Comenzando a ser swingers Parte 1

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Todas las historias que aquí publique son 100% reales. Con mi esposa Victoria tenemos 22 años de casados y casi 20 de ser swingers. 

Victoria tenía 18 años y yo 21 cuando nos hicimos novios. A la semana ya cogíamos en mi carro. Yo tenía mucha experiencia con mis novias anteriores y Victoria le había tocado y mamado el pene a sus dos novios anteriores, pero en realidad no tenía mucha experiencia porque nunca la penetraron ni tuvieron sexo completo, más que mamadas y pajas. Ella es rubia natural, ojos verdes y su mejor atributo son sus tetas; grandes, gordas, 38D, con pezones enormes que se ponen duros y muy rugosos. Su pelo púbico de color miel y muy abundante y el olor que suelta al estar excitada es una delicia. Supuestamente era virgen así que la primera vez que la penetré fue por el culo, pero a los pocos días ya cogíamos en todas las formas que se nos ocurrían y nos metíamos por horas a un motel en donde empezamos a compartir con mucho detalle nuestras experiencias y a compartir nuestras fantasías. Eso hizo que fuéramos completamente transparentes en nuestros deseos y que nos tuviéramos confianza total.

Al casarnos 6 meses después nos fuimos de luna de miel a Acapulco y Victoria usaba minibikinis que mostraban su cuerpo y especialmente sus pechos grandes y los pezones duros, y al calzón del bikini le quitó el forro y así sus pelos y la forma de sus labios vaginales (grandes y gruesos) se marcaban perfectamente. Todos se le quedaban viendo, especialmente cuando salía del mar o de la alberca. Allí empezó el gusto exhibicionista de los dos. Yo amaba que otros hombres la miraran casi desnuda... y que la desearan. El pensar que le metían otra verga a mi esposa me ponía como loco de excitación... y ella también adoraba esa "fantasía". Los primeros 2 años no pasamos de llenar la cama de fantasías de tríos, intercambios y orgías... pero cada día era más el deseo de los dos de hacerlas realidad.

Pronto decidimos que ya era hora. El deseo de ambos de coger con otras personas (pero siempre en pareja) era enorme, así que planeamos qué hacer y con quién. Analizamos las mejores opciones con conocidos, familiares y amigos; y nos decidimos por Gustavo. Desde ese momento nuestra pasión se disparó.

Gustavo era mi amigo desde el colegio y yo le tenía mucha confianza, especialmente -porque lo admito- con él tuve mi primera relación sexual siendo jóvenes... y me encantó. Esa primera vez fue en la playa y después de nadar fuimos a la habitación de la casa donde estábamos y estando desnudos para secarnos y cambiarnos de ropa, a él se le empezó a parar la verga (muy oscura, circuncidada) y yo pude verlo desnudo. Lampiño, de piel morena, con pezones muy negros y se le notaban duros, casi sin pelo en el pubis y su verga y huevos sin ningún vello. Sus nalgas se notaban gordas y de piel muy tersa. Yo también estaba desnudo y una cosa llevó a la otra. Y por supuesto que terminamos teniendo sexo, pero sólo oral y manual. Nos pajeamos y nos chupamos hasta terminar en las manos o en la boca uno del otro, pero no hubo penetración... más que nada por nuestra falta de experiencia. Con él tuve sexo los siguientes 6 meses y después cada uno empezó a tener novias y sexo con ellas, así que no lo hicimos más... y en cuanto a la homosexualidad, no nos preocupaba porque ambos sabíamos que sólo estábamos experimentando entre nosotros porque no teníamos mujeres con quienes hacerlo; y ni siquiera sabíamos lo que era la bisexualidad. Ahora sí ya reconozco que soy bi y mi esposa también, y nos gozamos todo lo que hacemos.

Así que, por la confianza con Gustavo, él era la mejor opción. Muy agradable en su forma de ser y en su físico. Y yo le tenía confianza total y sabía que sería muy discreto y que no se aprovecharía de la situación y que sería una experiencia deliciosa. Por supuesto que mi esposa sabía todo lo que hice con él y le encantó que lo escogiéramos para que fuera la segunda verga que le metieran. Lo único que no sabíamos era si Victoria tendría placer con su verga porque era pequeña. La mía es normal de 6" pero la de Gustavo era de 4". Eso sí, cabezona con un glande grande y gordo, y era gruesa. Y lo que a Victoria la calentó mucho fue pensar en que Gustavo era moreno y lampiño (lo que lo hace muy diferente a mí) y que le encantaría que le metiera su verga oscura entre el coño, el culo y la boca (Con Victoria el sexo oral, anal, vagina, masturbación conjunta, lluvias doradas, olores y sabores sexuales, porno, etc. nos fascinan).

Un día me reuní con Gustavo y le conté lo que deseábamos hacer con él. Se quedó con la boca abierta y cuando reaccionó dijo que sí, que le encantaría hacerlo con nosotros dos. Que Victoria le encantaba y que se veía que era una mujer muy caliente además de tener un cuerpo delicioso. Y entonces le enseñé algunas de las fotos de Victoria desnuda y cogiendo conmigo. A él se le empezó a parar la verga inmediatamente y yo le dije que se la sacara y que me dejara tomarle fotos a su verga para enseñársela a mi esposa y que ella se calentara más y le dieran más ganas de coger con él. Gustavo se bajó el pantalón y el calzoncillo y su verga casi negra saltó muy dura. Ya se notaba que le salía mucho precum y tenía gotas brillantes saliendo de su glande morado y gordo. Yo le tomé muchas fotos y video y él se empezó a pajear viendo las fotos de mi esposa desnuda. Confieso que yo también estaba muy caliente y no me resistí. Me hinqué frente a su verga, le retiré las manos y la volví a tocar, a oler, a pasar mi lengua por todo su pene como solíamos hacer. Recuerdos maravillosos regresaron a mi mente y me dediqué a darle a una mamada como las que nos dábamos antes. Él seguía mirando las fotos de mi mujer y yo sabía que él tenía la verga tan dura por estar viendo a la que era mi esposa, a esa mujer "prohibida"... y que pronto él conocería de primera mano las delicias de su cuerpo. A los pocos minutos Gustavo empezó a venirse y aunque yo lo deseaba no dejé que terminara dentro de mi boca, saqué su verga y lo pajeé con una mano mientras que con la otra tomaba video de su corrida y así Victoria pudiera ver cómo le salía el semen blanco que caía en mi mano y en mis dedos. Cuando él terminó yo lleve mis dedos a mi boca y chupé su semen, y era el mismo olor y sabor delicioso que yo recordaba. Por supuesto que yo también saqué mi verga y él me la empezó a tocar y a chupar en forma deliciosa...

Continuará…


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