Con Leonel y su esposa Parte 10

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En los días siguientes a la cogida que mi esposa Victoria le dio a Dinora, hablaron por teléfono mucho tiempo, a veces por horas. Y no sólo hablaron de sexo. Nuestro objetivo era que Dinora se sintiera muy cómoda con la situación, que la deseara, que no se sintiera intimidada o presionada; en realidad queríamos que ella se convirtiera en verdadera amiga y confidente y compañera de nuestras aventuras (como lo era su esposo Leonel). Que supiera que el sexo con nosotros sería delicioso pero que además podríamos ser verdaderamente amigos íntimos (así como lo era yo con Leonel desde hacía muchos años, empezando por relación en el trabajo y después con el sexo bisexual y con otras personas). Y sí, Dinora se sentía muy bien con Victoria, pero como no me conocía realmente sino sólo por lo que sabía de mi amistad con su esposo... y de las fotos que le habíamos enviado, todavía no me tenía confianza ni me "deseaba". Sí estaba segura que quería por lo menos "probar" a coger conmigo y a tener el intercambio, pero no estaba segura de mi reacción ante su cuerpo... ella se sentía gordita, chaparra, con pechos muy grandes y un poco aguados y caídos... su autoestima la estaba traicionando. No era que no quisiera coger conmigo o probar otra verga, es que se sentía un poco avergonzada de su cuerpo... y de que yo, con tanta experiencia y habiendo cogido con tantas mujeres no la encontrara atractiva o deseable y ella me defraudara a mí, por su falta de experiencia.

También Dinora tenía mucho miedo de su propia reacción, un poco de que le gustara mucho probar otra verga y tener otro hombre encima y follándola y viendo su cuerpo desnudo y ella quisiera más, también de que no le gustara... le preocupaba que ella se arrepintiera estando desnuda y yo cogiéndola... y ella fuera la que rompiera la "magia" y se terminara el "hechizo". Como era su "primera" vez en esto, ella tenía mucho miedo a lo "desconocido".

Esa misma conversación la tenía ella con su esposo Leonel. Era el único y último obstáculo para que cogiéramos los cuatro juntos. Así que tanto Victoria como Leonel se dedicaron a calmarla, a darle ánimos y seguridad. Le juraron que ella me encantaría, que era el tipo de mujer que me fascinaba, así como ella era, chaparrita, gordita, con pechos enormes y que seguro sus grandes labios vaginales y el clítoris que parecía una verguita, me volverían loco de placer. Dinora no necesariamente lo creía. Así que Victoria le propuso algo: que Dinora cogiera conmigo, solos ella y yo. Sin Leonel ni Victoria. Así no habría "testigos" que la intimidaran y que podría ser ella misma, sin máscaras de ninguna clase. Y Victoria le aseguró que yo lo haría muy bien, despacio, dándole todo el tiempo y la paciencia que ella necesitara. Sin presiones por mi parte. Y cuando Dinora le contó a Leonel la propuesta de Victoria, él le dijo que le parecía maravillosa, que aceptara y que él la apoyaría en todo. Eso pareció convencer a Dinora, que hizo una contrapropuesta... que mientras ella cogía conmigo, que Leonel cogiera con Victoria... y que así ella también sabría que él ya había cogido con alguien más y que así se "nivelaría" el marcador.

Dinora llamó a Victoria y aceptó la propuesta y le dijo que ella estaba dispuesta a coger con su marido a solas (yo)... por supuesto que mi mujer aceptó inmediatamente. Pero Dinora no se sentía muy cómoda de coger conmigo en su cama o en la nuestra (como que era la última barrera de pudor que ella tenía) ... entonces Victoria le dijo que sería muy bueno que ella se fuera a un motel conmigo y que allí tendríamos la libertad de coger como quisiéramos... y que ella también se metería al mismo motel con Leonel... que eso le daría más "sazón" a lo que hiciéramos. Y así el siguiente viernes por la noche yo fui a la casa de Dinora y ella se subió a mi carro... y Victoria se subió al de Leonel. Y los cuatro, en carros separados, nos dirigimos al mismo motel... a rentar cuartos diferentes.

Desde el primer momento, saludé a Dinora con mucho cariño y con total respeto. Iba muy femenina. Vestido corto y se notaba que sí tenía brasier... y seguro que tendría un calzón también (en cambio mi mujer iba desnuda bajo su vestido, lista para que Leonel le hiciera de todo). En el carro ella estaba callada y yo oía su respiración profunda. Se notaba que estaba muy nerviosa... y no era para menos. Sería la primera vez que no sólo salía con otro hombre, sino que las probabilidades eran de que en pocos minutos ella probara su segunda verga... y que su esposo lo sabía. Yo hablé de cosas triviales, tratando de entablar conversación. Y cuando llegamos al motel, ella se quedó callada y entre el carro en lo que yo pagaba por la habitación (contraté 8 horas en lugar de las 4 habituales, previendo que todo saldría muy bien). Cuando el encargado abrió la puerta de la habitación, yo abrí la del carro y con toda caballerosidad la ayudé a bajarse... y no solté su mano, así que nos dirigimos adentro agarrados de la mano. Yo sentía que sus dedos eran tímidos para sentir mi mano, así que mi agarre era suave y sin presiones.

Ya adentro, ella empezó a ver toda la habitación... y resulta que era la primera vez que iba a un motel, ni siquiera con su marido había ido. Dinora se reía muy femeninamente pero al mismo tiempo con nerviosismo, curiosidad y timidez. Me recordó tanto varias mujeres con las que había ido a un motel y que era la primera vez también para ellas. Cuando terminó de "recorrer" la habitación y el baño (y estoy seguro que veía que fuera limpia e higiénica) se sentó tímidamente en la orilla de la cama. Yo me senté a su lado pero sin "acosarla" sino dejando que se calmara y yo quería que todo lo que pasara fuera deseado por ella... y que ya con ella caliente, que también sintiera mi deseo por ella y supiera que yo también la deseaba... y mucho. Parte de la seguridad en su autoestima era que supiera que es una mujer muy deseable, atractiva, femenina, sensual. Y que yo como hombre la deseaba.

Por unos 15 minutos pareció que no sucedería nada. Platicábamos como que estuviéramos en otro lugar y no en un motel y que el objetivo de estar allí era coger. De repente ella se acercó a mí y sentí el calor de su cuerpo... y cuando abrió la boca me llegó su aliento, caliente, fresco, a saliva sensual... abrió la boca en forma muy femenina pero muy erótica. Y no era una pose que estuviera actuando, era que realmente ya empezaba a estar excitada... y excitada por mí, por conocer y sentir mi cuerpo desnudo y mi verga entrando en todos sus hoyos. Porque sí quería cogérmela por la pusa, el culo y la boca. Quería darle placer como nunca otro hombre se lo dio.

Continuará...


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