El poder del enojo es tu aliado

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Todo comenzó una mañana de otoño casi invierno, gracias a una discusión con su pareja comenzó a entrar en mi circulo, parar hacer lo que le pidiera.

Soy un hombre de unos cuarenta años con esposa y dos hijos, hermosos, viviendo al lado de una casa que se alquila y en la cual hace unos años vinieron a vivir una pareja de jones con un niño de dos o tres años.

Todo comenzó una mañana cuando miro desde la ventana del primer piso a esta pareja que discuten en su patio, y que  luego el chico que se llama Eduardo salió a trabajar quedando Laura su esposa, una morochita linda de unos 22 años de cola redonda y cuerpo normal, quien salió después del tipo nueve de la mañana, como yo estaba solo en la casa decidí seguirla a ver que hacía, fijándome en sus caderas, cola piernas mientras caminaba, ella fue a varios lugares y por ultimo al súper del barrio, obvio entre y la seguí entre las góndolas, llegue detrás de ella a la caja atraído por su perfume y ojos claros tés blanca, una hermosura de solo pensar en tenerla me calentaba. Recuerdo que no le alcanzo el dinero para pagar algo y muy amablemente me ofrecí a hacerlo al principio se negó, pero ante el llanto del nene termino aceptándolo.

Al retirarse la seguí total yo iba a mi casa y cuando estaba llegando se gira y me mira, diciéndome perdón gracias, ¿pero me estas siguiendo? No no, solo vivo aquí a la mitad de cuadra, y así comenzó nuestra amistad que luego sería a escondidas.

Luego de varios encuentros fortuitos nuestras conversaciones se hicieron más íntimas, confesándonos cosas, me conto que discutía con su marido por su forma de ser, no solo con su carácter sino en la intimidad,

Yo, no entiendo, a cualquier hombre le encantaría estar contigo, sos un plato exquisito y duradero – ella se ríe y sonroja -  que es lo que a él no le gusta

Ella, no tenemos casi sexo dice que es malo y sucio.

Yo, bueno en ocasiones las parejas pasan por eso, ¿pero tienen sexo oral?

Ella, noooo eso menos, imposible.

Yo, tienes ganas de hacerlo.

Ella, no le soy fiel.

Yo, digo el oral, tienes ganas.

Y no contesto nada, y se fue. Pasaron los días y no pudimos vernos más.

Pero un día viernes de mucho frio casi lloviznaba, todo comenzó en esa  mañana de otoño casi invierno , gracias a una discusión con su pareja comenzó a entrar en mi circulo, parar hacer lo que le pidiera después que mi familia se fue tipo 7 de la mañana escuche un ruido afuera era Laura con su esposo y ella se limpiaba los ojos estaba llorando, así cuando él se fue ella salió tipo ocho y la seguí fue hasta la guardería a dejar el bebe, y volvió a la casa apresure mis pasos y la alcance, hola Lau como estas le pregunte, más o menos me dijo, así que me apure a decirle ven cuando estaba por entrar a su casa y entramos al pasillo de la mía, ahí comenzamos a hablar y me conto que la noche anterior no habían tenido sexo y que ella le había preguntado si había otra mujer, pero su esposo  le juraba que no , de inmediato puse mi mano en su cintura y la abrace para consolarla, ella acepto el abrazo, y le dije al oído que hermosa eres Lau no entiendo a ese esposo tuyo, volves loco a cualquier hombre y tomando suavemente su rostro lo puse a mi altura y la bese tiernamente, un dos y al tercer beso mi lengua acaricio sus labios, me retiro y dijo

Ella, no quiero ser infiel, perdona.

Yo, ven no te vayas te mereces algo bueno en esta mañana por tanto dolor.

Y volví a besarla.

Yo, no dejo de pensar en aquella charla donde me contaste que no se la deja chapar, yo si me dejaría.

Ella, hizo silencio – luego – no se –

Yo, sabía que era un sí, así que con las yemas de mis dedos acaricié su mejilla la traje acerqué a mí, introduje mi lengua en su boca la cual recorrió toda, al mismo tiempo que mi mano en su cintura la aferro a mí con fuerza haciéndole sentir mi verga a ful, para luego llevar mi mano a mi pantalón, me bajé el cierre y saqué mi pene super erecto, tomé su mano e hice que me la acariciara y apretara, para luego pajearme.

A estas alturas Laura estaba caliente su suspirar lo denotaba en cada beso y caricia, puse mi mano en su hombro y entendió lo que tenía que hacer -comenzó a lloviznar - pero se inclinó ante mi pene, el cual luego de varios besitos y lamidas se la tragó todo, puse mis manos en su nuca y la bombeaba muy lentamente, sé que estaba incomoda no se podía arrodillar, pero bueno, por ser la primera vez no me puedo quejar, fueron quince minutos fatales, de vez en cuando paraba respiraba y luego la volvía a mamar.

Yo, tenías ganas corazón.

Ella, glup glup si si glup glups, asentía con la cabeza.

Yo, espero lo repitamos en otro lugar  - no decía ni si, ni no –

Yo, te gusta.

Ella, si mucho.

Y acabé dentro de su boca una parte y la otra en el suelo.

Se reincorporó y limpió la boca y luego muy sigilosamente se fue a su casa.

Fue placentero, y obvio que me quede con ganas de cogerla, pero bueno eso vendría después, (alejobautista618@hotmail.com) me gustaría saber qué piensas, escríbeme.


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