Con Leonel y su esposa Parte 6

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
2293 visitas

Marcar como relato favorito

Parecía que Dinora quería penetrar la pusa de mi esposa, no sólo con su lengua o su boca. Victoria sentía como que Dinora pretendía meterle toda la cara y si hubiera sido posible, mi mujer pensó que Dinora deseaba meterse con todo el cuerpo hasta dentro de su vagina y útero. Así de fuerte, de pasional, de erótica era la mamada que Dinora le daba.

 Sin mucha técnica pero con mucha pasión y deseo. Ni Paty, ni Alicia ni Sandra le habían mamado la pusa a mi mujer como ahora se la chupaba la esposa de Leonel (más o menos de la misma forma y con el mismo deseo que Leonel se la mamaba. Y es que Leonel adoraba la pusa peluda, apestosa y deliciosa de mi esposa... y como que el gusto sería compartido ahora por Dinora... que todavía ignoraba las muchas veces que su esposo ya había mamado todo el cuerpo de mi mujer y le había metido la verga por todos los hoyos, por horas).

Y las manos de Dinora, igual que su lengua, no se estaban quietas. Tocaban cada parte de la piel de mi mujer. Sobaban aquí, pellizcaban allá. Y eso hizo que Victoria no pudiera aguantar más. Su orgasmo empezó a crecer y a crecer y en un momento estalló, enorme, fuerte... y ella convulsionaba con el placer que le daba la mamada de Dinora. Victoria empezó a gemir, a gritar, a suspirar, a pedir más... más fuerte... más rápido... y Dinora mientras que seguía chupando su clítoris le metió dos dedos hasta el fondo de la vagina, y los metía y sacaba al mismo ritmo que su lengua soltaba saliva en la pusa de mi esposa. 

Cuando su orgasmo empezó a disminuir, Victoria abrió los ojos y vio que Dinora la miraba y aunque tenía la cara enterrada en su pusa, se notaba que sus ojos tenían un brillo muy especial. Se le veía feliz, excitada... y muy orgullosa de haberle provocado un orgasmo de ese calibre a una mujer muy puta y experimentada como Victoria.

Después de varios minutos el orgasmo terminó pero Dinora seguía mamando suavemente la pusa de mi mujer. Como dando lamidas suaves y relajantes. Y se oía que Dinora tragaba los jugos que Victoria seguía sacando. Hasta que llegó el momento en que Victoria la agarró de los hombros e hizo que Dinora se acostara a su lado. Inmediatamente las dos se acariciaron las caras, con verdadero cariño. Era increíble que dos mujeres que hasta hace un par de horas eran completas extrañas (y que sólo se habían visto desnudas en fotos) se hubieran convertido en las "mejores" amigas en un instante y gracias al sexo.

Victoria volteó su cara hacia la de Dinora, y la llenó de halagos y miles de gracias. Le dijo que era la mejor chupada de pusa que alguien le había dado (y en muchas formas era verdad. El gusto por las mujeres y el lesbianismo eran reales e innatos en Dinora y no sólo "aprendidos" como en el caso de Alicia, Paty y Sandra. Ya que ellas cogían con otras mujeres como parte del "menú" sexual pero no como deseo primario. En cambio Dinora se podría decir que gustaba y gozaba más del sexo con mujeres que quizá con hombres). Dinora miraba a Victoria con cara de satisfacción y agradecimiento. Y las dos se volvieron a besar... con "amor". 

Después de unos minutos llegó el turno para que mi esposa gozara del cuerpo de Dinora. Y con la misma suavidad, intensidad y deseo, Victoria desnudó, chupó, olió, acarició, etc. todo el cuerpo de la esposa de Leonel. Le quería devolver con creces todo el placer que le había dado hace unos minutos... y que Dinora quedara "enamorada" del sexo con ella... y muy deseosa de volver a repetir... y de volverse tan puta como lo es Victoria.

Y sí, los dedos y la lengua de mi mujer hicieron maravillas con el cuerpo de Dinora, que temblaba, chillaba, gritaba, se revolvía de un lado al otro con convulsiones que no podía detener... ni quería controlar. Dinora se entregó totalmente a Victoria. Y pronto tuvo dos orgasmos enormes... porque mi mujer no dejaba de mamarle la pusa o de meter sus dedos en su coño y hasta llegó a tocarle el culo y sobándolo con dedos llenos de saliva le metió uno hasta el fondo (sabíamos que Dinora si gustaba del sexo anal porque a Leonel eso le fascina... pero no lo hacen tanto como él quisiera).

Después del segundo orgasmo de Dinora, Victoria se fue dando la vuelta y poniéndose arriba de Dinora... y colocó su pusa sobre la boca de ella, al mismo tiempo que volvía a meter su cara entre las piernas y seguía mamando esa pusa que soltaba mucho precum. El olor y el sabor de la pusa de Dinora no era tan fuerte como nos gustaba (a Sandra, Alicia y Paty les huele más) pero era muy satisfactorio (después Victoria me dijo que a ella sí le gustaban más las pusas peludas y que seguro por eso el olor y sabor es más fuerte y concentrado. Y que además Dinora olía "demasiado" a "limpio"... a una mezcla de piel, jabón, desodorante y perfume... y nosotros preferimos sin esos olores artificiales. Y con el tiempo, Dinora nos cumpliría esos gustos y el día en que nos juntábamos a coger, ninguno se bañaba ni se perfumaba y así gozar de nuestra olfactofilia sin límites).

Victoria restregaba sus labios vaginales contra la cara, nariz y lengua de Dinora y al mismo tiempo le mamaba con pequeñas mordidas la pusa, o metiendo su lengua lo más hondo que podía en su vagina. Y tuvieron dos orgasmos más en esta posición. Ninguna de las dos se cansaba de chupar a la otra y al mismo tiempo ser mamadas.

Cuando terminaron sus orgasmos, Victoria se acostó al lado de Dinora y repitieron las caricias, las palabras de "amor" y agradecimiento por todo lo que estaba pasando. Y acariciando el cuerpo desnudo de la otra, cada una empezó a expresar lo que pensaba y sentía... y la siguiente hora hablaron de su vida sexual. Cada una le contó a la otra hasta las cosas más íntimas y secretas, deseos, fantasías, sueños eróticos, etc. Y por supuesto que compararon experiencias y eso llevó a que hablaran de Leonel y de mí. 

Cada una contó cómo éramos como amantes y las similitudes y diferencias de nuestros cuerpos y técnicas y gustos de coger. Por supuesto, Victoria sabía mucho más de mí que Dinora de Leonel (y es que él tenía muchos secretos sexuales con ella... y ella con él... y a Dinora le encantó el tipo de relación que nosotros tenemos, con total confianza y transparencia). Volvieron a hablar del gusto lesbiano de Dinora y eso puso sobre la mesa el tema de la bisexualidad... y por supuesto que yo la practicaba y me gustaba muchísimo mamar vergas y sentir el semen en mi boca. Y para ilustrar aún más, Victoria empezó a mostrarle todas las fotos que tenemos en nuestra tableta (habiendo quitado las fotos de Leonel cogiendo con nosotros). Así entré yo a la conversación.

Continuará...


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed