La lluvia y tu ausencia

Hoy por fin cayó algo de lluvia sobre la ciudad, no pudo llegar en peor momento. Quiero evitar a toda costa ver la ventana, pues me recuerda que hace unas semanas me dijiste que te encantaría ver la lluvia desde mi casa. Mis puertas están abiertas, tu corazón cerrado.

Estos días no encuentro consuelo en nada, ni siquiera en las promesas y certezas de una vida mejor. Eres mi primer pensamiento, eres la constancia de un día más, lo último que figuran mis ojos antes de vencerme al sueño.

No ha pasado ni una semana, pero yo siento que la eternidad me ha aplastado sin piedad. ¿Cómo no se hicieron eternas nuestras tardes en tu auto? escuchando música y armando guerra de pañuelos hasta reír como desquiciados. ¿Cómo no se hicieron eternos los besos? ¿Por qué no fue eterna la estadía en tus brazos?

El Dr. Valenzuela dice que fue un error enorme haber iniciado una relación tan pronto, pero no le veo sentido. La vida jamás te habría puesto en mi camino de no ser para algo grande y especial, la cosa es que se nos fue olvidando.