Cuando el corazón habla y la mente escucha (1-1)

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Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
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Te siento pero no te veo. Te escucho, pero no te toco. Sé que estas aquí, pero cierro los ojos imaginándote cerca de mí, aunque ni te vea, ni te pueda tocar. Fantaseo con tu imagen, te dibujo hermosa, gentil, cariñosa, aunque no estés presente. Te llevo dentro, me consuelo el tocar mi pecho y agradecerte tu vida, echa mi regalo eterno. Si pudiera darte un pedazo de cielo, hecho realidad, desearía tenerte a mi lado agradeciéndote un sinfín de veces, regalándome tu vida.

Sabía que era mujer, sabía que era joven. Pero seguía siendo una desconocida para él. Todo dentro de un gran silencio, sin poder descubrir donde yacía su cuerpo. Quería visitarla pero no sabía por dónde empezar a moverse, dando los primeros pasos a su encuentro.

No pudo averiguar su nombre, ni edad, ni nacionalidad y menos si tenía familia. Solo descubrió que tuvo un accidente en Valencia, que era mujer y que era donante de órganos. Su coche choco con un autobús y lo único que pudieron salvar, fue la mitad de sus órganos, entre ellos el corazón.

Rafael a la edad de 15 años, tuvo anginas de pecho, que se le complico con una neumonía, dañándole seriamente el corazón. Hasta tal punto que al poco tiempo, necesitaba urgentemente un trasplante del órgano.

Tuvo suerte, porque al poco tiempo lo llamaron del hospital avisándoles que se presentara, pues en poco tiempo llegaría un corazón, que se encontraba de camino. Era una joven que había tenido un accidenté con el coche. Ese día llamaron a dos personas, pero el que estaba antes que él, se encontraron que en ese momento, tenía las defensas muy bajas, terminando de trasplantárselo a Rafael en su lugar.

Rafael era único hijo de una familia muy tradicional. Su madre no trabajaba por cuidar de su hijo, habiéndolo tenido a la edad de 35 años. Decidió dejar su trabajo y su sueño, cuando descubrieron que su niño estaba enfermo y necesitaba unos cuidados más atentos. Luisa que así se llamaba su madre, por miedo a perderlo, termino cediendo por voluntad propia, dejarlo todo y cuidar a su hijo. Aunque Miguel, su esposo le planteo, contratar una cuidadora, expresamente para Rafael.

Luisa le costó quedarse en cinta. Tenía unos problemas de ovarios y matriz. Cada vez que se quedaba en estado, a los pocos meses, lo perdía sin darse cuenta, ni tiempo a los médicos de impedirlo. Para poder contenerlo hasta los meses necesarios, después de su gestación, para poder provocarle un parto, donde artificial la ciencia pudiera mantenerlo hasta su peso y poder sobrevivir.

Tenían otra opción que estaban pensando hacia tiempo, pero por arte de magia, estando apunto de tramitar una adopción, Luisa se quedo en estado y los médicos decidieron esta vez no correr riesgos, quedándose hospitalizada desde el primer momento, llegando esta vez a buen fin. Pudiendo provocarle el parto a los siete meses sin tener que meterlo en una incubadora, pues nació aunque sietemesino, pensando 2 kilos.

 


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