LA MANCHA (I)

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Enviado el , clasificado en Ciencia ficción
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L y yo comenzamos nuestro día en una cafetería americana con un delicioso desayuno. Era ya tarde, el camarero no estaba muy dispuesto a servir el desayuno; con prisas y atropelladamente nos trajo un especie de tortita gigante en una sartén vieja y requemada, algo grasienta y bastante gorda repleta de caramelo.

Nos disponíamos a degustar esa tortita con ese buen "café americano" cuando de repente se hizo la casi, total oscuridad en el lugar. Nos quedamos solas, la poca gente o no la veíamos o desapareció sin más. La sensación era extraña, ahí estaba pasando algo.

En aquella mesa típica de cafetería de cuatro asientos, yo me estremecí al ver como a mi izquierda en el suelo se abría una mancha de color negro y rojizo oscuro y lo más extraño de todo, empezó a sonar sutilmente una extraña, pero conocida melodía....

Realmente empecé a sentir terror.

L estaba intranquila y no quitaba ojo a esa mancha espesa del suelo. Era como si el tiempo estuviera detenido...esa melodía empezaba a sonar más alto pero no demasiado. Seguimos perplejas, poco a poco de esa mancha salio una mano delgada y abierta invitando a coger la nuestra. Ahora el pánico se apodero de mí. La sensación era horrible, esa mano nos quería llevar, llevar dentro de aquel horrible agujero.

Sin más, la mano se alargo y cogió a L, yo tire de ella para no dejarla escapar. Tiré y tiré pero en un abrir y cerrar de ojos desapareció sin más. Con terror, no pude más que dejarme caer en aquella profunda y lúgubre mancha para poder seguir a L, mientras aquella melodía invadía mi mente.

La caída era rápida y sin cesar. De repente llegué a una galería, no caí, solo aparecí sin rastro de golpe alguno. La oscuridad era casi absoluta se percibían pasillos largos y galerías extensas. Los sonidos eran fugaces y se denotaba que el lugar era de otra dimensión, no conocida.

Mi cuerpo y mi mente sentían una pesadez extraña, el aire era espeso y caliente pero respirable. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no sabia que hacer si andar o quedarme quieta, en mi mente solo estaba encontrar a L, pero no sabía como hacerlo.

De repente el lugar cambió, me encontraba en un pasillo muy oscuro y largo con una tenue niebla que dejaba vislumbrar el color de las paredes y una sucia moqueta burdeos. A mi derecha dos ascensores, en ese instante escuche un susurro de risas muy cerca que pasaba casi rozándome, aterrorizada entré en uno de ellos. Apreté el primer botón que vi a mi derecha con el número 6. Al detenerse el ascensor y abrirse las puertas era imposible lo que estaba viendo, el mismo pasillo oscuro y largo y las mismas risas burlonas. Salí y salté al otro ascensor apretando un botón de bajada con una gran flecha. Continuara...

 

 


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