¡Qué es sueño! ¡Qué es real!

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Buz,buz...                                                                             

Me despierta el sonido del despertador, apago de un manotazo. Intento dormir, pero, algo me lo impide. ¡Hay algo!, ¡hay algo! Me repito una y otra vez.

–Es el silencio

– ¡Mama! –silencio.

– ¡MANUEL!– silencio.

La cocina está vacía. <<Que raro>>, pienso.

– ¡Mama! ¡Manuel! ¡María!–silencio.

En la calle, silencio. Abro la puerta y me asomo, nadie

Miro hacia el hipermercado que está cerca de casa, nadie.

– ¿Qué está pasando?

<< ¿Dónde se habrán metido?>>, pienso.

En la calle, nadie. Llamo en la casa de nuestros vecinos, nadie me abre

– ¡FELIPE!– Nadie contesta.

Miro por las ventanas, nadie. Solo silencio.

– ¡HOLAAAAAAAAAAAAA!

Silencio.

Vuelvo a casa. Enciendo la televisión, nada, solo ruido.

– ¿Qué pasa aquí?–Silencio.

– ¡Dios mío, estoy solo! ¿Qué ha pasado? ¿Estoy soñando?

Me pincho un dedo con unas tijeras.

– ¡JODER! ¡COÑO!–Grito, sale sangre. Apoyo el dedo en la butaca y dejo una mancha roja.

Salgo a la calle, nadie. Me dirijo hacia el centro comercial y la escuela, nadie.

Nadie, solo silencio.

En la escuela y nadie. Tengo hambre. Entro en la tienda del Sr. Chen, abre temprano, hay luz.

– ¡Sr. Chen! ¡Sr. Chen! ¿Estáusteddentro?– Me asomo, nadie. En la trastienda, nadie.

Cojo una barra de pan, un paquete de jamón y un refresco, dejo el importe en el mostrador con una nota.

Me como el bocadillo, bebo el refresco, miro a derecha e izquierda, nadie.

Me pregunto: ¿Dónde está todo el mundo? ¿Por qué estoy solo? ¿Es lo mismo en todas partes?, silencio.

De repente oigo ¡Cracssssss!, me pongo de pie de un salto y miro hacia donde se ha producido el ruido, nada. Voy hacia allí, veo un cristal roto en una ventana cerrada, pero, no veo a nadie. Las hojas quietas de los arboles, me indican que no corre aire, ¿Cómo se ha podido romper un cristal?

Miro hacia la ventana, creo ver que un visillo se mueve, ¿será posible? ¡Ahí hay alguien! Entro en el portal, subo los peldaños de dos en dos. Me paro un momento para recuperar la respiración, mientras, trato de escuchar algún sonido, nada, no oigo nada, solo mi corazón y respiración acelerados por el esfuerzo.

Me dirijo hacia la puerta de la vivienda donde creo que puede haber alguien, pego mi oreja, me parece escuchar una respiración contenida al otro lado.

Golpeo la puerta.

– ¡HOLA! ¿Hay alguien?– silencio.

Empiezo a alejarme de la puerta. De repente lo oigo ¡PLAS!, algo ha caído y se ha roto al otro lado de la puerta.

– ¿Quién está ahí?–Alguien está al otro lado, tiene miedo y no quiere hablar.

–Hola, me llamo Ricardo Montes y vivo en el número 7 de la calle Nardos. –No hay respuesta, pero al otro lado, he escuchado un leve ruido.

–Hola, sé que hay alguien, estoy oyendo tu respiración contenida. Si no quieres abrir la puerta, te pido, por favor, que me hables.

No hay respuesta

–Me voy, adiós.

Cuando estoy bajando, oigo como se descorren los pestillos y me vuelvo y veo como se abre muy despacio la puerta.

Asoma media cara, es preciosa. Un ojo verde me mira fijamente. Termina de abrir sin dejar de mirarme. Es la mujer más guapa que he visto.

–Hola.

–Hoo...o…ola. –Respondo tartamudeando.

–Soy Katy.

–Hola Katy, ¿también estás sola?

–Sí. ¿Qué está pasando?

–No lo s閖digo mientras me acerco a ella

–Tengo miedo.

–Yo también, llevo horas dando vueltas.

–Lo sé, te he visto.

