EL "DINOSAURIO" QUIERE UNA NOVIA 1

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Pablo Guix que era un hombre de treinta años salió lloroso del hospital en el que estaba ingresada su madre viuda, dado que el médico le había dado pocas esperanzas de vida. No obstante a pesar de la mala noticia fue a una Academia de Idiomas para aprender inglés como le había aconsejado que hiciese un compañero del taller de reparaciones de coches en el que se ganaba la vida desde hacía bastante tiempo, el cual estaba ubicado en un barrio de Barcelona llamado Pueblo Nuevo, que si bien en un pasado había sido una zona popular y familiar; pero sobre todo muy industrial, a partir de las Olimpiadas del 98 se había convertido en un lugar eminentemente turístico en el que predominaban muchos británicos.

Mas cuando Pablo irrumpió en el aula de aquel centro docente, quedó totalmente deslumbrado por el glamour, la espectacular belleza de una nueva alumna llamada Olga, ya que esta era una mujer morena, con unos ojos grandes y rasgados y unos labios rojos que denotaban una gran sensuaidad. Pero lo más llamativo era que a juzgar por su elegante indumentaria y su aura de dignidad un tanto altiva daba a entender que era toda una dama que debía de vivir en la parte alta de la ciudad.

Pablo siguió la clase como si estuviera envuelto en una nube, sin dejar de mirar por el rabillo del ojo aquella beldad y sin hacer demasiado caso de las enseñanzas del profesor. Así cuando llegó la hora de salida, Pablo corrió a situarse al lado de aquella nueva alumna temiendo que se le pudiese escapar.

- !Hola! Me llamo Pablo. ¿Y tú? - se presentó él con un temblor de piernas y con una actitud apocada, puesto que no estaba acostumbrado a tratar con ninguna mujer de aquel estilo.

- Olga - respondió escuetamente la joven sin mirarle a la cara y en voz baja.

-¿Cómo dces?

-¡Olga! - gritó la chica.

- Oye. ¿Vamos a tomar algo en algún bar?

- No. Tengo prisa. Me esperan.

- ¿Y otro día? Eres muy guapa y me gustaría conocerte mejor - se atrevió a lisonjearla él.

La joven aceleró el paso, y no le respondió. ¿Es que se hacía la dura? ¿Es que acaso la había incomodado? ¿Tenía por desventura un novio?

Aquella noche Pablo apenas pudo dormir pensando en la tal Olga como si él fuese un adolescente. Y el hecho de que le hubese dado el esquinazo aún le excitaba más el deseo de estar con ella. Además había el problema de su madre.Cuando por desgracia esta faltse, ¿qué sería de él? Necesitaba con urgencia a una mujer en la que poder apoyarse; que le atendiera en todas sus necesidades.Y esta Olga, la alumna del ingllés era como un sueño.

En sucesivas ocasiones Pablo insistió en abordar a aquella joven; y hasta en un arrebato pasional le propuso:

- Olga. Ya sé que apenas nos conocemos, pero si me aceptas como pareja yo te juro que haré lo posible para hacerte feliz.

La joven lo miró por primera vez entre asombrada y ofendida y le espetó con agresividad

- ¡¿Pero qué dices, chico?! ¿Es que estás loco? ¡Déjame ya en paz!

Pablo ante aquel chasco tan brutal se quedó pasmado en mitad de la calle y sintió un bohorno enorme; pues le parecía que todo a su alrededor le daba vueltas.

Sin embargo el mecánico no se había percatado que aquella desagradable escena había tenido un espectador casual que era otro alumno de la Academia de su misma aula, llamado Miguel. Este era un sujeto alto; apuesto y con un aire desenfadado, el cual se le acercó y le dijo dándole una palmada en el hombro.

- No te preocupes, Pablo. Si esta mujer no te quiere, otras habrá

- ¡Oh, es que no sé por qué ella me ha tenido que tratar tan mal siendo compañeros de estudio! ¿Qué le he hecho yo? - se quejó el hombre en un tono plañidero.

Miguel se llevó al dolido Pablo en un bar a tomar unas copas que estaba muy cerca de la Academia y trató de ponerlo en antecedentes.

- Nunca, pero nunca abordes a una mujer de una forma tan directa como lo has hecho ahora, porque huirá de ti. A las damas  les gusta que el hombre sea más sutil; que sea delicado con ellas ¿Comprendes?

 -Ya...

Entonces Miguel se fijó en su estampa y se apercibió enseguida que su interlocutor era un sujeto que se había estancado en una época pasada a juzgar por su chaqueta de color verde botella, que estaba pasada de moda. En efecto, él aunque era muy habilidoso con el móvil y el ordenador que los utilizaba de una manera mecánica emocionalmente seguía aferrado a un modelo de vida que estaba fuera de lugar. Para Miguel aquel sujeto era como un dinosaurio urbano que buscaba compañía femenina desesperadamente.

- Tienes que renovar tu vestuario y ponerte al día - le aconsejó Miguel-. Piensa que para conocer gente la primera impresión es la que cuenta. Si las damas te ven con esta chaqueta tan anicuada, no te harán el menor caso Incluso pueden. pensar que eres un tacaño; o un pobretón que no tiene dónde caerse muerto.

Pablo se agarró la chaqueta como protegiéndola con aire ofendido.

-!No digas eso! Mi madre me ha eligido siempre la ropa que me he de poner, y te aseguro que ella tiene muy buen gusto. Aunque ahora, pobrecita está muy enferma.

- No tengo ninguna duda que tu madre sea una gran mujer; una santa. Pero ella es hija de su tiempo como todos los demás y no está muy al día de la forma de vestir actual. - Tras una pausa Miguel prosiguió-.Te he hablado de la buena impresión que puedes causar en cuanto a la indumentaria, pero hay algo más importante que debes cultivar. No puedes presentarte ante las mujeres con un aire pusilánime como con el que te sueles presentar. Te he visto cómo te dirigías a Olga y no está nada bien. Ellas admiran al hombre decidido; seguro de sí mismo que demuestre que no las teme; y hay que hablarles con naturalidad, con simpatía. Piensa que por desgracia hay muchos depredadores; tipos malvados, que no son tontos y al principio se muestran encantadores con las féminas;las saben conquistar..Pero cuando éstos consiguen ganarles la confianza, todo cambia y convierten la vida de estas mujeres en un infierno        

                                                                      CONTINÚA

 

 


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