Mi esposa comparte mis fetiches y le encantan. Fetiche 3

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Podría decir que el fetiche que más me gusta y me vuelve loco de placer, es el olor fuerte de una pusa/vagina/crica/coño/panocha o como ustedes le digan... y es aún mejor si está peluda y así el olor se concentra más. El pubis rasurado no me excita para nada, incluso me desmotiva un poco y he pensado que a quienes les gusta un pubis lampiño tienen algo de pedófilos (y la pedofilia me parece uno de los delitos más repugnantes y que debe ser castigado con todo el peso de la ley). Coger un coño rasurado es como proyectarse en violar a una niña. Porque la mujer adulta tiene características naturales que indican su grado de desarrollo y madurez; los senos, las caderas, pero especialmente el vello corporal. Yo amo coger con mujeres, mujeres. No con "maniquís" o mujeres "plásticas". No hay nada como un cuerpo "normal" y NATURAL... odio los implantes y las tetas tipo narcoamantes. Un gordito por aquí, una llantita por allá, una cicatriz, una arruga, un poco de celulitis... es parte de la belleza y encanto de una mujer. Y lo mismo son sus vellos corporales... y sus olores naturales.

Así que una pusa apestosa me fascina y es un afrodisíaco para mí. Y no, no me refiero a coños sucios o de mujeres sin higiene... a mí me encanta el olor a sexo, ese olor que sale de las vaginas y que indica la excitación de la mujer. Sé que hay vaginas que naturalmente tienen olores suaves, pero aquellas que realmente emanan feromonas a granel son las que más me gustan. Las primeras que sentí así fue la de varias putas que me cogí en mi juventud en casas de masajes. Yo ya tenía sexo con mi novia Marlen y ella era muy caliente y puta, pero lamentablemente su pusa casi no olía y eso me faltaba en nuestras relaciones sexuales. A mis siguientes dos novias ya les olía un poco más la pusa pero no tanto como a mí me gusta. Fue hasta que fuimos amantes con Anahí que realmente pude tener para mí, una pusa no sólo muy peluda y de labios y clítoris enormes, sino muy, muy, muy apestosa a pusa caliente. Y es que Anahí era igual de caliente que yo. Éramos como almas gemelas en todo, y más en el sexo. Ella era una mujer muy segura de sí misma y tenía mucha experiencia sexual. Pensar en ella y en el sexo que tuvimos siempre me para la verga (de Anahí es de la única de mi exnovias que mi mujer tiene un poco, no tanto celos, sino de "envidia" de la buena.

A mi esposa Victoria sí le huele bastante la pusa y me encanta su olor, pero me gustaría que fuera más fuerte. Y con mi esposa (y con antiguas parejas sexuales) podemos satisfacer mi fetiche muy bien. Victoria usa el mismo calzón por varios días seguidos, sin lavar, y eso hace que el olor quede impregnado y que sea muy fuerte. Me mata de placer oler ese calzón por horas... y pajearme oliéndolo o que ella me mame la verga hasta que termino dentro de su boca y yo gozar con la "peste" a pusa mojada y caliente que tiene su calzón. Otras de mis parejas sexuales también me han cumplido mi gusto en esa forma. Y oler la pusa de Sandra (la esposa de Miguel, con quienes tuvimos nuestro primer intercambio de parejas) me complace en todo... y a ella sí le apesta bastante el coño. Me da calzones "sucios" y la verga me brinca al ver esas deliciosas manchas blancas, amarillas y cafés en la tela... porque son presagio del olor delicioso que estaré sintiendo al pajearme. 

Y mi esposa también adora ese perfume de los coños. Desde que le conté mi fetiche, Victoria empezó a oler sus propios calzones y se pajeaba oliéndolos o mientras yo me la cogía... y el placer fue fenomenal, más que nada porque ella al oler el perfume de su pusa se imaginaba que era el olor del coño de otra mujer... y cuando al fin tuvimos los tríos con Patricia y con Alicia, y el intercambio con Sandra y Miguel, mi esposa quedó convencida y adicta al olor de su pusa y al de otras mujeres. Ama meter la cara en la pusa de Sandra, por horas literalmente. Igual que yo.

Así que el intercambio de calzones entre las mujeres que están en nuestro grupo, es maravilloso y constante. Cada vez que nos reunimos con alguien, todos sabemos que intercambiaremos calzones. Y eso ha llevado a que Victoria use los calzones sucios de nuestras otras amigas por días... y así el olor de ambas queda impregnado... y ella se caliente mucho de pensar que el calzón que tiene puesto ya estuvo en la pusa de otra mujer... y que su calzón está en ese momento sobando el coño de otra. Incluso con Miguel y Sandra hemos tenido reuniones en donde el eje principal de nuestro placer ha sido olernos por horas y pajearnos sintiendo el olor a pusa, a verga, a culos, a huevos, a sudor, etc.

Y por supuesto este fetiche de Victoria y mío se ha proyectado al olor de las vergas, los huevos, el sudor y el culo de los hombres. Nunca el olor de una pija será igual de fuerte o delicioso que el de una pusa, pero es muy bueno. 

Y como parte del exhibicionismo que tanto nos gusta con Victoria, ella a muchas reuniones o en la calle, no usa calzón y nos encanta que se sienta el olor de su pusa... especialmente si salimos después de coger y ella tiene todavía sus líquidos vaginales en su piel y su pusa está llena de semen. Notamos claramente cómo muchas personas se fijan en Victoria y sienten el olor que sale de abajo de su falda... y eso nos encanta y lo convertimos en tema de excitación al estar cogiendo después y recordar a las mujeres y hombres que se voltearon a verla porque sintieron ese olor delicioso a hembra caliente, puta y muy segura de sí misma.

Sabemos que nuestros principales órganos sexuales son nuestros cerebros, así que el olor a pusa dispara nuestra líbido y hace mil veces más satisfactoria nuestras relaciones. Para mí es el paraíso cuando me puedo meter bajo una axila, entre unas piernas y oler la pusa, el culo, la verga y los huevos... y por supuesto que ya estando allí no pierdo la oportunidad de además de oler, mamar.

Sentir a un cuerpo excitado, brillante de sudor y que la pusa está empapada o la verga bien dura, asegura un festín de olores. Y todas las personas con las que cogemos y hemos cogido en pareja, no sólo entienden nuestro fetiche sino también o lo comparten y lo practican, o nos dejan hacer con ellos lo que queramos para tener placer. Y saben que como "condición" para una sesión sexual con nosotros, es tener listo un calzón y/o un calzoncillo usado para que lo podamos oler.

Quien no ha probado esto, no sabe de lo que se pierde.

Continuará...


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