LA VIDENTE.

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Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
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    En aquel Madrid variopinto lleno da casas de huespedes, posadas y casas  de patrona a veces se coincidía con seres de muy distintas formas de ganarse la vida.
    En una ocasión coincidí con un cura y me pregunto si tenía novia o me gustaría tenerla.
    Ahora no tengo a nadie, es muy difícil entablar amistad con chichas sin que tengan  una referencia y si no eres un tio guapo no te comes una rosca, no quieren saber nada de ti.
    -En ese campo yo pudo ayudarte si haces lo que yo te diga. 
Te acercas a la Ermita de San Antonio de la Florida, enciendes una vela y le das una limosna al Santo con una plegaria, yo rezare por ti, veras como conseguimos el objetivo. 
    Allí van  modistillas y chicas que están buscando novio de diversas clases sociales.
Decidí probar suerte, la perdida sería pequeña, el método novedoso y con recomendación la cosa sería más sencilla de llevar a cabo.
    Al entrar hay unos escalones. una chica que salía tropieza, se cae, yo la ayudo a levantarse, la acompaño hasta un proximo banco para examinar su rodilla, tiene una pequeña herida del golpe. Vive cerca de allí, le pongo en la herida un pañuelo y la acompaño hasta su domicilio.
    Su madre se deshace en elogios hacía mi, me da las gracias me pasa al comedor y trae una botella de limonada para que beba mientras atiende a su hija, lava mi pañuelo y lo seca.
    Me dice que es vidente que me echara las cartas y me dirá el futuro sin cobrarme nada en agradecimiento por atender a su hija.
    Al llegar a este punto mi moral se vino al suelo, mi idea de esas mujeres era de que eran brujas que echaban mal de ojo y cosas de los demonios, emparentadas con Lucifer.
    Las predicciones todas fueron buenas. diciendo que el pañuelo sería el talismán para tener una amistad con su hija, que lo conservara siempre.
    Al salir de esa casa mi cabeza daba vueltas, las calles estaban al revés, el metro circulaba en dirección contraria, yo estaba borracho con dos vasos de limonada, tenía ganas de mear y no me salía ni gota y me costó encontrar la casa de huéspedes, estaba como poseído flotando en una nube y sin poner los pies en  el suelo.
    Prendí fuego al pañuelo para comprobar si con eso se deshacía el hechizo. Todo fue fruto de mi imaginación y de unas ideas anticuadas recibidas en la niñez que aun perduraban en mi mente,
    Pasaron varios días hasta contarle la aventura al cura, este me dijo que la chica sería la novia  ideal para mí,escogida entre miles de chicas. Lo de su madre era una prueba de fe, en la que yo había fallado, que no existen tales brujas, que rezara mucho pidiera perdón y olvidara esas  creencias tan anticuadas.
   Cuando hubiera desterrado esos pensamientos podría pedir favores al Santo, si seguía así 
no me haría ni caso la próxima vez. No le pedí mas favores por miedo a la prueba que me sometería, pues en esta lo pase fatal.
El Santo se portó bien
la chica estaba de vicio
yo buscaba una aventura
no caer a un precipicio.

 

 

 

 

 

 

 


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