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Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
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Llegó al consultorio una pareja, sus problemas eran de comunicación asertiva en sus encuentros sexuales, consideraban que era cuestión de monotonía, rutina y poca actividad, sin embargo, cuando llegamos al tema de la sexualidad hubo grandes silencios, cuando hicimos el trabajo de identificar las necesidades, deseos y aquello que se había dejado de hacer ambos mencionaron no estar satisfechos, entre sesión y sesión se les pidió realizaran actividades en casa, llegamos a la cuarta sesión, tenían claro que querían pero en casa no se animaron mucho, así que, les ofrecí darles una guía tántrica, se mostraron interesados y acordamos la siguiente sesión..., les di una lista de cosas que se necesitaban, eligieron hacer la sesión en su domicilio.
El día de la cita enviaron una persona por mí, hasta donde entendí era el mejor amigo de la pareja, compañero de trabajo de ella y amigo de la infancia de él.

Así que se sintieron en total confianza tenerlo cerca y pedirle se encargara de mi traslado del consultorio a su domicilio y al finalizar regresarme.

Al llegar, note que, el amigo era de extrema confianza para ellos, me llevó hasta el dormitorio de la pareja me ayudó a preparar todo en la habitación, mientras tanto, ellos se disponían a iniciar el proceso, notó que llevaba algunos materiales y no dudó en hacer algunas preguntas referentes a la guía, cuando la pareja ingresa él se retira y dice delante de todos, la espero afuera para llevarla.

Empezamos con el trabajo de pareja, a ellos se les proporcionó técnicas para poder conectar sus cuerpos y sentidos, poderse disfrutar plenamente en este encuentro.

Al final, ambos lograron tener mejor desempeño y comunicación para obtener mayor placer.
Me despedí y los felicité por su gran trabajo, me levanté y retiré de ahí.

Justo al abrir la puerta, de frente estaba ahí el gran amigo, primero me asombre, a lo que pregunte de inmediato si había permanecido ahí durante la sesión, me respondió "excelente trabajo", ¿nos vamos?

Siendo honesta, me sentí incomoda por un instante, ¿cuál era la intención de este tipo presenciar de alguna forma esta intervención?, morbo, placer, o algún interés particular en alguno de ellos... En fin, tomó mi bolso y me ayudó a bajar las escaleras. Saliendo de la casa, me pregunta si acaso yo no me había excitado al verlos, a lo que respondí, soy profesional... Lo que no me esperaba era ver su reacción, al subir al coche y sentarme, observé por la ventana que algo de su virilidad estaba activa, después creo que su aroma y las feromonas que ambos empezamos a despedir pusieron a trabajar mi creatividad.

Durante el trayecto mencionó sobre la importancia de la escucha activa en la pareja sobre todo en el momento de intimidad, insistía en mi posición de no involucrarme y reaccionar ante la observación de los encuentros. Inmediatamente pensé "es ahora o nunca", y lanzó la pregunta: ¿quieres que te guíe?, él, sonrió y sabía que era un "SÍ" a lo que venía fantaseando.

Cambió la ruta y me llevó a su casa, él vivía solo, así que todo estaba a favor para poderle demostrar que el placer es cuestión de decisiones y en ese momento ambos queríamos disfrutar.

Llegamos a su casa, caballerosamente me pide ponerme cómoda y pregunta si me ofrece algo para beber, en el instante que intenta dirigirse hacia su cocina lo detengo tomándole el brazo y lo regreso para sentarlo en el sofá, solo le susurre al oído, vamos a beber después, primero pruébame completa, lo empujón hacia el sillón y al quedar sentado y sorprendido, me posicione sobre su regazo frente a frente, intentó besarme y le dije espera un poco, primero voy a estimular cada uno de tus sentidos, tomé mi bolso y saqué un antifaz le dije ahora empezaremos con el olfato, empiezo a acercarme para que percibiera mi aroma, con un toque especial de perfume hecho para encuentros llenos de pasión (feromonas), dejé que su nariz tocara mis hombros y mis pechos, jugué mi cabello y deje que los aromas lo empezarán a estimular, mientras hacía esto, yo tome sus manos por las muñecas y las dirigía a las partes de mi cuerpo que quería tocara.

Pasaba poco a poco los labios junto a los suyos sin llegar a besarlo (aunque el haya hecho varios intentos para lograrlo). Le pedí un momento de calma, en lo que yo me retiraba la ropa, me quedé solo en body semi transparente con aplicaciones de encaje color nude. Volví a montarlo y ahora ya era notorio que estaba excitado, su erección lo estaba confirmando, pase mis brazos por su cabello puse mi mejilla junto a la suya y le regale unos gemidos ligeros, retiré el antifaz y le pedí que me prestara sus manos, las tomé y pase por todo el contorno de mi cuerpo deteniéndome en los pechos y dejé que los tomara con fuerza, quería morderlos, ahí lo detuve, "aún no, claro que los vas a disfrutar, pero todavía no es momento".

Entonces empecé a retirarle la ropa y el insistió en quitarme el body, cuando nuestros cuerpos estaban ya desnudos, le ofrecí un poco de aceite estimulante y yo un poco también, para ambos darnos un masaje delicioso.

Aún recuerdo esos pectorales y el abdomen que parecía de hierro, sus brazos totalmente trabajados, ese cuerpo estaba más que delicioso.

Dejamos que nuestras manos recorrieran cada centímetro de nuestros cuerpos, para entonces, su boca ya estaba buscando mis pechos, sus manos apretando mis glúteos y yo totalmente lista para recibir lo que tanto estuve sintiendo mientas estaba sobre él, una verga riquísima, dura y preparada para entrar en mí.

Me acosté en el sofá, dándole mi espalda y trasero para dejarlo a su libre albedrío, vierte aceite sobre mi espalda, el suficiente para llevarlo con sus manos y particularmente con sus dedos a mis orificios, empieza a introducir sus dedos, uno a uno, mientras que la otra mano suelta una poderosa nalgada que me hizo gemir y pedirle más.

Primero sus dedos y de pronto siento su miembro entrar de golpe, mientras sigue jugando con mi culito, aprieta mis nalgas y entra una y otra vez a mi vagina, esa que estaba más que lista para succionarle hasta la última gota de su leche.

Pasamos del sofá a la alfombra, llegamos de la sala a su habitación, llegando a su cama lo avente y empecé a besar y lamer, primero, sus muslos, sus testículos y poco a poco su verga, tenía el sabor a placer de ambos, a lujuria y libertad.

Mi lengua mostró sus habilidades en todo su miembro, bebí todo su jugo, toda su leche, lo hice terminar y le dije "esto apenas empieza"...

Tuvimos una buena faena esa noche, jugamos, nos divertimos y conocimos muchas de nuestras fantasías en común. Terminamos 3 veces cada uno, con diferentes técnicas y recursos, mismas que les estaré platicando próximamente...


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