Paranoia nocturna

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Enviado el , clasificado en Terror / miedo
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La noche empezaba a caer y la niebla cada vez estaba más cerca del suelo, tanto que apenas podía divisar lo que tenía a tres palmos de mí. Era domingo, por lo tanto, estaba todo cerrado, desde la tienda de Moncho, hasta esa pajarería tan extraña de la esquina, en la cual vendían cientos de animales, pero nunca pájaros. Las calles estaban inhóspitas, y predominaba un silencio sepulcral, tal era el silencio que podía escuchar mi propio corazón como si de una orquesta se tratase. 

Entonces, mientras caminaba sentí una presencia, giré la cabeza en todas direcciones con la intención de no encontrar a nadie, y en caso de avistar algo, que fuera todo lo contrario de lo que tenía en mi imaginación. Desgraciadamente cuando miré hacia atrás vi a un hombre con una gabardina, una gabardina tan larga que no podía siquiera ver sus pies, en ese momento me vino a la cabeza la película “El padrino”. Entonces mis piernas empezaron a andar rápido sin que mi cerebro pudiera siquiera enviarle la orden a los pies, volví  a mirar hacia atrás aprovechando la esquina, pero ahí estaba el “padrino”, entonces, decidí cruzar la calle para saber qué hacía él, pero justo cuando me disponía a cruzar, veo que un coche azul y viejo aparcaba a mi lado, pero.. ¿De qué me suena ese coche? Es… es… el coche de Carlos, mi hermano, en ese momento me sentí liberado y me propuse mirar hacia atrás una última vez  mientras Carlos me hacía señas para que entrase en el vehículo. Al girar la cabeza me encontré con una grata sorpresa, no había nadie. Me sentí muy estúpido la par que contrariado. ¿Es que nunca me había seguido nadie? ¿Acaso soy un paranoico? Ahora nunca sabré si me hubiera pasado algo en caso de seguir andando, si mi hermano es un héroe o simplemente un estudiante de económicas y si había tenido el suficiente coraje de defenderme al hombre gabardina.

Parece una tontería, pero, estoy seguro que la mayoría de los que leeréis esto os habrá pasado alguna vez algo similar, y al que nunca sufrió nada parecido, no me cabe duda de que la próxima vez girará la cabeza y puede que no tenga tanta suerte como la que tuve yo.


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