Comenzando a ser swingers Parte 4

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Victoria y Gustavo entraron primero al cuarto del motel y yo los seguía, gozando esa visión maravillosa de ver a mi mujer desnuda, caminando abrazada de la cintura de Gustavo desnudo. Era maravilloso, una fantasía hecha realidad. Mi mujer cogiendo con otro y yo viendo y participando de todo. El viaje en carro al motel no había durado más de 30 minutos y en ese lapso de tiempo ya mi esposa se había desnudado y restregado contra el cuerpo desnudo de otro hombre, le había tocado y mamado la verga y se había dejado sobar todo el cuerpo (Gustavo parecía que no se saciaba de tocarle y estrujarle las tetas grandes y gordas y de jalarle y pellizcarle los pezones que estaban enormes. Y además, ya Victoria se había metido la verga de nuestro amante en la pusa y él ya la había llenado de semen. El olor que despedían los dos era intoxicante. Olor a sus pieles desnudas, a su sudor, al semen de él y al jugo vaginal de ella. Era increíble y yo estaba siendo testigo presencial de todo lo que hacían.

Victoria y Gustavo se tiraron a la cama y siguieron metiéndose mano y tocando todo lo que podían del cuerpo del otro y besándose con mucha lengua y sus caras y bocas estaban llenas de su saliva. Yo estaba que reventaba de placer y de ganas de tocarlos, olerlos, mamarlos y meterles la verga por donde fuera. Me desnudé rápidamente y me acosté a su lado. Con una mano tocaba a Victoria y con la otra a Gustavo. Metí mi cabeza bajo sus axilas y olí profundamente su sudor, uno a hombre y el otro muy femenino y suave... pero sudor al fin. Una delicia. Y mamé las axilas peludas de Gustavo y pensé en que le pediría a Victoria que no se rasurara de ahora en adelante sus axilas ya que me encantan las mujeres con axilas peludas (ya veríamos qué tanto pelo le crecería a Victoria en sus axilas, ya que siendo rubia natural seguro sería castaño al igual que el de su pusa). Fui bajando con mi lengua por sus cuerpos y mamé los pechos y pezones de los dos... me excitaba igual mamar los pezones enormes de mi mujer como chupar los pequeños, morenos y rugosos, con pelos alrededor, de Gustavo. Bajé chupando sus estómagos y me encantó sentir la piel pegajosa a sudor... y mientras más me acercaba a sus genitales, más fuerte se sentía el olor a sexo. Era una mezcla entre pusa y verga, culos, semen y jugo vaginal. Y no me aguanté y fue a Victoria a la primera que le chupé el sexo... estaba hirviendo, empapado, pegajoso y apestoso, y el olor y el sabor del semen de Gustavo era increíblemente rico y la lengua me empezó a hormiguear cuando chupé el semen que todavía tenía Victoria en la pusa (esa sensación que hay en la boca cuando se chupa semen, es rara, pero deliciosa) y seguí mamando, metiendo mi lengua lo más profundo que pude en su coño y así sacar todo el semen que pude. Le chupé el clítoris y muy rápido mi mujer tuvo un orgasmo... que fue muy fuerte porque yo le chupaba y succionaba ese botoncito mágico que ella tiene y que la hace multiorgásmica... y mientras que yo la mamaba ella me decía lo que sentía y que era delicioso que yo le mamara la pusa y que sintiera el semen que otro hombre le acababa de echar adentro. Ella sabe que el que me cuente cosas sucias y pornográficas (especialmente de su pasado y sus experiencias sexuales con sus antiguos novios) me vuelve loco de placer; así que también me describía lo que sintió con la verga de Gustavo y la delicia de piel suave y morena que tiene, y el olor de su cuerpo, olor a otro hombre. Mientras más cosas me contaba más rápido movía yo mi lengua en su clítoris y en sus labios vaginales y cuando me dijo que el olor y el sabor de su saliva y de su sudor le había encantado, yo metí un dedo entre su culo y ella brincó de placer.

Cuando terminé de mamar la pusa de mi esposa, fue el turno de la verga de Gustavo. Pero no se la mamé inmediatamente. Prácticamente me puse encima de él y comenzamos besándonos la boca con mucha lengua y llenándonos de saliva (como hacíamos en el pasado cuando teníamos sexo) y poco a poco fui bajando por su cara, su cuello, su pecho y sus tetitas, las que mordí y chupé como yo sabía que a él le encantaba que lo hiciera. Y Gustavo tampoco estaba pasivo, yo sentía sus manos por todo mi cuerpo y me acariciaba la espalda y las nalgas y con sus dedos me tocó el ano y trataba de meterme un dedo entre el culo... y como no entraba, se llenó el dedo con su saliva y así me lo pudo meter hasta el fondo. Victoria nos miraba y comentaba todo lo que hacíamos y lo que le fascinaba que yo fuera bisexual... y que me prometía que ella también lo sería y que pronto tendríamos un trío con una mujer... así de caliente estaba mi mujer viendo lo que Gustavo y yo hacíamos. Y cuando llegué al pubis de Gustavo me puse a chupar y a llenar de saliva su pelo púbico, largo, negro, lacio y grueso... y muchísimo más cantidad de la que yo recordaba que tuviera (en el tiempo en que cogíamos él era lampiño del pecho y muy poco pelo en el pubis, y casi nada en sus huevos y culo). Y sentí que su verga paradita me tocaba la cara y me dejaba gotas de su precum... y ya no aguanté, se la agarré y se la mamé de nuevo... pero decidido que no se viniera... todavía no... yo deseaba que le volviera a meter la verga a mi esposa... que se la metiera en la boca, en la pusa y en el culo... y entonces yo chupar su semen del cuerpo de ella... pero mi calentura era tanto que no me aguanté y de un solo golpe le metí la verga en la pusa a mi esposa, me la cogí duro, rápido y no tardé más que unos minutos en llenarle la pusa con mi semen, esa pusa que estaba "usada" por otro apenas hace unos minutos y sentí delicioso saber y pensar y sentir que mi semen ahora estaba mezclado con el de Gustavo adentro de la vagina de mi esposa. Le di un gran beso de amor a Victoria y le dije lo mucho que la amaba y que siempre le estaría agradecido por eso que hacíamos... y después besé a Gustavo con la misma intensidad... y los dejé para que ellos se volvieran a gozar (Gustavo ya tenía otra vez la verguita parada) y yo me dediqué a tomarles fotos y videos y así guardar el recuerdo de este primer trío. Ver a mi esposa cogiendo desnuda con quien había sido mi amante bi, era fascinante. Nunca había visto a Victoria tan puta.

Continuará...


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