LA MALDICIÓN (1-8)

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                                               LA       MALDICIÓN 

                                                             (1-8)

 

Pasaron  los  días  y  la  barriga  fue  creciendo. Poco  a  poco  las  náuseas  empezaron  a  ir  desapareciendo. Pues  el  doctor  le  mando  unas  pastillas, para  contrarrestar  los  vómitos.

 Fue  al  médico  a  una  ecografía, pues  estaba  poniéndose, más  gordo  de  lo  normal. Percatándose  el  médico  que  traía  dos, en  vez  de  uno. Por  lo  que  le  dijo, que  eran  mellizos  y  que  se  veía  que  era  niño  y  niña.

 Josep  se  desmayo, nadamas  oírlo, empezando  a  temblar. El  ginecólogo  lo  tranquilizo. Le  dijo  que  todo  iría  bien  y  si  ocurriera  algo  se  haría  cesaría.  Pensó  después  de  oír  al  médico;

---  si  queda  cicatriz, no  importa. Este  cuerpo  como  no  es  mío, teniendo  que  dejarlo  tarde  o  temprano. Quedándose  más  tranquilo.

Poco  a  poco  empezó  a  sentir  a  los  niños  dentro  del. Imaginaba  que  podían  ser  suyos, terminando  con  los  días, por  encontrarse  lleno  de  felicidad. El  sentir  como  daban  las  patadas, como  se  movían, lo  disfrutaba  como  algo  único  y  imposible  en  su  vida.

Les  ponía  música, les  hablaba, contándoles  su  vida  en  forma  de  cuento. Les  decía  lo  que  podían  hacer  y  lo  que  no  podían  hacer  en  un  futuro. Cada  momento  que  encontraba, era  para  estar  con  los  niños  a  solas. Hasta  un  día  les  dijo  llorando;

-- Sé, que  realmente  todavía  yo  no  he  tenido  tiempo  de  nacer, pues para  que  yo  esté  en  este  mundo, todavía  faltan  20  años. Sé  que  será  imposible  veros. Pero  no  me  olvidéis. No  olvidéis   a  vuestro  protector, a  este  ser  que  se  siente  muy  pequeño  a  vuestro  lado. Siento  que  he  perdido  una  vida  entera. Me  doy  cuenta  del  valor  del  amor. De  un  amor  desinteresado  y  a  la  vez  tan  grande  y  completo  de  un  ser  insignificante  como  soy  en  estos  momentos. Siento  una  enorme  tristeza  que  me  inunda  toda  mi  alma, de  pensar  que  me  llevare  este  sentimiento  conmigo  de  vuelta, sin  poder  daros  ni  un  poquito  a  vosotros.

En  ese  momento, se  siente  mal. Empieza  a  costarle  trabajo  respirar. Llamando  al  muchacho  que  se  encontraba  viendo  un  partido  de  futbol. Estaba  de  seis  meses  y  le  daba  la  sensación  como  que  se  moría.

El  joven  lo  llevo  corriendo  a  urgencias. Donde  la  miraron  de  arriba  abajo, haciéndole  pruebas  de  toda  clase. Averiguando  que  el  corazón  estaba  dañado  y  que  tenían  que  provocarle  el  parto, donde  los  niños  no  podrían  sobrevivir  por  pequeños.

 O, por  lo  menos  uno  de  los  dos  niños  podrían  salir  adelante. Dependiendo  del  peso  y  como  estarían  formados. Pues  le  faltaba  dos  días  para  los  seis  meses.

Josep  se  puso  a  temblar, no  quería  ni  oír  hablar  de  perder  a  los  bebes. Le  pregunto  si  había  otra  forma, contestándole  el  médico  que  si  aguantaba  un  mes  más, podrían  salvarse  los  dos. Pero  que  sería  su  vida  la  que  estaría  en  peligro.

 Josep, decidió  intentarlo, pero  estaba  dispuesto  sobre  todas  las  cosas. Dar  su  vida  por  primera  vez, a cambio  de  dos  personillas  indefensas. Por  su  mente  pasaron  un  sinfín  de  sensaciones  nuevas. Sus  pensamientos  fluían  sin  descanso. Se  imaginaba  como  se  verían. Buscaba  nombres  para  ellos.

El  muchacho  un  día  le  pregunto  qué  nombres  tenía  en  mente, si  ya  tenía  alguno  visto. Josep  dijo;

--- Al  niño  me  gustaría  que  se  llamara  Josep. La  niña, ¿Por qué  no  se  lo  pones tú?

--- Vale, le  pondremos  cómo  te  llamas  tú  mi  vida, Beatriz. Y  así  quedo

Al  poco  tiempo  y  faltando  dos  días  para  la  fecha  del  parto, Josep  perdió  el  conocimiento, teniendo  que  practicarle una  cesaría, donde termino, muriendo  al  mismo  tiempo  que  nacían  los  dos  niños, sanos  y  fuertes.

 Mientras  Josep  se  iba  alejando, escuchaba  llorar  a  los  bebes. Josep  sentía  como  su  ser  lloraba  de  felicidad, de  alegría  de  que  los  niños  estuvieran  vivos, al  tiempo  que recordaba  las  palabras  de  la  anciana;

---volverás  una  tras  otra, padeciendo  y  sufriendo, sin  darte  tiempo  a  reaccionar. Hasta  que  encuentres  el  significado  de  la  vida  y  hagas  algo  desinteresado  que  contrarreste  tanto  daño  causado. 

 


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