Mi esposa posa desnuda para un pintor Parte 1

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Los tríos con Gustavo, Paty y Alicia; y los intercambios con Sandra y Miguel siguieron por varias semanas (y continúan hasta el día de hoy, menos con Alicia). Pero mi esposa Victoria y yo estábamos tan calientes que queríamos más. Y como nos encanta que la vean desnuda planeamos algo "nuevo". Que en cierta forma Victoria "sedujera" a otro hombre... pero estando yo presente. Analizamos nuestras opciones y decidimos que lo más seguro sería hacerlo con alguien conocido. 

Victoria recibía en ese entonces clases de pintura con un conocido y afamado pintor.

Manuel tenía unos 25 años más que nosotros (55) lo que cumpliría otra de nuestras fantasías: que un hombre maduro y mucho mayor se follara a Victoria y que yo fuera testigo, y que si se podía también participara e hiciéramos un delicioso trío. Así que como nos fascina que vean desnuda a Victoria, ya sea en fotos o en "carne viva", aprovechamos la amistad con Manuel para pedirle que le tomara fotos desnuda a mi esposa... era la excusa perfecta, ya que como artista él tendría una mejor "perspectiva" para poses de desnudos... y que después, con esas fotos, Victoria pintaría su autorretrato (lo hizo). Era un plan maravilloso y dicho y hecho.

Por supuesto que Manuel aceptó inmediatamente y el día de la "sesión" fotográfica, Victoria iba impresionante. Una licra de todo el cuerpo, sin ropa interior y la tela blanca. Se le notaba todo y se transparentaban sus pechos, pezones que ya iban durísimo y como pitones contra la tela, y se notaba su pusa peluda y hasta se marcaban sus labios vaginales en la tela de la entrepierna. Por supuesto que Manuel había fotografiado y pintado desnudas a muchas de sus modelos, pero yo noté que se quedó "mudo" al ver así a mi esposa... y me imaginé que la verga le debe haber dado un tirón dentro de sus calzoncillos.

Manuel le indicó a Victoria que se podía desnudar en otro cuarto, pero ella sin inmutarse se empezó a quitar allí  mismo y muy lentamente la licra, como que si le costar sacarla. Eso hizo que sus pechos aparecieran poco a poco. Dos globos enormes de carne muy blanca y gordos pezones rosados. Yo veía que Manolo no perdía detalle del cuerpo de mi mujer y abría la boca y respiraba profundamente (él trataba de hacerse el disimulado, como que si no pasara nada y fuera lo más normal del mundo... ver a una mujer desnudarse frente a él... mientras el marido está allí y ve todo y lo aprueba).  Ya con el torso desnudo y sus pechos bamboleándose por sus movimientos, Victoria se empezó a bajar la licra y el pelo rubio-castaño, muy abundante, de su pubis quedó a la vista de Manuel. 

Al empezar a bajarse la licra por las piernas, los movimientos de mi esposa eran pausados y deliberadamente se movía o subía sus piernas y pies de manera que se veían perfectamente sus labios vaginales y esa pusa deliciosa, rosada y que ya estaba bastante brillante por sus jugos (Desde que íbamos a la casa de Manuel, Victoria estaba hirviendo y se tocaba la pusa y los pechos haciendo que los pezones estuvieran durísimos). Y por supuesto que al terminar de quitarse la licra, sus nalgas quedaron expuestas y se le vio el culo rosado y lampiño... y el olor... el olor que salió de su entrepierna empezó a llenar el cuarto. No se podía negar de ninguna manera que mi mujer estaba hirviendo por lo que hacía... y por lo que deseábamos que sucediera en pocos minutos. Tampoco había forma de que Manuel no viera todas esas señales físicas del cuerpo de mi esposa o que no sintiera el olor de su pusa excitada.

Quizá por unos 20 minutos la sesión de fotos se dio en forma "normal". Victoria tomaba poses "artísticas" y todavía no eran de exhibicionismo. Ella estaba feliz, gozando la experiencia de modelar desnuda para un famoso pintor... y que este pudiera admirar su cuerpo. Así que las poses ella las improvisaba y Manuel sólo tomaba las fotos. Fue entonces que yo le dije a él, que se sintiera "cómodo" para indicarle a mi mujer qué poses serían "mejores"... y que si era necesario que él la tocara "para acomodar su cuerpo a las poses", que lo hiciera. Que por mí no había ningún problema de que la tocara. Eso hizo que Manuel empezara a tocar los brazos y piernas de Victoria, le movía la cabeza o casi que abrazándola por la espalda, con sus manos movía el cuerpo de ella y después tomaba más fotos. 

Esos minutos de poses fueron tremendamente satisfactorios para todos. Victoria estaba extasiada posando desnuda y sintiendo las manos de Manuel tocar su cuerpo... supuestamente "sin malas intenciones"... de él, porque ella tenía todas las intenciones de terminar cogiéndoselo allí mismo en su estudio de pintura. Y con cada pose y cada foto, el bulto en la entrepierna de Manuel crecía más y más. 

No puedo negar que yo ya estaba un poco impaciente porque empezara la acción. Así que dentro de la plática que manteníamos todos, yo le pregunté a Manuel si cuando tomaba ese tipo de fotos no tenía deseos de desnudarse también o que si él también posaba desnudo para alguno de sus cuadros; y dijo que sí, que le encantaba tomarse fotos desnudo junto a sus modelos y que casi siempre pintaba sin ropa. Entonces le dije que se sintiera libre de desnudarse. Y que si tenía una erección no se preocupara por nosotros, que era lo más "natural" y entendible si eso pasaba.  Él se empezó a desnudar también, poco a poco y Victoria no perdía de vista la piel que de su "maestro de pintura" iba quedando expuesta. Seguro él se imaginó el futuro.

Manuel es moreno muy claro, de cuerpo muy velludo. De pelo negro pero con grandes pelos blancos en su pecho y en su abdomen... y también en el pubis. Victoria abrió mucho los ojos cuando su verga quedó a la vista. Era preciosa. Como nos gusta. No muy grande ni gruesa, muy normal, pero exquisitamente peluda y morena, de prepucio muy largo y huevos colgantes y muy grandes. Buenas nalgas, peludas y un poco más blancas que el resto de su cuerpo. Y tenía la verga bastante dura, aunque todavía no tenía una erección completa. Ni gordo ni flaco pero un cuerpo "normal" bastante agradable.

La sesión de fotos, continuó, pero las cartas ya estaban sobre la mesa. Manuel cada vez tocaba más a mi esposa y las poses que le ponía eran cada vez más eróticas y casi pornográficas. La movía, la colocaba de tal forma que las piernas de ella quedaban abiertas y mostrando su pusa mojada y roja... y como él se acercaba para "aprobar" la pose, su verga muchas veces "tocó" la piel de mi mujer. La verga quedó a veces muy cerca de la cara y boca de ella (y ella la abría un poco y respiraba para sentir su olor) y también rozaba su espalda, hombros y pechos. Yo sabía que Victoria estaba hirviendo y que pronto estaría clavada por su verga.

Continuará...


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