OFERTA DE TRABAJO (1-5)
Por Merced 54
Enviado el 24/01/2023, clasificado en Intriga / suspense
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OFERTA DE TRABAJO (1-5)
Estando ya dentro del barco, Anaïs se encontraba inquieta, tenía un presentimiento, de pronto el capitán se acerca y le dice; Salimos ya, contestándole ella que esperara pues estaban esperando una entrega. El capitán se quedo sin habrá, pues pensó ¿Una entrega, aquí?, pero no dijo nada y espero. Al cabo de unos minutos llego un hombre entregando los equipos de buceo, el capitán seguía sin poder decir ni mu, solo pensaba ¿No querrá hacer lo que me imagino? Y la miraba. Anaïs seguía muy seria, daba impresión verla con esa cara. Se acerca al capitán y le dice; ahora señor podemos salir. Al cabo de un tiempo, estando en alta mar suena su telf., lo coge, contesta, era sus dos compañeros de trabajo que acababan de desembarcar y venían a recoger el cuerpo de su hermana
.-Anaïs dijo; El hostal esta en esta dirección, pedir la llave y esperar dentro. Yo ya he dejado instrucciones en recepción.
Colgó, le dio un equipo a Pepe y otro se puso ella. Bajaron miraron y no vieron nada. Pepe se le cayó la botella de repuesto, cuando estaban regresando, cayó a unos metros del sitio que habían estado revisando. Fue a cogerla y vio entre unos matorrales una tela atada a una roca en las profundidades. Anaïs que lo estaba observando, se percato de que Pepe le hacía señales. Acercándose al lugar donde estaba, vio como algo estaba enrolladlo en unos grandes arrecifes de corales. Cuál fue su sorpresa que conforme iba desatando el nudo vio que lo que estaba enrolladlo eran aparentemente huesos humanos. Siguió revisando el terreno y se percato que la pulsera de su hermana estaba en otro coral enganchado, más otro envoltorio a unos metros. Como llevaba bolsas para coger pruebas, de cada envoltorio cogió un hueso muy reducido de tamaño, junto con restos de cabello. En uno de los rectos, pudo coger también un ojo y en el otro se percato que había una oreja intacta. Intento obtener de cada manojo de huesos, lo que pensó que pasaría desapercibida. Cogió los envoltorios con los rectos y se dirigieron al puerto, antes llamo al General Akil para decirle que lo esperaba con dos cuerpos aparentemente, pudiendo ser rectos humanos. Al llegar al puerto, el General ya los esperaba con tres coches de policía y una ambulancia. Le dio los restos encontrados y le dijo que en un rato irían a recoger a su hermana. Pepe y Anaïs se pusieron en camino al hostal. Al llegar al hostal se ducharon y cambiaron de ropa. Sus compañeros estaban dentro esperando y a uno de ellos le dio las pruebas encontradas en alta mar y le dijo; esto junto con mi hermana la entregas en Washington, a mi gran amigo J.Edgar y al otro le dio el Pendráis, junto con las pertenencias que Luisa llevaba encima, cuando la encontraron, diciéndole; esto se lo entregas personalmente a nuestro jefe. No lo sueltes y protégelo con tu vida. Aquí seguro hay pruebas muy importantes para el caso. Después llamo a su jefe a España.
-Anaïs; Hola jefe, he vuelto a escuchar todo y sale una voz que me suena, revísalo y haz comparaciones con la voz de la petrolera de Arabia saudita, voces de entrevistas, noticias o de lo que se te ocurra donde aparezca personajes relacionados en esos negocios.
-Su jefe; tengo una pista encontrada en el ordenador, cuando lo confirme te digo cosas.
Dicho esto colgaron el telf., Anaïs se dirigió a coger a su hermana y embarcarla. Recogiendo a Luisa, le dijo el Director Akil; Bueno, Castro que tenga suerte en la investigación.
-Anaïs; Akil si no le es inconveniente y si no le importa, me gustaría estar unos días hasta que sepamos algo de los restos encontrados. Bueno perdone si le importuno, sé que soy mujer, que soy débil y que le puedo hacer ir más lento en la investigación, como hacer sentí incomodo.
–Akil; Bueno se puede quedar siempre y cuando no me haga retrasar en la investigación y se mantenga al margen.
Al salir y sin que la viera nadie Anaïs le mostro una sonrisa a Pepe y se dirigieron al mercado, compraron ropa de mujer, se vistió tapándose la cara, solo se veía los ojos y junto con Pepe se fueron a pasear por las zonas adineradas, para intentar oír voces de los más ricos, que vivieran por allí, pasearan por su lado o incluso paisajes por si algo le resultara aunque por débil, conocido.
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