– ¿Por qué no me has llamado?

–Ya te lo he dicho, tenía miedo.

–Ya no lo tienes.

–Ahora que estás conmigo no.

– ¿Tienes hambre?

–Sí.

–Vamos, –le digo.

Cojo su mano y tiro de ella con delicadeza, salimos a la calle.

Vamos a la tienda del Sr. Chen, cogemos algo para comer y beber. Lo apunto en la misma nota que antes y dejo más dinero para cubrir lo consumido.

Nos dirigimos a un pequeño parque que está cerca de mi casa. Nos sentamos y mientras comemos y bebemos, miramos a nuestro alrededor.

– ¿Qué hacemos?

–No lo sé. Anochecerá pronto y no creo que debamos quedarnos en la calle. Mañana podemos recorrer los alrededores.

–Yo no me quiero quedar sola, –me dice mirándome.

–Nos podemos quedar en mí casa, si quieres.

–Bueno, vale.

Llegamos a mi casa, la puerta está como yo la dejé al salir.

–Pasa.

–Gracias.

Entro detrás de ella y enciendo las luces.

– ¿Y ahora?

–No sé, ¿quieres comer o beber algo?

–No, gracias.

– ¿Quieres que veamos una película?

–Bueno, pero que sea romántica.

Llegamos al salón, mira las películas que hay y elige una.

– ¿De verdad que no quieres nada?–Insisto.

–No,de verdad, gracias. Venga, pon la película.

Nos sentamos juntos en el sofá, se acerca y se aprieta contra mí, paso mi brazo por detrás de ella y apoya su cabeza sobre él.

La estoy mirando de reojo y cada vez me parece más guapa. De repente ella gira su cabeza hacia mí y yo inclino mi cabeza hacia la suya. Mis labios busco los suyos, me acerco despacio, cierro los ojos y…

Buz, buz…

Me sobresalta el ruido abro los ojos y veo el despertador, son las 7:30 de la mañana.

– ¡Manuel!, lávate los dientes–es la voz de mi madre.

Salto de la cama, abro la puerta y veo a mi madre persiguiendo a Manuel con el cepillo y la pasta de dientes en la mano

–Hola cariño, –me dice– ¿Has dormido bien?, tienes mala cara.

–Si mama––pienso que todo ha sido un sueño.

Me agacho a coger las zapatillas.

–, ¡Ay!, –Al apoyar la mano siento una punzada en un dedo, lo miro y veo el corte que me hice en mi sueño.

Salgo rápido, tropiezo con mi padre. Me mira y mueve la cabeza.

–Perdón.

Me acerco a la butaca y veo la mancha de sangre del respaldo.

No entiendo nada, salgo a la calle. Me dirijo hacia la biblioteca, tengo que preparar un examen.

–Ricardo, ven tú aquí. –El Sr. Chen que me llama desde su tienda.

Le miro sorprendido y me dirijo hacia su tienda.

–Hola Sr. Chen, buenos días.

–Tú dejas dinero con nota y sobra este.

Tiendo mi mano y le miro sorprendido, no entiendo nada.

–Sr. Chen tiene el papel de la nota, tengo un teléfono apuntado.

–, ¡Oh! yo siento tirar a fuego.

–No se preocupe. Gracias Sr. Chen.

–Gracias ti Ricardo. Tu ir estudiar.

–Adiós.

En la entrada de la biblioteca me encuentro con Felipe, mi amigo y vecino.

–Hola Felipe, dispuesto a pasar el día.

–Qué remedio chaval.

Entramos en la biblioteca. Buscamos un lugar vacío y de repente veo a Katy. Dejo los libros dando un fuerte golpe.

–Chisttttttttttt.

–Perdón.

Me dirijo hacia ella.

–Hola Katy.

– ¿Te conozco?

–Perdona, creo que te he confundido con otra persona

Baja la cabeza y sigue estudiando. Llego a mi mesa miro y veo que me está mirando.

– ¿La conoces?

–Creí que sí, pero es que no.

Mi subconsciente me pregunta ¿Soñamos que dormimos o soñamos que estamos despiertos? ¿Existen mundos y vidas paralelas? ¿Sabemos que es sueño y que es real? No lo sé, pero si tengo claro que el viernes tengo un examen.

 


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