La Cautiva (1 de 5) Palacio del Generalife año 1481 a 1490 ( siglo XV) Final

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La Cautiva (1 de 5)

Palacio del Generalife, año 1481 a 1490 (siglo XV)

Estaba cansada de pelear, de discutir con Aixa. El rey decidió expulsar a su 1ª esposa con su hijo Boabdil, dándole un nuevo alojamiento. Un Carmen con jardines, bien situado en las murallas de la Alhambra, en el Albaicín. Decidir dar un paseo por el Genaralife y sus alrededores mientras ella se alejaba poco a poco. Los niños estaban durmiendo, mi esposo no se encontraba muy bien, estando descansando. Me habían contado que esta residencia la solían tener de vacaciones y de descanso, era como una villa rural, tiene jardines ornamentales, huertos, patios y edificios cerca del palacio de la Alhambra. Generalife viene (Yannat al-Arif= El Jardín del Arquitecto).  Pero lo que yo más quería ver, era El Mirador Romántico; se decía que, en la torre, era el mirador más alto del Generalife y que existía un oratorio musulmán debajo del, donde contaban que, si alguien declaraba su amor en lo más alto estando el oratorio debajo, nunca se separarían, estarían juntos hasta después de la muerte, siempre siendo pareja unidos en cuerpo y alma, fundiéndose en uno mismo. Sentí como mi amor me llamaba, contestando que subiera un momento, quería declararle mi amor. Al estar enfrente de mi le bese la mejilla y cogiéndole las manos me declare, diciéndole cuanto lo quería. El empezó a besarme los ojos, la nariz, las mejillas, los labios, las orejas con pequeños mordiscos. Sus labios juntos a los míos, su lengua se enroscaba a la mía. Que ternura hay en él (pensé). Su mano por debajo de mi ropa acariciaba mi entre pierna, el clítoris jugaba con él, al mismo tiempo que me introducía un dedo en mis partes bajas. Ya no me importaba nada, ya solo quería ser suya para siempre. Su lengua y la mía era un solo miembro, retorcidas entre lazadas, juguetonas. Nuestros cuerpos se tocaban respondiendo uno a otro sin que nuestras mentes pensaran. Mis manos acariciaban su pelo (eso lo ponía a tope), bajaban por sus pantalones hasta ese miembro varonil que tanto me gustaba. Poniéndolo en medio de mis pechos, empecé a moverlos arriba, abajo así varias veces. Sentía su cuerpo caliente, sentía que tenía fiebre, pero él no quería parar. Yo me deslicé hasta sus partes bajas e introduciendo su pene en mi boca empecé a besarlo, acariciarlo con la lengua, y de adentro a fuera, una vez tras otra, seguidamente le di la vuelta y le dije; mira el paisaje, di que me amas en voz alta. Mientras yo con mi lengua se la introducía en su ano y mi mano movía su enorme miembro. Le introduje un dedo en el ano, el sujetándose cada vez más fuerte a la barandilla, diciendo; te amo, te amo, te amoooo. Dándose la vuelta, poniéndome de frente a él, subiendo una pierna a sus hombros, empezó a jugar con sus dedos dentro de mi vagina y otro al mismo tiempo en el ano, adentro, afuera, adentro, afuera. Poniéndome sentada encima del con las piernas rodeando su cintura empecemos a movernos cada vez que se movía, entraba completo, yo intentaba sujetarlo dentro de mí para que no se saliera, quería mantenerlo adentro. Después me levanto, se dio la vuelta y me penetro esas zonas carnosas hasta que no dejo espacio entre él y yo, sujetándome por la cintura empezó a moverse como si el mundo se fuera acabar y no volviéramos a estar juntos. Seguidamente me aparte y tumbándome en el suelo con los pies en alto, sujetándomelos con sus manos, al tiempo que introducía su miembro en mi vagina. Mis manos agarrándole la cintura y moviéndolo hacia mi varias veces, era una locura, nunca aviamos estado tan desenfrenados, volvió a sacarlo y introducirlo en el ano, al tiempo que sus dedos los introducía en mi vagina, empezó a moverse, era demasiado, parecíamos un solo cuerpo, los dos no dejábamos de mirarnos, a él se le caían las lágrimas, yo no pude más y di un gran chillido como nunca antes, de pronto empecemos a gemí como nunca antes lo habíamos hecho, ooyy, oooooooooyyyyyy  , ufffff , sacándolo corriéndolo e introduciéndolo en mi boca , mientras él se desmallaba yo chupe hasta que ya no pude mas , pues mi boca rebozaba de él.......  ooooo. Al terminar y estando abrazados me comento, que cada día se sentía peor de salud, que Boabdil no lo veía preparado para ser rey, había pensado abdicar el trono a su hermano El Zagal. Así lo hizo, yo decidí volver a casa de mis padres con mi marido enfermo y mis dos hijos, donde murió al cabo de tres años. Yo deje la religión musulmana, recuperando así mi nombre Isabel y la religión Católica. Bauticé a mis hijos y les cambié los nombres, llamándose; Juan de Granada Y Fernando de Granada.

 

 

FIN

Basada en hechos reales


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