WHATSAPP

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El verano pasado me sucedió una de esas cosas que parecen increíbles hasta que le pasan a uno mismo.

Resulta que junto a mi mujer fui a una playa nudista. Solemos ir un par de veces a lo largo del verano. Ese día decidimos hacernos algunas fotos, solo por morbo. Semanas después coincidimos en una cafetería con una amiga de mi mujer y por tanto conocida mía.

Yo bicheaba por el móvil mientras ellas hablaban de cosa varias. En un momento determinado salió el tema de las playas nudistas. Mi mujer le comentó a su amiga que nosotros solíamos ir. Que era una sensación de libertad y esas cosas que las mujeres suelen decir. De repente sacó su móvil y mostró a su amiga una foto de ese día. En ella se nos veía a los dos tumbados boca arriba, totalmente desnudo. La amiga cogió el móvil y no dudó en ampliar la foto para recrearse en nuestros cuerpos al sol. Supongo que era algo que a mi mujer le daba morbo porque de lo contrario no me lo explicó.

Yo miraba la situación simulando naturalidad cuando la amiga de mi mujer, una vez se recreó en la foto del desnudo, me miró levantando una ceja con una media sonrisa que no supe interpretar en ese momento. La conversación siguió por otros temas sin darle mayor importancia a lo sucedido. Aunque en mi mente la situación había sido tremendamente morbosa.

Una semana más tarde iba a salir de dudas. Como tantas noches, me suelo quedar solo en el salón, tumbado en el sofá mirando el móvil. De repente recibí un WhatsApp a la 1 de la madrugada:

-Despierto todavía? -era de la amiga de mi mujer.

Me sorprendió bastante ya que entre ella yo no hay tanta confianza como para mandarnos WhatsApp. 

-Sí, suelo trasnochar.

-Yo también. Me cuesta coger el sueño y suelo ver la tele hasta tarde.

-Despertarás a tu marido con la tele en el dormitorio.

-No. Mi marido suele madrugar para trabajar por eso me quedo sola en el salón.

-Asi mismo estoy yo. Tu amiga duerme en el dormitorio y yo solo en el salón.

Durante 20 minutos la amiga de mi mujer no volvió a escribirme, aunque permanecía en línea en el WhatsApp. Yo también me mantuve en línea. Y es que quería saber dónde quería llegar ella.

De repente vi que estaba escribiendo. Se dio una situación en la que escribía y volvía a estar en línea. Deduje que no escribía y borraba como si no supiera como contarme algo. A la tercera fue la vencida:

-Oye ¿Te molestó que viera tu foto en la playa nudista?

Sonreí y recordé su sonrisa. Supe que le había gustado verme la polla. Y me atrevería a decir que la excitó:

-No, para nada. No tiene sentido desnudarme en la playa y molestarme porque me vean...aunque sea en fotografías...

-Ya, claro. Pero no es lo mismo... Por cierto........

Dejó el mensaje en suspense:

-Dime? -le pregunté. Quería llegar hasta el final.

-....sabes que estás muy bien...de todo.....

Lo sabía. Sabía que se había puesto cachonda viendo la fotografía:

-Así que te gusta mi foto?

-Hombre, la foto no está mal pero no me refería a la foto sino al modelo...

-¿Así que te gusta mi polla? -Me lancé a la piscina.

-Sí, tienes una polla muy apetecible...¿Te puedo hacer una confesión? Esa noche me masturbé recordando la foto de tu desnudo.

La tía estaba entregada. Muy caliente así que me la jugué.

-Y solo la has visto en reposo.... -a continuación, le envié una foto-polla empalmado.

En la foto se apreciaba como se me marcaban las venas cuando tengo una erección importante. Inmediatamente contesto:

-Joder, todo eso es tuyo?

-Todo...

-Uuufff, sabes que acabo de mojar las bragas?

-De verdad? Te has excitado?

-Tú me dirás? Me acabas de enviar una foto de tu pollón y una no es de piedra.

Me sorprendió que me enviase una foto de sus bragas. Era un tanga negro con una mancha blancuzca en la zona que tapa el coño:

-Joder, así estás?

Casi no me dio tiempo a enviar el mensaje cuando comenzaron a entrar en mi móvil varias fotos. Una en la que se veía a la amiga de mi mujer tumbada en el sofá mostrando un coño con una franja de vellos negros. Otra en primer plano dónde se veía como se abría el coño con los dedos.

Era una preciosidad de vagina rosada y clítoris gordo y excitado. En otra me mostraba como sus dedos se mojaban en sus flujos. Y una última en la que se mostraba a 4 patas, arrodillada en el suelo y apoyada en el asiento del sofá. Se veía perfectamente el coño peludito entre las piernas y por encima un culo redondo abierto con sus manos. Junto a ellas venía un mensaje:

-Me dejaría follar por todos lados con tu pollón ahora mismo.

No pude aguantar más y me hice una tremenda paja mirando las fotos de la amiga de mi mujer. Acabé corriéndome en la pantalla del móvil sobre la foto de su coño abierto. Aproveché la cámara de la tablet para tomar una foto y enviársela a la mujer:

-Ahí tienes mi corrida en tu coño.

Aún estaba jadeando cuando recibí un audio de la amiga de mi mujer. Era un orgasmo que acababa de tener:

-Que paja me acabas de provocar, cabrón.

Inmediatamente se desconectó de WhatsApp. Yo me quedé en un estado de confusión. Acababa de tener cibersexo con una de las amigas de mi mujer. No sabía cómo asimilar nada de lo que había ocurrido. ¿Como habíamos acabado así? ¿Técnicamente eran unos cuernos? Y sobre todo, ¿cómo sería la siguiente vez que nos viéramos en la calle? Pero eso ya es otra historia....


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