LA MALDICIÓN (1-7)

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                                                  LA       MALDICIÓN 

                                                             (1-7)

 

Cuando  quiso  darse  cuenta, estaba  sentado  en  una  mesa, donde  estaba  puesta , no  sabría  decir, si  la  cena  o  el  almuerzo. A  su  lado  había  un  hombre. Joven, de  unos  25  años, moreno, muy  educado. Cuando  siente  decirle, muy  cariñoso  y  atento;

--- si  no  te  encuentras  bien  mi  amor, mañana  vamos  al  médico.  No  me  gusta  verte  enferma.

Josep  se  quedo  muy  parado. Encontrarse  en  escenas  diferentes  tan  seguidas, le  costaba  trabajo  asimilarlo. Todavía  tenía  la  anterior  muy  presente, donde  se  acordaba  mucho  de  aquella  muchacha.

 Echo  un  vistazo  a  su  alrededor, vio  un  espejo  colgado  en  una  de  las  paredes, se  levanto  dirigiéndose  para  mirarse  como  se  veía  en  esta  ocasión. Era  una  mujer, de  unos  20  años, no  era  muy  guapa, no  tenía  casi  pecho,  pero  si  le  gustaba  la  melena  risada  y  el  color  de  su  pelo, pues  no  era  un  amarillo  intenso. Estaba   entre  castaño  y  rubio.  Se  dijo  a  sí  mismo;

--- no  es  mi  tipo, poniéndose  una  mano  en  el  trasero, soltando  un  uff, y  pensó, ¡tiene  algo  que  si  me  gusta!,( haciendo  una  sonrisa  muda).

El  muchacho  lo  miraba, veía  que  algo  ocurría, pues  su  mujer  se  comportaba  diferente  y  muy  rara  de  los  días  anteriores, en  que  Josep  irrumpió  en  la  vida  de  la  pareja.

Josep  dándose  cuenta, sentándose  enseguida  a  comer. A  parte  de  no  desear  llamar  la  atención, también  se  veía  muy  apetecible, los  manjares  que  estaban  puestos  en  la  mesa.

Pasaron  los  días, encontrándose  a  gusto  en  el  círculo  familiar  que  le  rodeaba. Empezó  a  tener  náuseas  matutinas, nada  mas  despertarse. El  marido  muy  cariñoso  y  muy  atento, siempre  estaba  pendiente  de  su  mujer.  Todavía  Josep, no  entendía  que  le  estaba  ocurriendo  a  ese  cuerpo  de  mujer, que  le  había  tocado  vivir  en  ese  preciso  momento. Cuando  escucha  que  le  dice  el  muchacho, acariciándole  la  mejilla:

--- Cariño, cuando  notes  que  se  mueve, dímelo, yo  quiero  sentirlo.

Josep  lo  miro  con  asombro  y  asustado. Se  levanto  del  suelo  que  estaba  con  la  cabeza  dentro  del  wáter, empezando  a  decir;

--- no, no  puede  ser. Esto no, ¡por  Dios! , ( al  mismo  tiempo  que  se  ponía  las  manos  en  la  cabeza).

Se  sentó  con  la  cabeza  bajada  y  llego  a  la  conclusión  que  cuanto  antes  lo  aceptara  todo, puede  que  todo  acabaría  rápido. Diciéndose  a  sí  mismo;

--- esto  es  una  experiencia  única, la  viviré  como  si  fuera  yo  quien  realmente  este  en  estado. (Poniendose  las  manos  en  la  barriga).

 

 

 


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