Padrenuestro en relevos 4x400.
Alabado sea el Señor!!! 

 


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