E.T. (1-2)

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Como  en  la  superficie  del  planeta, se  encontraba  millones  de  humanos, decidieron  que  podían  utilizarlos, como  vehículo  de  supervivencia, para  sobrevivir  en  el  planeta  tierra. Todos  los  seres  de  luz  estaban  ilusionados, contentos  de  poder  experimentar  ellos  mismos,  sensaciones  y  disfrutar  de  algo  nuevo.

Todos  hicieron  planes  de  encontrarse  una  vez  encarnados,  donde  todos  explorarían  las  riquezas  cedidas  en  su  estancia. ¡Claro! terreno  nuevo, vida  desconocida. Olvidaron  todos  lo  más  importante. Que  no  conocían  el  vehículo, el  elemento  nuevo, el  cuerpo  del  ser  humano.

Eligieron  al  hombre, dentro  de  todas  las  clases  de  animales  que  habitaba  la  tierra. Porque  desde  que  lo  observaban, hacia  un  tiempo, percibieron  notoriamente,  que  el  hombre,  estaba  mucho  más  avanzado  que  todos  los  demás  animales  que  convivían  conjuntamente  con  el  planeta. ¡Pero  claro! No  conocían  su  estructura, su  cuerpo. ¡Para  ellos!, visto  desde  lo  alto, el  ser  humano  tenía  un  cuerpo  perfecto  y  bien  formado.

Tampoco  diferenciaban  el  género  de  cada  persona, para  ellos  desde  lejos, todos  eran  iguales. La  única  diferencia  era,  el  color. Porque  realmente  esos  seres  de  luz, no  tenían  genero, no  había  hembra, ni  macho. Tan  solo  el  ser  lleno  luz. Para  ellos  podríamos  decir, que  el  género,  era  el  crecimiento.

Ellos  se  diferenciaban, según  la  sabiduría  de  cada  uno. Cuantas  más  vidas, más  sabio  era. Entre  ellos  existía  una  jerarquía, donde  todos  tenían  que  respetar. Formaban  parejas  entre  ellos, que  eran  los  que  se  ayudaban  en  sus  experiencias  encarnadas, donde  no  tenían  que  ver  nada  con  el  género  del  ser, pero  si  eran  compañeros  de  hazañas.

 Cuando  llego  el  momento  de  invadir  la  tierra  y  empezar  a  nacer, lo  primero  que  se  encontraron  era,  un  cerebro primitivo. Donde  al  encarnarse  y  después  de  nacer, estar  en  tierra, empezaron  a  perder  todos  los  recuerdos  de  su  esencia. Conforme  crecían, se  olvidaban  de  quienes  eran, de  lo  importante  de  la  vida, del  amor  entre  seres. De  su  compañero  de  vivencias, desinado  en  su  camino. Llegando  a  olvidarse   hasta  de  donde  habían  venido. Aunque  el  ser  estando  dentro  si,  podía  sentirlo. Pero  no  podía  comunicarse, con  la  persona. Tan  solo  podía  sentir  y  observar. Hacer  movimientos, sin  obligar  al  humano. Solo  trasmitirle  sensaciones  o  pensamientos  adstratos  sin  lógica  alguna  y  esperar  que  su  propia  persona  los  descifrara  y  actuara  en  consecuencia.

La  tierra  fue  creciendo  junto  con  estos  seres. Todos  empezaron  a  evolucionar  y  a  aprender  cosas  nuevas. Poco  a  poco  se  fueron  adaptando  unos  a  otros, fueron  creciendo  y  evolucionando, ayudándose  mutuamente. De  vez  en  cuando  los  que  se  habían  encarnado  en  otros  planetas  del  cosmos, venían  a  la  tierra  a  ayudar  a  sus  hermanos, dentro  del  anonimato. Pero  por  ser  un  mundo  nuevo, era  necesario  unos  pequeños  empujones , sin  interferir  en  lo  primordial. La  convivencia, la  libertad  y  el  crecimiento  interior.

 


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