Poema para una mujer que me habló por Instagram pidiéndome un verso

Oh ya tu mensaje

Claro detonante de mi texto

De mi loca fijación que me envuelve

Que me hace retorcerme en tus paisajes

En tus islas de fuego

En tu vórtice maligno

En tus mares comestibles donde el cielo

Se encarne en un botón

Que quisiera colapsar con estas garras

Pero la noche me tiene aquí estancado

Entre los violines secretos de mi cuarto

De mi soledad insaciable

De mis fantasías terrenas

De mis discursos secretos

Quién podría ser yo para si quiera pensarte

Para siquiera atreverme a imaginar

Que podría explorar algún paisaje

Algún arroyo o alguna calle que escondes

Alguna carta en el cajón de tu cuarto

Si tan solo soy un hombre

Un hombre nada más

De entre tantos hombres que yacen

Con los ojos pegados al sexo

¿Habrán visto siquiera la sabiduría y el renacimiento del pecho

que se abre bajo las cuerdas de tus canciones?

Oh si en tu desierto pudiera tan solo escucharte

O encontrar la secreta biblioteca de tus recuerdos

Incendiar algunos de tus pensamientos con dulzura

O con las bestias sagradas que adoramos los sacerdotes del fuego

Ese negro fuego con el que te retratas y quemas los ojos ilusos

Que se pasean indefensos de esperanza -

Como un ángel demoníaco hipnotizado -

Como una hechicera atrayendo a los débiles de mente a sus fauces

A sus cuevas de algodón y esmeraldas

¡Oh ya quisiera morir en tus brazos

ahogarme en tus ojos

soñar con el cáliz de esa cereza imposible

de ese secreto imposible!