La Historia de Pilar y Carlos - Un Hombre Llamado "A" (1/6)

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Pilar y Carlos, la pareja más enamorada, según sus amigos, viven felices su vida de familia, frecuentando a sus amistades y parientes. También son felices en su vida secreta, que es sólo para ellos dos, una vida de juegos, seducción y placer. Una vida secreta que provoca sonrisas cómplices y miradas furtivas entre ellos.

Más de un curioso de su círculo laboral o familiar ha preguntado el secreto de tal armonía, pero ninguno de los dos suelta más que una sonrisa o un encogimiento de hombros.

Esta vida es de ellos solos y no piensan ir por ahí recomendando o no las decisiones que ellos tomaron, cada quien tomará sus propios rumbos, es su lema y por lo mismo siempre han mantenido sus aventuras en absoluto secreto y han dado y exigido mucha discreción.

Sólo dos veces han estado cerca de incumplir su regla principal, nunca nunca nunca tener encuentros con gente cercana, del trabajo o familiares. Una vez fue con Sonia, una amiga de estudios de Pilar y la otra fue con “A”, un proveedor extranjero de la empresa para la que trabajaba Pilar. Ambos eran conocidos, pero no habían tenido contacto frecuente, al menos hasta que las cosas ocurrieron.

A pesar de la cortante despedida con A, que se limitó a un “buen viaje” y listo, Pilar había tenido que mantener algún contacto comercial con él, estas comunicaciones siempre habían sido cordiales y profesionales y ninguno de los dos, en ningún momento mencionó el fugaz e intenso encuentro que hubo una noche entre ellos.

Carlos era el único que sabía de ese encuentro, ya que había sido un mudo y privilegiado espectador a través de un video llamado que su esposa le hizo y la situación lo había excitado más de lo que hubieran podido pensar. A nunca se enteró que había sido observado y no había motivo para confesárselo.

A veces, la diferencia horaria con España, país natal de A, obligaba a que esas conferencias fueran fuera del horario normal de oficina así que alguna vez ella la atendía desde la comodidad de su casa, generalmente trataba de mantener el atuendo formal hasta culminada la reunión, pero una vez, la conferencia de emergencia fue pactada a las 9 am de España, es decir, de madrugada para Pilar. Eso no la puso para nada de buen humor, pensando tener que despertarse más temprano aún para ponerse decente, sin embargo, al final decidió que no eran horas, se cubrió con una bata abrigadora sobre el pijama y estuvo lista y esperando frente a su portátil en la pequeña oficina que tenía organizada en casa, con la puerta cerrada para no molestar a la familia que dormía.

Bebía un café esperando hasta que la llamada llegó y contestó para mostrar a un elegante A de traje y corbata y un par de personas más, maldijo no haberse arreglado mejor, con el cabello en una cola y sin maquillaje, pero lo peor era la bata, por lo que trató de acercarse lo más posible para que sólo se viera su rostro.

La reunión fue sin mayores problemas, se llegaron a acuerdos y se prepararon los contratos y poco a poco los asistentes se excusaron y cortaron la conexión, quedando sólo Pilar y A para ultimar detalles.

Ya puedes relajarte, disculpa la hora pero no había otro momento disponible de mis jefes No te preocupes, le contestó, recostándose al fin en el respaldo de su silla Bonita bata, comentó riendo Son casi las 4 de la mañana Si, lo siento, creo que ya hemos terminado Ya es muy tarde para que me vuelva a dormir y si lo hago, lo más seguro es que llegue tarde, tu estarás por almorzar, ¿no es así? Aún queda un rato, ¿cómo estas Pilar? Bien, contestó poniéndose en guardia de inmediato Me alegra mucho, bueno no quiero incomodarte, te envío los documentos por correo, cuando llegues a tu oficina los tendrás Gracias, un beso

La comunicación se cortó y Pilar volvió a su cama sin hacer ruido, aun podía dormir una hora o dos si se lo proponía, pero sólo se quedó acostada, sintiendo el calor de su esposo y recordando a ese hombre, llamado A, con el que había pasado unas explosivas y placenteras horas, esos pensamientos empezaron a agolparse en su mente, recuerdos de besos y caricias, de uniones y orgasmos. La hora avanzaba y Carlos empezó a moverse inquieto, como siempre cuando se aproximaba la hora de levantarse. Se pegó a la espalda de su marido, abrazándolo y bajando una mano juguetona hacía su entrepierna que generó una inmediata reacción en el miembro y una sonrisa en ella.

Carlos terminó de despertar con esa caricia y se dio la vuelta, para encontrarse con el rostro de su esposa a quien besó. Ella se le subió encima y se quitó la camiseta, mostrando sus senos desnudos y agachándose para ofrecérselos. Hicieron el amor con pasión, con conocimiento de sus cuerpos y con mucho amor, aún tenían tiempo y se recostaron desnudos, ella apoyada en su pecho.

¿Qué tal tu reunión? Bien, ya está casi todo listo, me van a enviar los documentos al correo electrónico ¿Con A? Si, él está encargado de nuestra cuenta

Carlos no llegó a escuchar la respuesta, porque se había quedado dormido, abrazando a su esposa, quien también se acomodó y se durmió también. Ese día, llegó tarde al trabajo.

La rutina seguía su curso, con la variación que, por algún motivo, las reuniones virtuales necesarias se hacían más frecuentes y algunas en la madrugada, A siempre se disculpaba, pero parecía que se iba haciendo una constante. Muchas veces Pilar no encontraba razón real para tanta junta, pero por no perjudicar los negocios de la empresa en la que trabajaba se callaba.

Una de esas madrugadas terminó rápidamente con los temas, motivo de la junta, Pilar pensaba que tendría algunas horas para dormir, pero A no daba por concluida la reunión ni cerraba la conexión, así que ella empezaba a enojarse, cruzando las piernas delante de su pecho y abrazándolas

Linda bata Gracias, pero ya me lo has dicho cada vez que programas tus reuniones de madrugada, fue la agresiva respuesta. Disculpa Pilar, pero no puedo evitarlo desde la primera vez que te vi en bata, ¿lo recuerdas? Si lo recuerdo, contestó bajando el tono agresivo Creo que por algún motivo provoqué tu enojo, te fuiste sin despedirte ¿Estás solo? Preguntó preocupada que alguien pudiera oírlo. Sí, estoy solo, con la puerta cerrada Yo quería salir temprano y tu necesitabas descansar, por eso te desee buen viaje ¿Te molesta hablar de eso? ¿Recordarlo? Si así fuera, en primer lugar jamás hubiera ido a ese hotel. ¿Tú estás sola? Claro, todos duermen Me encantó lo que ocurrió, eres una mujer increíble en la cama Espero que no me consideres sólo eso Claro que no, eres una profesional excelente también y una persona de charla muy agradable Gracias, tú también Esa noche que te quedaste, ¿no te causó problemas en casa?

Continuará.


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