Es un monstruo...!!!

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Luego de trabajar fuerte en la campaña electoral, fui recompensada desde hace seis meses con un puesto de jefatura en una oficina gubernamental, pero como deseo trabajar y no solo estar, hice la solicitud respectiva para un asistente. Existía el rumor, que a veces los reclutadores de personal, para puestos como el mío, contrataban chicos/chicas con físicos exuberantes pero con nulas destrezas administrativas. Pero yo no creía esas historias, mas, que no era lo que necesitaba ni lo que estaba solicitando.

Al momento de la verdad, la figura del asistente enviado, su belleza y físico, eran solo superadas por su ineptitud en labores administrativas y de oficina. Por el nulo conocimiento del muchacho, mi disgusto crecía. Preocupada por la situación lo llamé a mi oficina, y le cuestioné: "muéstreme cuáles son las habilidades por las que Personal lo envió a mi oficina?". Bastante alterada le dije:" Karim, ¿qué es lo que sí sabe usted hacer bien?".  No había yo finalizado de formular la pregunta, y ya Karim había asegurado la puerta de la oficina. Se despojó de la camisa dejando al descubierto, unos músculos abdominales impresionantes que me dejaron estática y muda, sin poder pronunciar palabra o reaccionar.

Se encaminaba hacia mí, que por la sorpresa de la acción, y el salvaje bronceado que lucía aquel torso desnudo del muchacho, seguía apoyada contra mi escritorio, casi paralizada. Él tampoco había pronunciado palabra. Sin poder moverme ni hablar, le hacía señas de desaprobación para que se detuviera, pero como si no entendiera, y con una facilidad pasmosa, se despojó de sus zapatillas, calcetines, pantalón y bóxer, quedando totalmente desnudo frente a mí. Casi en estado catatónico, mi vista recayó sobre el descomunal pedazo de carne que colgaba entre las piernas de aquel fantástico cuerpo, y que aun cuando no presentaba nada de erección, se veía enorme, y estaba causando una inmensa atracción en mí, al punto de casi disipar mi disgusto.

Karim se acercaba, blandiendo aquello en el aire, como si supiera de mi predilección por los penes más que normales. "Aquello" era inmenso, más que monstruoso. Mi subconsciente me traicionó. Y solo un paso le permití dar antes de arrojarme a sus pies, y tomar "aquello" con ambas manos e introducirlo de una sola en mi boca. Todavía algo flácido, pero conforme lo chupaba crecía dentro de mi boca. Entre más lo chupaba, más crecía y más se endurecía. Mi intuición me decía que ese pene iba a crecer mucho más, pese a que ya casi llenaba mi boca por su grosor actual. Mover, mi arrinconada y apretujada lengua, ya era bastante difícil.

Yo de rodillas. Aquello se agigantaba en mi boca. Mis manos aferradas a sus nalgas "jalaban", para que aquel mástil llegara a lo más profundo de mi garganta, algo fácil por el tamaño que alcanzaba. Varios minutos estuve embelesada jugando con aquella monstruosidad. Lo recorría con la lengua, lo acariciaba con mis manos. Lo succionaba con mis labios. Cuando estaba fuera de mi boca, con incredulidad miraba el tamaño, desconcertaba y preocupaba, generaba a la vez algunas fantasías. Mis propósitos de trabajo con el asistente, ya ni los recordaba, pensaba en ese "monstruo", que quería devorar o que me devorara él a mí. Karim sujetaba mi cabeza con la fuerza justa para no permitir que aquel "tuco" saliera de mi boca.

Mientras él maneja mi cabeza, aprovecho para despojarme yo misma de la blusa, brassiere, falda, nylons y zapatos, quedando desnuda, solo con un "hilo", y con "el monstruo apretujando mi boca". Alzo mi vista, él con la suya da el V.B. a mi desnudez, pero sigue sin mediar palabras. La comisura de mis labios, ya me duele por forzar su apertura máxima. Deseo ya su eyaculación en mi boca, apuro el ritmo y pronto lo hago inundar mi boca. La cantidad de semen es la esperada, proporcional al tamaño de aquella enormidad. Estoy gozándolo a lo grande. Súbitamente Karim me alza, me voltea en sus brazos y me coloca boca abajo sobre mi escritorio. Posicionado atrás de mi, toma mi hilo y de una lo revienta.

Encimado sobre mi cuerpo abre mis piernas. Con sus pies empuja los míos hacia cada lado. Siento la cabeza del "monstruo" rondando por mi "nies". Pasa de una entrada a la otra, de la vagina al ano, intenta entrar sin éxito, por su tamaño. Solo atino a decir: "en el bolso tengo gel". Siempre lo porto por prevención por mi preferencia por los penes grandes, y por el tamaño de este "monstruo", será definitivamente útil y necesario. Karim, toma gel en su mano, unta su pene, y "embadurna mis dos huequitos de placer", y procede a penetrarme o al menos a intentarlo. Yo me preparo mental y físicamente, porque veo lo inmenso qué es "aquello" y no sé por dónde vendrá.

Para mí, es usual el gozar penes más grandes de lo normal, pero éste está difícil de asimilar. Karim lo intenta vaginalmente, por dicha. Colaboro, pero tal como lo anticipaba, el grosor lo complica, y el asunto no es de estrechez. El gel ayuda si no, no lo lograríamos. Como dice el dicho: "poco a poco todo entra". Para mí, nunca antes había sido así, doloroso como esta primera vez con Karim, pero es soportable. Superado el dolor llega el placer añorado, y es intenso, mucho muy intenso. Este "monstruo", como lo sospeché, es el pene más grande que he tenido, en mi historia sexual, dentro de mí y eso hace que el placer sea mayor, inmenso. Lo estoy gozando, no hay dolor, ahora todo es placer. Apenas puedo contener lo que suelen ser gritos y casi alaridos, pero que por estar en la oficina deben ser gemidos de puro placer, murmullos contenidos de mucho placer.

El ambiente de riesgo de "hacerlo" en la oficina, lo inesperado y sorpresivo de este episodio, lo poco apropiado de con quién lo hago, el dolor inicial, y lo extremadamente placentero después, vuelve esta aventura algo grandioso. Imaginar lo que se podría disfrutar aquí en el futuro, además de todo lo que podemos experimentar fuera de aquí, me hace olvidar la total nula destreza administrativa de Karim, ya ni recuerdo los planes de trabajo. En medio de mis pensamientos, del inmenso placer sexual proporcionado por este energúmeno, por fin lo oigo pronunciar palabra, mientras bombea y eyacula dentro de mí: "¿Qué opinas ahora? A mí me está gustando. Por mi tamaño, es difícil encontrar pareja sexual. pero veo tú lo disfrutas. ¿Me contratas o no?".

A como pude, con aquel "monstruo" moviéndose todavía dentro de mí, gemí: "Si tu desempeño sigue siendo así de bueno, estás contratado". Tal como lo imaginé, nuestros proyectos y actividades siguen siendo aún, no solo fabulosas sino también mucho más frecuentes, dentro y fuera de la oficina. La próxima semana cumplirá un año de estar en la oficina, y para ser justa, debo contarles del deseo de superación de Karim, que se está esforzando por aprender trucos y experiencias nuevas, incluso en el área administrativa, tal así que ya utiliza la laptop, editores de texto y hojas electrónicas, lo que le ha valido, de mi parte, buenas evaluaciones y notas, para mantenerse en el puesto.


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