¿Por qué odiamos a Scrooge? Una lectura actual, apresurada y personal

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        Releyendo el clásico navideño de Charles Dickens me llama la atención la animaversión que hay hacia el señor Scrooge. 

Su pecado, ¿tener dinero?, ¿no ser un tío sociable? 

     Veamos... que yo sepa el caballero no se mete con nadie. Diría más, es un hombre de paz, un ciudadano que genera riqueza con su trabajo, que tiene un empleado a su cargo y que, según nos cuentan, paga sus impuestos puntualmente.

Lo único, su caracter, algo agrio. Pero si miramos a su pasado tiene cierto sentido.

Pasando las navidades solo porque no le quieren en su casa. 

La única persona que le aprecia, su hermana pequeña, fallece joven.

       Su prometida rompe con él. Sí, es ella la que le libera del compromiso, ella la que demoniza el dinero que tiene y aventura que eso puede cambiarle y dañar su relación.

         La familia del empleado al que da trabajo le detesta. No le paga bastante, no contrata al resto y además, no financia el tratamiento médico del hijo pequeño. Curioso, el único que parece valorarle un poco es el propio empleado, recordando a todos que gracias a él tiene algo que no le da nadie más.

El fantasma le afea todo esto.

Los recaudadores de dinero para "caridad" le reprochan que no les ceda su riqueza gratis.

¿Acaso, como el mismo dice, no paga impuestos para que la gente sin recursos tenga atención?

    ¿Acaso no es labor del gobierno, a través de los impuestos, atender las necesidades de los ciudadanos?

Sí, luego ya es bueno. El solito lo arregla todo y además sonríe e incluso le quieren (el dinero no tiene nada que ver con esto, por supuesto)

     No quiero decir que la Navidad no tenga cosas buenas, aunque solo sea por mencionar la palabra más bonita que existe después del amor, aunque solo sea por hablar de Paz.

          Qué pena que en  nuestro tiempo la frase que este de moda sea: "Si quieres paz prepárate para la guerra", que pena que en nuestro tiempo, de manera hipócrita, muchos usen la palabra paz o se llamen hombres y mujeres de paz.

        Me gusta Scrooge, sí, también el primero, el que habla claro y no se mete con nadie, el que respeta. El que no es juzgado por palabras vacías, admirado por todos, el que no es aplaudido por el mundo debido a su franqueza.

       También me gusta el segundo, el que representa el amor total, el que renuncia a si mismo y lo da todo. Solo me da miedo que con Scrooge pase como con Robin Hood, "el que roba a los ricos para dárselo a los pobres". Robin no robaba a ricos, recuperaba el dinero de impuestos abusivos, robaba a los que "robaban", a los políticos de la época vamos. Espero que el relato de Canción de Navidad no nos desvie del mensaje.

         Visto como somos los humanos, firmaría hoy mismo por tener muchos señores Scrooge como el primero que, no nos engañemos, solo necesitan un poco de cariño para ser un módelo de santidad.

 

 


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