La Catedral

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Recientemente se han descubierto unos túneles que comunican la Catedral de los Muertos, con el Convento de monjas de clausura "Divinas Vivientes", situado a unos quinientos metros de distancia. No sabría nada de todo esto si el inspector de policía Erkano Coren no me hubiese contado nada. Somos amigos desde la infancia y de vez en cuando me pide ayuda para resolver sus casos.

No soy una experta en investigación criminal, pero mis opiniones le interesan ya que por norma general son bastante descabelladas y piensa que cuantas más hipótesis, más fácil le resultará tener una visión integral del asunto. Además han consultado mi tesis acerca de la historia de la Catedral y piensan que les resultará útil para sus investigaciones.

El caso es que en los túneles descubiertos se han encontrado restos que "parecen" humanos, aunque los forenses no han podido determinar a que tipo de seres pertenecen. Sus cráneos son muy grandes y podrían albergar cerebros de unos tres kilos. Había huesos de unos quinientos años de antigüedad y otros de no más de setenta años.

Los más temerarios en proponer hipótesis hablan de órdenes secretas entre curas y monjas, invocando a seres de naturaleza incierta. En los túneles hay cantidad de estancias con numerosos elementos y mobiliario para vivir allí. Bibliotecas, salones, habitaciones con camas ya derruidas y cortinas como si taparan ventanas inexistentes; armarios con sotanas y vestimentas de curas y monjas; estancias en donde el tiempo ha envejecido y deslucido todo su contenido, el polvo y las telarañas cubren toda la superficie de las estancias.

En uno de estos salones se encontró una vitrina llena de libros de contenido siniestro, tales como el Necronomicón, La Llave Oscura o El Evangelio del Ángel Caído Azazel. Este ángel también conocido en el entorno del Islam como Iblis, fue quién hizo a Dios la siguiente pregunta:
¿Porqué un Hijo del Fuego tiene que inclinarse ante un Hijo del Barro?

A un lado de la vitrina hay una especie de altar donde la investigación concluyó que se utilizaba para sacrificios. Se sospecha, aunque se necesitan más estudios, que se realizaban experimentos mezclando genéticas de diferentes seres. Allí se encontraron numerosos manuscritos y pergaminos con toda la información que manejaban. Llegaron a conseguir híbridos humano/animales, que obligaban a procrear para inmolar allí a los recién nacidos. Las ilustraciones muy realistas mostraban un cerdo/lagarto o un león/gorila, por ejemplo. También humano/serpiente o humano-macho cabrio y muchos otras hibridaciones.

El equipo de especialistas que trabajamos en los túneles es reducido, no más de ocho personas. Mi nombre es Amber Suit y me acompañan: Simón Doval, explorador de lo Incógnito; El padre Rafael Luceño, teólogo de la Universidad Pontificia, quién interpretó "Los poemas de Luzbel"; y dos forenses del CSI Las Vegas, Gil Grissom y Nick Stokes, estos últimos se encargarán del estudio de los huesos. También está Iria Nova, experta en lenguas arcaicas y amiga íntima.

Mi función es coordinar el trabajo del equipo e informar de los avances a la Administración de la Catedral. La policía ha dejado la investigación ya que los resultados forenses de los huesos hallados, concluyen que la antigüedad de los mismos no da lugar a ningún acto criminal de su competencia en tiempo presente, más bien se trata de un análisis más afín al equipo de estudiosos que están allí.

El viernes día seis fué un día importante, se descubrió una puerta que solo se podía abrir si se interpretaba la lengua grabada en su superficie. Iria investigó y cree que la escritura pertenece a los Amat, una antigua raza que vino de las estrellas y habitó el planeta por cientos de miles de años. Su color de piel era azul intenso, casi negro y su estatura rondaba los dos metros y medio. Su cabeza se erguía como un cono redondeado y se supone que albergaba un cerebro el doble de grande que el nuestro.

Tomó unos folios escritos por ella y recitó una lengua ininteligible para nosotros. Empujó ciertos grabados y la puerta se abrió crujiendo sus bornes oxidados. Salió un olor penetrante a oscuridad húmeda y mohosa. Pero lo más sorprendente fué cuando se encendieron unas luces de apariencia eléctrica a lo largo de un pasillo con cinco puertas. Parecía un lugar de oficinas moderno, aunque polvoriento y sucio, como si nadie hubiese pasado por allí en decenas de años.

Las puertas tenían una inscripción que Iria enseguida interpretó como alfa-numérica  aunque no como nosotros lo entendemos. Parece ser que los números pertenecen al tiempo y se mueven en una especie de zig-zag, que hace que las puertas  cambien en todo momento; las letras pertenecen al espacio y junto con los números nos muestran un destino a un tiempo espacial concreto.

Iria calculó, movió los símbolos de la puerta más próxima y ésta se abrió. Al otro lado salimos a una catedral de estética ciberpunk donde había una monja en tanga oficiando la misa a un grupo de feligreses. Se cubría con unas sedas volátiles y transparentes de color negro y una corona de espinas también negras y de buen tamaño; calzaba unas plataformas drag-queen de unos treinta centímetros mientras sonaba a todo trapo la música de Los Ramones:

Hey! Oh! Let´s go!

La monja señaló el reclinatorio y todos los asistentes fueron pasando a comulgar una hostia negra de dudosa naturaleza en cuanto a que fuera el cuerpo de Cristo.

Volvimos atrás asustados y cerramos la puerta. Hablamos, tomamos notas, alguien tomó un "trankimacin" y debatimos si regresar o explorar otra puerta. Iria recalculó y después de pensarlo dos veces abrimos la siguiente.

Fuimos a parar a una nueva catedral saliendo por el confesionario. Menos mal que no había un cura ocupando el  pequeño habitáculo. Aquí vimos una mezcla de seres con formas que no habríamos imaginado en nuestros peores sueños. Se trataba de los híbridos que habíamos visto en las ilustraciones que se encontraron en los túneles más próximos a la superficie. No había límite para la mezcla genética.

Inmediatamente salimos de allí y volvimos hacia los túneles superiores para planificar los próximos movimientos. Nos reunimos con los responsables de la Catedral y pasamos un informe. El Deán no se creía nada y miraba al padre Luceño que se santiguaba mientras Simón le enseñaba las ilustraciones que habíamos descubierto. No obstante, lo que más le impactó fué la descripción del ser hombre-macho cabrío, eso parece ser que le confirmó la existencia del Diablo.

Llamaron al Vaticano y enviaron un informe con los descubrimientos del subsuelo. El Papa envío a dos de sus mejores agentes: el Cardenal Gelato y su ayudante, un clon del monje benedictino Benvicius, los cuales habían resuelto el famoso caso de los Pergaminos de Jerusalén.

El equipo se reunió en los subterráneos de la Catedral y estudió los siguientes movimientos en las puertas alfanuméricas. Iria mandó llamar a AQR66, un ser mecánico con un cerebro biológico construido a base de unas células encontradas en un meteorito. De vez en cuando le ayudaba a interpretar lenguas perdidas que ya no formaban parte de la memoria.

Entre los dos consiguieron penetrar en los símbolos de las puertas y nos explicaron que eran entradas a otros mundos. La conexión son las Catedrales. Habíamos estado en dos y en el pasillo había cinco. En poco tiempo dieron con el nombre de dos más: "La Catedral de Cristal y La Catedral Azul"...

Y hasta aquí llegan los informes encontrados en la puerta de acceso al pasillo de las Catedrales. Nadie puede entrar ya que Iría y el resto de los exploradores han desaparecido.






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