El protocolo

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Enviado el , clasificado en Ciencia ficción
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       Aquel lugar era, sin la menor duda, otro mundo. En cierto modo recordaba al Moulin Rogue actual, a un espectáculo de can can.

       La iluminación era un elemento central, con personalidad propia. Sobre las mesas redondas cubiertas con manteles de tela granates, lámparas de brazos dorados proyectaban una luz tenue, como temerosa de quitar protagonismo a lo que escondía la oscuridad.

           La voz de la música intentaba, no siempre con éxito, imponerse al rumor de las conversaciones y a las estridentes risotadas que se oían ocasionalmente. El alcohol en forma de champán, las plumas de sombreros imposibles, trajes con pajarita, vestidos de gasa, azules, rosas, negros o violetas. Zapatos de tacón, labios rojos, mostachos, barbas, pestañas postizas. Humo de tabaco y pipa mezclado con perfumes y colonias.

           En una mesa algo apartada, un caballero maduro y con poco pelo observaba todo con la mirada de asombro de quien disfruta de algo por primera vez. Las bailarinas, algunas delgadas y  jóvenes, otras no tanto, vestían trajes de faldas que levantaban al ritmo de la vertiginosa danza, dejando ver ropa interior y nalgas, hipnotizando a gran parte de la audiencia. 

- Me trae otra. - dijo el caballero en perfecto francés a la chica que se acercó a servirle.

- Enseguida. - replicó la mujer.

       Una muchacha más joven y peliroja le guiñó un ojo buscando algo. Pero el tipo negó con la cabeza y tirando de una cadena color oro, sacó un reloj del bolsillo y consultó la hora con cierta impaciencia.

Ya quedaba menos.

La camarera volvió con un vaso de champán.

- Gracias. Quédate con el cambio.

       La aludida sonrió de manera artificial y guardó el billete en su escote tratando de llamar la atención del generoso cliente sin resultado.

        De pronto, el hombre de la mesa vio entrar a alguién y su corazón se aceleró. Aquello era real. Sí, se lo habían dicho, claro que sí, pero todavía no se lo creía. Le había parecido caro, pero ahora, en aquel lugar, en aquel momento, ante esta oportunidad, le pareció una ganga.

           También le habían advertido de lo otro, de lo que estaba prohibido. Se lo tomo en serio durante cinco minutos, pero después, su espíritu aventurero y sobre todo esa subida de adrenalina que le llevaba al éxtasis, hizo el resto. 

Lo hizo sin pensar. Se acercó a la mesa del recien llegado.

- ¿Cómo está? He oido que es pintor... y de los buenos.

        El aludido escuchó complacido los cumplidos que le dedicaba aquel desconocido. No había hecho nada para recibir tales lisonjas, pero la humildad no se encontraba entre sus virtudes, y desenvolviendo el paquete, enseñó la pintura a su admirador.

- Magnífico. - exclamó el visitante sin poder creer que aquello fuera real.

       La chica peliroja de antes se acercó a la mesa y hablando de manera sensual, logró atraer la atención del artista.

          El hombre del reloj aprovechó la distracción para coger el cuadro y, con sangre fría, abandonar el lugar. 

"Nadie me sigue." pensó para si mismo.

Poco después, su corazón comenzó a latir con fuerza.

          A escasos metros de allí, pero a una distancia temporal de más de un siglo, una mujer de duro rostro dio una orden.

El mecanismo se puso en marcha.

      Media hora más tarde, una de las chicas que bailaba can-can se secó el sudor que caía por su frente y poniéndose una chaqueta salió del local. Callejeó durante unos minutos guiándose por un dispositivo que habría llamado la atención de los habitantes de aquella ciudad.

Finalmente lo encontró. 

El cuerpo de un hombre maduro yacía en el suelo sin vida.

"Lo tengo." Dijo recuperando el lienzo que estaba al lado de la víctima.

"¿Qué hago con el sujeto?" Añadió con frialdad.

- "Nada. Ya nos encargamos nosotros."

      A escasos metros, solo que ciento y pico años más tarde, la mujer respiró con alivio. Todo había salido bien. 

"Entrada x3485, ley 34/87, violación grave del protocolo de viaje en el tiempo. Intento robo de obra de arte. Riesgo rotura en el tejido espacio temporal con potencial para alterar el natural curso de la Historia.  Acción: Sujeto borrado de la existencia. Estado temporal: estable"


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