Primer intercambio de esposas Parte 10

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Todos estábamos en el paraíso. Sandra y Miguel encima de mi esposa Victoria haciéndole de todo, con total libertad sobre su cuerpo. Y Victoria temblando de placer, gemía y se retorcía con lo que las manos y lenguas de Miguel y Sandra le hacían. La olían, la chupaban, le estrujaban las tetas y los pezones, le metían varios dedos en la pusa y el culo... casi todo al mismo tiempo. Nunca había visto a mi mujer tan caliente como en ese momento. Y sí, los tríos con Gustavo, Patricia y Alicia habían sido deliciosos y maravillosos, pero no se comparaban con lo que estaba pasando en este nuestro primer intercambio de parejas. ¿Y yo? me sentía en la gloria, viendo cómo mi mujer gozaba siendo cogida por una mujer y un hombre al mismo tiempo. Me fascina ver cuando alguien más se prende de las tetas gordas de mi mujer y le mama y muerde los pezones o se mete entre sus piernas y le chupa la pusa y el culo. Y no se diga cuando una verga que no es la mía la penetra en la pusa o el culo y la hacen gozar. Y adoro tomar fotos y video de todo lo que pasa, y ella hace o le hacen. Y esa vez yo tomé tantas fotos y videos que la memoria de mi celular se llenó muy rápido y tuve que ir a descargar ese material porno, del que mi esposa era la protagonista, a mi computadora y así poder seguir filmando y tomando fotos. 

Victoria no es pasiva de ninguna forma, así que sus manos y labios y lengua tocaban y chupaban cada parte del cuerpo de Sandra y de Miguel que estaban al su alcance... pero por momentos parecía que ella se quedaba como "desmayada" del placer y su cuerpo totalmente quieto y flojo, sólo disfrutando de todo lo que le hacían. Y algo que le encantó fue cuando Miguel le metió la verga dentro de la pusa y Sandra se colocó de tal forma que hizo un 69 y las dos se mamaban el coño en lo que Miguel entraba y salía de la vagina de mi mujer. Y todo parecía suceder en cámara lenta, ninguno tenía deseo de terminar muy rápido, así que retardaban todo lo posible sus orgasmos... menos mi esposa, que se venía y se venía con múltiples orgasmos que en realidad parecían sólo uno, interminable. Tener una esposa caliente como una puta y que sea multiorgásmica es lo mejor que puede pasar. Victoria estaba insaciable y les pedía más y más, más duro, más fuerte, más rápido... y en un momento, mi esposa empezó a gritar (como pudo porque tenía la pusa de Sandra encima de su cara y boca) que deseaba, que necesitaba, que era urgente que yo le metiera la verga también... que tenía que sentir una verga en su pusa y otra en su culo. Así que yo dejé colocada la cámara para que siguiera filmando y fui junto a ellos. Y como Miguel todavía no se había cogido a mi mujer por el culo, el sacó su verga de su pusa y yo me acosté de forma que Victoria se subiera encima de mí y se metiera mi verga en el coño... y eso dejó el espacio y la posición adecuada para que Miguel le agarrara las nalgas y se las abriera, y lamiendo con mucha saliva su culo (y se puso saliva también en su verga) se la metiera en ese hoyo rosado, lampiño y muy arrugado que mi esposa tiene. Miguel puso su verga en el ano y sin mucha presión, el glande moreno empezó a entrar. Ya el prepucio de Miguel se había retraído hacía mucho tiempo y su verga cabezona y muy morena entró sin esfuerzo. La diferencia de la piel blanca de Victoria contra el cuerpo moreno de Miguel y de Sandra, era delicioso de ver. 

Cuando la verga de Miguel entró en el culo de mi mujer, ella sólo dio un pujido fuerte, no de dolor sino de mucho placer (y es que a Victoria hay momentos en que le gusta un poco el sexo rudo y fuerte; y cuando está muy caliente ella misma pide que le pellizquen y retuerzan los pezones duramente, o que las vergas o los dedos le entren duro y rápido en la pusa o el culo). Al entrar toda la verga de Miguel en el recto de mi mujer, ella pidió que él empezara a meterla y sacarla y a determinar el ritmo de la cogida... así que Miguel y Victoria eran los que llevaban los movimientos, y en cuanto empezaron a agarrar el ritmo, Victoria también empezó a revolver sus caderas y a mover mi verga dentro de su pusa; y al poco tiempo ella siguiendo los movimientos de Miguel también subía y bajaba en mi verga... Era una doble penetración maravillosa, y aunque Victoria y yo las practicábamos con sus dildos y también las hicimos con Gustavo, no era igual que con Miguel. Gustavo nos parecía ahora como un "jovencito sin experiencia" mientras que Miguel era un hombre completo, muy experimentado, totalmente desinhibido y muy, muy caliente. 

Entonces Sandra, para participar de esa "doble", se sentó en la cara de Victoria y empezó a restregar su la pusa contra la boca de mi mujer. A Victoria le costaba hasta respirar... la pusa de Sandra en la boca y una verga en la pusa y otra en el culo... pero nunca dejó de gemir de placer y de pedir más y más. Y llegó el momento en que el orgasmo de Miguel y el mío empezaron... y eso cambió un poco el ritmo de las penetraciones. Ahora tanto Miguel como yo estábamos concentrados en alcanzar nuestro propio orgasmo... total Victoria ya se había venido muchísimas veces y no nos importaba tanto su placer. Miguel empezó a gritar y su verga palpitaba dentro del recto de mi esposa y la llenaba de su semen delicioso. Y lo mismo me pasó a mí, no sólo la delicia que sentía en mi verga sino el hecho de que otro hombre le estaba llenando el culo de semen a mi esposa, era para darme el mejor orgasmo que he tenido. Y la venida de Miguel y la mía hicieron que Sandra también se viniera en la boca de mi esposa... y es que Victoria usa la técnica que tanto nos gusta al chupar una pusa... sorber y chupar el clítoris e intensificar la presión para hacer orgasmos aún más fuertes. Y Victoria se volvió a venir... y temblaba bajo nuestros cuerpos.

Después del orgasmo de todos, quedamos exhaustos, y estuvimos así por unos minutos hasta que yo pedí que se levantaran porque todo el peso de Victoria y de Miguel lo tenía sobre mí. El cuerpo de todos estaba mojado de sudor y el olor era un éxtasis. Miguel sacó su verga del culo de Victoria, Sandra se acostó a un lado y eso dejó que Victoria y yo nos pudiéramos besar y acariciar y disfrutar de ese momento de intimidad entre cuatro.

Continuará...


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