La Historia de Pilar y Carlos - Un Hombre Llamado "A" (3/6)

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La madrugada llegó y la conexión se estableció, empezando como siempre con el trabajo y terminándolo muy rápidamente

¿Pensaste lo que te dije la última vez? ¿Verte? Me encantaría, lo que no se es si tu esposo estaría de acuerdo Lo está, por eso no te preocupes Ok, me tienen en ascuas ¿El sábado a estas horas podrás? Pues es que sábado se me complica un poco No hay problema, lo dejamos, seguramente estarás con alguien ese día No no, quedamos para el domingo temprano Así es, entonces te llamo, hasta otro momento, recuerda que no debes decir ni una palabra, solo mirar.

La comunicación se cortó, ya está hecho pensó Pilar, aunque siempre podía cambiar de parecer y simplemente no llamar. Regresó a la cama a dormir un rato más, se pegó a su esposo y se quedó dormida, sonriendo por lo que les esperaba.

Los días pasaron rápido, cada uno en su rutina habitual, no hubo más contacto con A, anunciaron a sus hijos que se daban una escapada de fin de semana y que en lo posible, no incendiaran la casa.

El viernes llegó y por la tarde partieron a un balneario cercano, a no más de dos horas de camino. El hotel era acogedor, cerca al mar, y con una bonita vista desde su habitación, escenario bastante romántico para una pareja, por ser fin de semana, estaba lleno a rebosar por lo que ellos cenaron en un restaurante cercano, luego dieron una vuelta por el malecón y decidieron regresar a la privacidad de su habitación, tomaron una ducha tranquila y relajante juntos e hicieron el amor, con el conocimiento que cada uno tenía del otro, las ansias aumentadas por esta nueva aventura que se avecinaba, terminando uno en brazos del otro, con la respiración agitada, adormilándose con el ruido del mar hasta que se rindieron al sueño.

La mañana del sábado se lo pasaron en la playa, relajándose y dando algunas caminatas por la zona, luego del almuerzo se retiraron a quitarse la arena de encima y descansar un poco, tiempo que aprovecharon para conversar del motivo del viaje

Entonces, tú lo llamarás, se saludan, y luego ¿qué? ¿nos saludamos? Supongo que eso sería algo incómodo ¿Qué te parece si simplemente dejas encendida la cámara y nos olvidamos de él? Creo que tienes razón amor, me parece que será lo menos incómodo para todos

Se tomaron de las manos, algo nerviosos, a pesar de todas sus aventuras, sentían esto como algo diferente, casi como una invasión a su vida privada.

Cenaron temprano, hablando de cualquier cosa y disfrutando el paisaje, decidieron retirarse temprano a sus habitaciones, tomaron la última ducha del día, se pusieron sus pijamas y se metieron a la cama. El pijama de Pilar no era nada sexy ni provocativo, había pensado ponerse un baby doll o algo parecido, pero no era lo usual en ella y decidió que todo fuera lo más natural posible, como si le hubieran abierto a A una ventana a su dormitorio.

Veían televisión y comentaban la película cuando en algún momento se quedaron dormidos, medio sentados, Pilar caída hacía su esposo.

Las horas pasaron y la alarma del teléfono empezó a sonar haciendo que ella se levantara como un resorte, faltaba menos de media hora para el momento acordado, todo estaba oscuro, el sonido del mar entraba por la ventana abierta. Encendió las luces y cerró la ventana, ante tanto ruido, Carlos despertó también y se levantó al ver a Pilar ir de un lado a otro, perdida su habitual seguridad.

¿Qué pasa amor? Nada, solo quiero que todo esté listo, quería ducharme pero ya no habrá tiempo Estas bella así, como siempre, le dijo intentando abrazarla Suéltame, que no hay tiempo Pili, cálmate, si te genera tanta angustia dejémoslo, nunca te había visto así Está bien, sigamos, solo hagamos la llamada y olvidémonos de el

Quedaban 10 minutos, la portátil estaba encendida y probaron diferentes ubicaciones hasta que encontraron la que pensaron era la idea, sólo dejarían las lámparas de noche encendidas, pero no la luz principal, la ventana y las cortinas se quedarían cerradas y encendieron el aire acondicionado a muy suave temperatura.

A pesar de las conversaciones y preparativos, ambos estaban inquietos, sin saber muy bien que hacer. Al igual que en su primera experiencia en este nuevo ambiente, Carlos fue quien tomó la iniciativa para fijar el rumbo. Faltando apenas un minuto para hacer la llamada, anunció que iba al cuarto de baño, y siguiendo el acto a la palabra, se retiró, cuidando de cerrar la puerta.

Al otro lado del mundo, sin saberlo ni entender porque, A estaba tan nervioso como nuestra pareja. Él ya había tenido charlas calientes antes, pero por alguna razón esta le parecía especial, más íntima quizá y esperaba la hora para ver como resultaban las cosas. Pilar lo tenía encantado, ni en sus mejores sueños había esperado pasar una noche con ella y se sorprendió muchísimo cuando le anunciaron su llegada a aquel hotel. Ahora lo volvía a sorprender con esta propuesta de dejarse ver teniendo sexo con su esposo. A pesar que ella le había asegurado que su esposo estaba enterado, no podía estar seguro, quizá ella tenía algún fetiche por hacer esas llamadas en secreto, como lo había hecho con él mismo. Muy pronto saldría de dudas porque la llamada se haría seguramente a la hora pactada, intentó ponerse cómodo en la mesa de trabajo que tenía en su casa y esperó.

Pilar había quedado sola, al final Carlos, como siempre, había resuelto las dudas y facilitado las cosas de una manera fría y directa, solicitó la conexión y la rapidez con que fue contestada le indicó que allá lejos, alguien estaba tan ansioso como ellos dos, la imagen se formó en la pantalla del portátil.

Hola Pilar, ¿todo bien? Hola A, si todo bien y tu Bien muchas gracias, estas muy guapa

Pilar vestía un conjunto de pijamas de pantalón largo y camiseta y llevaba el cabello recogido en una cola alta, no se sentía guapa para nada y pensó que debió esperar la llamada con un mejor atuendo.

Gracias A ¿Estás sola? No, Carlos no tarda Ah ok, no están en casa, ¿no es así? No, pensamos que sería mejor ir a un lugar más privado, sin peligro de interrupción de nuestros hijos. Comprendo, supongo que es buena idea.

A, a través de la cámara veía a Pilar en primer plano, de pie y tras ella, una amplia habitación con una cama de tres plazas y una puerta al fondo que suponía sería del baño. De pronto esa puerta se abrió.

Carlos pensó que había dado suficiente tiempo, le parecieron horas, aunque sólo habían sido unos minutos, abrió la puerta y salió a la habitación, Pilar estaba de pie, algo alejada de la portátil, como para que pudieran ver bien, tanto a ella como a la habitación, no se dio la vuelta ni mostró señas de haberlo escuchado mientras se le acercaba hasta que estuvo tras ella.

Continuará.


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