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No fui yo quien decidió saltar, me empujaron todas aquellas promesas que algún día sirvieron de esperanza y de sustento. Ahora que aquí todo es etéreo e inefable, vacío y oscuro, yo mismo me hago una promesa: tomar toda esta penumbra que me rodea y transformarla en mi nuevo hogar, lejos de la mano del tiempo que corrompe todo lo que toca.
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