La lluvia me instó a ser infiel

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Salía de la Universidad, durante la clase no pude dejar de mirador a un chico nuevo en el salón, alto, trigueño de ojos marrones y buen físico, pero lo que más me llamaba la atención eran sus pantalones a cuadros marrones y algo que se movía entre sus piernas. Afuera llovía torrencialmente y mi novio estaba con sus amigos y no podía venir a buscarme, ya era de noche y mi casa quedaba a unas quince cuadras. Me encogí de hombros y me propuse a caminar. Soy una chica blanca de estatura promedio, de ojos claros y cabello castaño. A solo una cuadra de la UNI oigo una voz que me dice: ven te acompaño metete bajo mi paraguas, vas a ahogarte. Por la situación no lo pensé mucho y así lo hice.

Caminamos y fue como si nos conociéramos de mucho tiempo, hablamos nos reímos mucho y nos contábamos cosa banales y muy personales casi intimas. De vez en cuando nos parábamos bajo de algún techo para que la lluvia y el viento no nos empapara, intente llamar a mi novio pero nunca contesto, en cierto momento al cruzar una calle tuvimos que correr y Lucas, así me dijo que se llamaba me abrazo de la cintura y me acerco bien a él y corrimos entre risas y agarrones, cuando llegamos al cordón de la vereda quedamos de frente por el salto y pude recibir un aroma de perfume importado riquísimo que inundo mi mente  parecía afrodisiaco, y sentí entre mis piernas su miembro y al instante causo que pensara en él y me mojara, caminamos dos cuadras más y al estar a cuadra y media de mi casa una ráfaga de viento y lluvia que nos obligó a guarecernos en un zaguán de casa deshabitada, quedamos pegados nuestros cuerpos estaban calientes su aliento junto a mi boca su pene estaba entre mis piernas, solo nos cubría el paragua negro gigante que del otro lado nadie vería nada, esos segundos fueron eternos y el me beso, quedé inmóvil y volvió a besarme y el tercer beso su lengua acaricio mis labios, retiro su rostro del mío mirándome fijamente, solo sentía su aliento y respirar y al no recibir ninguna negación de mi parte me beso y nos besamos apasionadamente, nuestras bocas eran una danza de baba y saliva.

Me entregó el paraguas, y comenzaron las caricias. Me entregué a sus manos que rápidamente por debajo de mi campera y camisa buscaron mis tetas para luego bajar hasta mi cintura por mis caderas y meter una en busca de mi vagina la cual estaba muy mojada, desprendió el cinturón y bajó el cierre de mii jeans, mientras su boca estaba chupándome las tetas.

- No lucas, por favor - le dije.

Pero el habido en estas cosas, me bajo el jeans hasta debajo de mis nalgas, saco su verga y me restregó la conchita, era verdaderamente grande , a estos momentos yo estaba con la campera y camisa desprendidas  en su totalidad mi corpiño por arriba de mis tetas, mi vaquero en mis muslos solo tenía casi en su lugar mi tanga ,el llevo mi mano a su cintura porque en la otra tenía el paraguas, me tomo de la cintura, hizo resbalar su glande en mi entrepierna y cuando encontró la entrada de mi vagina mojada y caliente de una estocada toda su verga me entro hasta el útero, gemí de dolor (mi novio no la tiene tan grande) .

- Lucas la tienes grande hahahahh, me estas desvirgando.

- Tranquila, ya está.

Continuamos besándonos y chupándonos, yo gemía del dolor entonces el llevando una mano hasta el tronco de su verga me cogía así para que no me entrara tanto, se lo agradecí sin decírselo, estuvimos un rato largo cogiéndonos literalmente, nuestros pantalones en el suelo, me la saco hizo caer mi tanga y me penetró otra vez, estábamos cogiendo de parados que delicia. 

El seguía con su mano en la verga, pero estábamos tan calientes que retire su mano de su verga y me la lleve hasta mi cintura luego agarre una de sus nalgas y le dije muy suavemente al oído: 

- Métemela toda Lucas, soy tuya.

- Te va a doler.

- No importa por favor, métemela.

Y sin miramientos sus 25 centímetros me levantaron del piso, me abrí lo más que pude para recibir semejante trozo de carne y acabé - habrán sido tres veces en total mis orgasmos - que placer ser cogida de esta manera, y acabo me lleno de leche tibia y luego de terminar con sus contorsiones como pude se la chupé unos minutos.

Nos vestimos y me fui a mi casa bajo la lluvia. Él se volvió de ahí. Llegué y mi mama me dijo: hija estás toda mojada, anda a ducharte

A la noche llegó mi novio, y después de cenar nos acostamos y cogimos, como siempre, pero al otro día me dijo nunca te había visto disfrutar así, tú eres el culpable le dije.

Lo cierto es que cuando lo hacía pensaba en Lucas y su vergota.

julric21@hotmail.com - quiero saber tu comentario, escribirme, besos


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