LEER A LOS CLÁSICOS
Por franciscomiralles
Enviado el 11/02/2023, clasificado en Reflexiones
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Hace apenas unas semanas que iba yo paseando por la calle central del pueblo marítimo en el que vivo dejándome acariciar por los tibios rayos de un sol de mediodía cuando me crucé con un matrimonio que vive a dos pasos de mi domicilio, el cual se ufanaba de ser un gran lector de obras de actualidad.
-... Pero con lo que yo no puedo es con los viejos clásicos - me dijo la mujer que era una fémina menuda con gafas.
Entonces me percaté que aquel joven matrimonio pensaba como muchos de su generación que el mundo había nacido ayer; con ellos y que la tradición cultural y lingüista del pasado que había evolucinado hasta nuestros días no valía para nada y que sólo importaba la manera de ser acual; lo que estaba de moda. Esto es la consecuencia de un estado de ánimo infantil y de un gregarismo endiosado en el que subyace una solemne estupidez. Pues si bien en nuestro presente se ha progresado en cuanto a la Ciencia y a la Tecnología, ésto no significa que seamos mejores que nuestros antepasados, dado que ahora las pasiones humanas dejan mucho que desear; y asimismo el juicio crítico, la hondura del pensamiento ha dejado de funcionar.
No obstante es verdad que los autores de varios siglos anteriores al nuestro para la mentalidad actual son difíciles de comprender, ya que ellos pertenecían al contexto histórico de su tiempo que está muy lejos del actual, ya que la manera de expresarse así como las costumbres sociales de aquel entonces estaban envueltas en una retórica que choca con nuestra manera de ser más pragmática y más directa que en aquel lejano ayer; y también últimamente más simplista. Por ejemplo parece ser que los escritores del siglo XVl escribían sin preocuparse demasiado por el estilo, y lo hacían tal como hablaban en su vida cotidiana. Es muy posible que este matrimonio con el que me crucé en la calle como mucha gente que he conocido no sepa la importancia que tienen las obras teatrales de Shaskespeare. Ellos percibirán unos personajes de capa y espada, que se implican en oscuros e irresolubles problemas.
Mas ¿por qué a estas obras tan antigüas se las llama clásicas? ¿por qué se recomienda leerlas cuando lo que ocurre en ellas no tiene nada que ver con nuestros? Sencillamente, porque muchas situaciones que tocan y sobre todo los personajes trascienden la época en la que fueron creados. Por lo que se refiere Shakespeare, supo reflejar a la perfección el dominio de las pasiones humanas en el ser humano, que todavía siguen vigentes. Habló de los celos en la pareja como en OTELO, de la desmedida ambición por el Poder en LADY MACHBET, y de la duda que abruma al ser humano sobre el existir o el no existir en HAMLET; y sobre todo el personaje es un paradigma del hombre moderno al criticar una monarquía que ya está obsoleta que es una herencia de la Edad Media.
Por lo que se refiere a nuestro Siglo de Oro, hay que tener en cuenta que éste se produjo en un decadente contexto histórico en el que el país estaba inmerso en una ruina total, que dio lugar a que la población sufriera grandes hambrunas y en la que sólo vivía opíramente bien la alta nobleza de las escasas reservas del oro y de la plata que garrapiñaban en las colonias; pues por supuesto en aquel entonces no existía ninguna ciencia ni planificación de economía como en la actualidad. Y justamente para compensar de algún modo, aunque fuera inconscientemente, esta caótica situación surgió la gran literatura de la picaresca. Los pícaros como muchos lectores sabrán, eran unos sujetos que se las ingeniaban enrededando a los señores, o a los más incautos para malvivir como pudiesen. Pero lo cierto es que esta figura no ha desaparecido del todo, puesto que en situaciones de crisis económica y de penuria laboral resucita en algunos sujetos este don Pablos que fue el pícaro por excelencia creado por Francisco Quevedo en su novela crítica EL BUSCÓN sea en la política o en otros ámbitos, que sigue engañando a mucha gente para vivir bien él a costa de los demás.
Tampoco en los clásicos podía faltar EL QUIJOTE que es una novela más de personajes, que de situaciones porque de hecho no sucede nada y yo considero que es una obra muy realista. Todo se basa en la óptica de la vida del protagonista y que hay que leer. Al Quijote no le gusta nada la época que le ha tocado vivir. Es un inadaptado que se refugia en los libros de aventuras y se empeña en huir de la prosaica realidad que le envuelve. ¿Cuántas personas habrá en la actualidad que tampoco les gustará los tiempos que corren y se instalan en inonsistentes mitlos y mentiras? Yo creo que el QUIJOTE con otro ropaje postmoderno sigue vigente entre nosotros.
Es por todo ello que hay que leer a los clásicos. El lector debe de hacer un esfuerzo de flexividad, traspasar con la imaginación lo superficial; lo que rodea a los personajes como puedan ser las expresiones trasnochadas para llegar al fondo de la cuestión, y verá que no estamos tan lejos de nuestros héroes del pasado.
FRANCESC MIRALLES
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