Con Leonel y su esposa Parte 7

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Victoria le dio la tableta a Dinora para que ella viera las fotos que quisiera, el tiempo que fuera y que se calentara y gozara con lo que veía. Y con cada foto, Victoria le contaba qué, cómo, cuándo, había pasado, qué habíamos sentido, etc. Y Dinora también le hacía preguntas y pedía detalles específicos. Todas las fotos eran totalmente explícitas y pornográficas. Todas las pusas, pechos, culos, nalgas, huevos y vergas se veían con todo detalle. No dejaban nada a la imaginación. Victoria describía el cuerpo de cada uno, el olor y el sabor, los gustos, fantasías, etc. Dinora estaba totalmente entregada a lo que veía y a lo que mi esposa le decía. Así Victoria le contó sobre su sexualidad cuando era joven y sus dos novios. De los tríos con Gustavo y su verga negra y chiquita. De la de Miguel pellejuda, recta y muy dura; y la de Manual muy recta y goteando precum. Y por supuesto de cada parte del cuerpo de Sandra, Paty y Alicia... y especialmente de su olor y sabor; de sus pusas y culos peludos y de sus axilas sin rasurar... y Dinora entonces le prometió a Victoria que si a ella le gustaban tanto los cuerpos sin rasurar y con olor muy natural, así lo haría ella desde ese momento... que no se rasuraría nunca más.

Victoria le habló con mucho detalle del por qué hacíamos esto y qué nos gustaba. Y que entre nosotros no existían celos ni desconfianza y que gozábamos de ver y saber que nuestra pareja tenía placer teniendo sexo con otras personas... ya fueran hombres o mujeres. Y eso permitió a Victoria preguntarle directamente a Dinora si ella estaría dispuesta a coger conmigo, con ella... y con Leonel, todos en la misma cama... o haciendo tríos como hacíamos con Sandra y Miguel... y que si le gustaría también probar las vergas de Gustavo y de Miguel y Manuel.

Dinora le dijo que tenía sentimientos "encontrados" de pensar que Leonel cogía con otra mujer o con otro hombre... y especialmente le preocupaba qué pensaría Leonel de que ella gozara con otra verga. Que sabía que Leonel era muy caliente y seguro le encantaría coger con Victoria, y muy probablemente conmigo (pobre Dinora, en ese momento no sabía -ni lo sabría nunca- las revolcadas que los tres nos dábamos en nuestra cama... en esa misma cama donde ella acababa de coger con mi mujer... y que al igual que ahora ellas, ya Leonel había dejado innumerables veces nuestras sábanas llenas de su olor y de sus jugos... y que nos encantaba no lavarlas para olerlas y recordar el excelente sexo que teníamos con otros). Lo que Dinora tenía dudas era sobre la reacción de Leonel si la viera desnuda y con otro hombre metiéndole la verga y ella teniendo placer... que ese pensamiento era la barrera más grande para que hiciéramos un intercambio... que quizá si comenzáramos los cuatro juntos y después cada pareja cambiada se fuera  a cuartos y camas diferentes... pero... Victoria le dijo que ella creía que Leonel reaccionaría muy bien a un intercambio y a los tríos y que lo mejor es que ambos lo hablaran con total confianza y sinceridad y que dijeran lo que deseaban, sin mentiras ni ocultar los deseos. Y que llegado el momento se podría ver qué y cómo sucedía todo. Dinora también le dijo que sí le  gustaría coger con Sandra y Patricia, pero que no sabía sobre Alicia, por ser esta casada. 

Victoria se dio cuenta que convencer a Dinora de coger con nuestras amigas no sería ningún problema, y hasta en su cabeza empezó a dar vueltas la idea de que las 5 pudieran hacer una orgía 100% lesbiana... y así se lo dijo a Dinora, que sólo abrió los ojos y se sonrió con picardía... dando a entender que sería una excelente posibilidad. Y Victoria todavía le dijo que así, las cinco cogiendo juntas harían que Dinora "repusiera" el tiempo que había "perdido" y que no había podido satisfacer sus deseos de coger con mujeres. 

Por algunos minutos más siguieron viendo más fotos y videos... y eso las volvió a calentar. Ya los pezones de las dos estaban muy parados (y es que en ningún momento de la plática habían dejado de tocarse, besarse, olerse, chuparse, etc.) y el olor a pusa se intensificó... y cuando se tocaban las pusas cada una se empapaba los dedos con el jugo de la otra... y se oían los dedos jugar con el líquido viscoso. Ese "ruido" a líquido que tanto placer nos da.

Victoria se levantó de la cama sin decir nada y fue a traer varios de los dildos que nos encantan. Y se los mostró a Dinora... que se sonrió como con sorpresa. Los puso sobre la cama y fue contando la "historia" de cada uno. Cuáles le gustan a ella para pajearse, cuáles para que yo se los meta por la pusa y cuáles le dan más placer por el ano. Cuáles le gusta chupar... y cuáles ella usa conmigo, en mi culo. Y uno especial que tenemos con arnés... y que ella usa para cogerme por el culo o para follarse a nuestras amigas o que ellas la follen a ella. Todos le encantaron a Dinora, que los olió y algunos los chupó... y el que dijo Victoria que era su preferido para pajearse, lo cogió, le dio un beso de "amor" dedicado a Victoria... y se lo empezó a sobar en la pusa... le dijo a mi esposa que sería la primera vez que usaría un dildo desde que con su amiga de juventud se metían cosas como mangos de cepillos, velas o zanahorias y pepinos pequeños. Y muy pronto la pusa de Dinora rebosaba de líquido y se oía el "squish-squish" del dildo al entrar y salir de su pusa... y de pronto Dinora abrió mucho los ojos. Victoria le puso un dildo pequeño y delgado en la entrada del ano... lo rotó... lo llenó de lubricante y empujó poco a poco. En segundos Dinora tenía un dildo entre la vagina y el otro dentro del recto. Dinora movía al ritmo que le gustaba el de su pusa... y Victoria el de su culo. Y Victoria empezó otro de nuestros fetiches. "Pajear" el cerebro. Le empezó a contar a Dinora, en su oído, sobre las vergas de Gustavo, Miguel, Manuel y en especial de la mía. Le contó sobre los tríos y las dobles penetraciones que hacíamos... y que así como ella estaba ahorita, con un consolador entre la pusa y otro en el culo, ella estaría con la verga de su esposo... y con la mía. Que seguramente yo gozaría miles con su pusa y su culo y chupando sus tetas. Y le contó sobre lo que me gusta de una mujer y que ella, Dinora, era el ejemplo perfecto del tipo de mujer que me para la verga y me vuelve loco al coger.

Oyendo todo eso, y viendo las fotos de reojo, Dinora estalló en varios orgasmos y parecía que Victoria la estaba torturando y no dando placer. Una cogida deliciosa entre mujeres.

Continuará...


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