La cautiva (1 de 3). Los jardines año 1481 a 1490) Siglo XV

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La Cautiva (1 de 3)  

Los jardines año 1481 a 1490 (siglo XV) 

Me sentía feliz. Por cualquier motivo, cada vez estaba más unida a mi rey, sentía que todos esos jardines cubiertos de flores estaban unidos a mí, sentía el palacio como mi propia casa. Ya no echaba de menos mi hogar, recordaba a mis padres, me gustaría verlos de nuevo, pero ya no deseaba volver para quedarme. Me molestaba ser concubina, me irritaba compartí el lecho, pero no tenía más remedio si quería algún día escaparme de allí, para ser sincera cada vez esa idea de ser libre y no una esclava se estaba alejando. Estaba contenta, pues no tenía que estar recluida, apartada de todos, pues no me venía la menstruación (en aquel tiempo menstruación era significado de contraer y pegar enfermedades a los demás, por lo tanto, a las mujeres en periodo se les apartaba y se les encerraba aparte). De pronto vi como el rey venia hacia mí, acercándose hasta donde estaba y preguntándome; mi bella dama ¿os gustaría venir a pasear conmigo por estos vellos jardines?, seguidamente dándome la mano estuvimos andando por unos pasajes remotos, donde solo estábamos él y yo junto con varias clases de árboles y plantas. Llegando a sentarnos debajo de un árbol y mirándome fijamente a los ojos me pregunto ¿cómo te sientes? Me han comentado que no estabas muy bien.  Me encuentro bien, tan solo tenía náuseas. De pronto empezó a besarme, morderme las orejas con pequeños mordiscos, bésame el cuello, los ojos, acariciarme el pelo y masajearme la nuca, a jugar con mi pelo, (eso me volvía loca, donde él lo noto y le gustó muchísimo), puso su mano debajo de mis ropas, acariciando mis piernas, hacia arriba, cuando quise darme cuenta ya había introducido un dedo dentro de mi vagina y al mismo tiempo acariciando el clítoris. Con la otra mano me cogió del cuello y con sus labios, lengua fue acariciándome las mejillas hasta llegar a mis labios donde empezó a darme pequeños mordiscos rodeándolos hasta introducirme la lengua en la boca donde me pidió la mía y fue chupándola sin dejar de mover el dedo dentro. Yo lo miraba y pensé, voy a hacer hoy lo que oír, en la cocina entre dos criadas, cuando comentaban lo que una había hecho esa noche, mirándolo y sujetando su mano mientras me acariciaba le dije ¿puedo? El mirándome me contesto, si mi bella dama y seguidamente aparte su mano de mi cuerpo y empecé a tocarlo, por debajo de sus prendas poniéndose de pie y levantándose los faldones, bajando el pantalón, viendo su pene que ya estaba desmedido, empecé a acariciarlo y besarlo. Sin darme cuenta, era yo quien estaba dirigiendo el momento. Empecé a jugar con su miembro, mientras él me miraba perplejo de cómo estaba manejando la situación.  El encontrándose confuso, pude aprovecharme del momento y estando excitado y atónito, empecé a besar el escroto y a introducirlo en mi boca, escuché cuando hablaban de un punto F donde tenía que hacer que se pusiera de postura, misionero o perrillo. Me fue más fácil ir guiándolo hasta la postura del perrillo, introduciendo mi boca debajo, empecé a acariciar con mi lengua debajo del pene , donde está el frenillo, pues había escuchado que hay era donde el hombre empezaba su potencia sexual y besándolo, acariciando , introduciéndolo en mi boca ,la verdad nunca lo había sentido gemí de placer y aprovechando el momento con mi dedo en zigzag empecé por el pecho, Casi se desmalla de placer tuve que parar unos segundos donde seguidamente frote el cóccix  en forma de O por su columna pues escuche que también se volvían locos al tiempo que le besabas con la lengua el frenillo. Viendo cómo se estaba poniendo y notando, que no aguantaría mucho más, decidí, colocarme debajo del haciendo el 69, al mismo tiempo que le introducía  un dedo en su ano, casi estado a punto le dije, mi rey me gustaría probar la postura vaquera ¿podemos? El me miro con asombro y me dijo ¿sabes? yo me puse roja enseguida y apartando la mirada le dije, creo que sí, ¿podemos? Notaba como cada vez que galopaba  se iba rozando con el clítoris y pensé, que razón tenían con que esta postura era genial. El ya no gemía, si no chillaba, nunca lo había escuchado así, era maravilloso sentirlo, incline su dorso hacia arriba, llegando su cabeza a la altura de mi pecho y le hice que empezara a comerlos  lentamente en círculos, su lengua jugaba con los pezones al tiempo que yo galopaba y el clítoris rozaba con sus partes velludas, rodeando mi zona vaginal, era como si estuviera dentro de un cráter, donde salía una llama de fuego, escupiendo lava alrededor de mis zonas más preciadas, quemándome por dentro. Era como si ardiéramos los dos, donde explotábamos. Me imaginaba un volcán en llamas, era tal el calor que estábamos empapados en sudor., uffff  era maravilloso, cuando en un plis, plas nuestros ojos dando vueltas dimos un chillido fundiéndonos  los dos en un gran abrazo donde me faltaba el aire para respirar. Estando unos minutos parados sentí náuseas y empecé a vomitar. El corriendo asustado nos vestimos y fuimos al palacio (Alhambra) y mando llamar al sanador donde diagnosticaron que estaba en cinta. El abrazándome me pidió matrimonio. Yo lo mire diciéndole que era cristiana y que él ya estaba casado. Me explico que podía tener más esposas y decidí casarme y convertirme en musulmana, cambiándome también el nombre, elegí Soraya pues me gustó mucho su significado. Soraya viene de la palabra árabe thuráyya, que significa Pléyades, a su vez procede de thariya, significa estrella del cielo. Al tiempo tuve un varón.


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