Consideraciones sobre mi bisexualidad

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Definitivamente sé que lo que voy a escribir causará algo de conflicto. Habrá muchos que no estén de acuerdo conmigo... y otros sí me entenderán... y por qué no, quizá más de uno también encuentre algo muy bueno en esto que escribo.

Desde muy pequeño me di cuenta que la mayoría de las personas utilizan "etiquetas" para "marcar" o encasillar lo que otros piensan, hacen o son. Y que también la mayoría de personas "aceptan" esas etiquetas y viven de acuerdo a ellas, aunque no los representen con detalle ni exactamente. Y esos "vacíos" o inconsistencias en las etiquetas son los que producen el verdadero conflicto. Conflicto personal. Conflicto social. Conflicto moral o religioso. Conflictos que no permiten que vivamos felices ni realizados ni satisfechos con nosotros mismos. 

Así que a muy temprana edad, no sé por qué, pero rechacé siempre que me "etiquetaran". Siempre he tenido una gran autoestima y me he entendido siempre y aceptado en su totalidad lo que pienso, creo y hago. Sin arrepentimientos pero siempre asumiendo la responsabilidad de mis acciones. Siempre que me equivoqué traté de corregir mis errores y aprender de ellos. Y cuando logré "triunfos" afirmé aún más mis convicciones. 

¿Por qué escribo de esto? Porque tiene todo que ver con mi "bisexualidad". 

Platicando hace unos días con una amiga que es psicóloga, me decía que ella no cree en la "bisexualidad". Que o se es heterosexual u homosexual y que no hay términos medios. Y eso no se aplica en mi caso. Soy totalmente heterosexual en lo que a gustar, amar, desear o querer tener una relación sentimental. Amo a las mujeres. Las deseo y he tenido relaciones sentimentales fuertes con unas 6; y sexo con más de 35. Nunca me ha cruzado por la mente "enamorarme" o "casarme" con otro hombre. Pero...me causa enorme placer tener "actividades sexuales" con hombres... me fascina mamar y chupar vergas y que me terminen dentro de la boca y degustar y tragarme el semen.

Me parece de lo más erótico tocar y oler y lamer la piel de un cuerpo (sea de hombre o de mujer). Los olores y sabores de una verga me vuelven loco, así como los de un buen coño peludo y apestoso. Y los pezones, las axilas, las nalgas y los culos no tienen género... y oler y mamar unos buenos testículos o chupar un glande o un prepucio largo son -para mí- igual de placenteros que hacerlo con unas tetas enormes femeninas, o los labios genitales o el clítoris. No se trata de "género" sino de "sexo". Y yo gozo totalmente con el sexo, sin etiquetas. Así que sí, yo creo que la vida no es sólo de blanco y negro sino que existen innumerables tonos de gris. Es como ser "carnívoro" y devorar un gran filete de res, y al mismo tiempo poder degustar de una excelente ensalada. Una cosa no excluye a la otra... más que en las mentes pequeñas, cerradas, retrógradas o esclavas de creencias limitantes y que sólo sirven para dominar a los demás.

Y seguro todo comenzó muy temprano en mi vida. Descubrí los estallidos de placer que me daba la autoestimulación de mi verga... y después la masturbación usando muchas técnicas diferentes. Además tuve acceso desde muy temprano a material porno (más que nada fotos y revistas) y "aprendí" que el sexo es muy placentero y deseable. En mi joven mente no había diferencia entre el placer del sexo hetero que el homo. Pajearme viendo a parejas cogiendo era igual de rico y me daba grandes orgasmos, que ver a hombres con hombres o mujeres con mujeres. 

Y así fue como tuve mi primer contacto sexual con una persona real. Fue con Gustavo, mi compañero de colegio. Éramos dos adolescentes calientes y deseosos de sexo... como fuera y con quien fuera. No teníamos novia ni los medios ni la experiencia para coger con mujeres... las putas eran una opción teórica, pero inalcanzable para nosotros. Así que un día en la playa fue el momento perfecto para que nos pajeáramos desnudos uno frente al otro... y después nos pajeáramos el uno al otro... y yo fui el primero que tomó la iniciativa y le mamé todo el cuerpo, la verga, los huevos, el culo, las axilas, los pezones... hasta que estalló en mi boca y desde ese momento amé el olor y el sabor del semen... del sudor, de los huevos, de los culos. Con Gustavo tuvimos sexo por unos 6 meses hasta que los dos conseguimos novias y empezamos el camino del sexo hetero. Pero eso que viví con él, nunca salió de mi vida. Me marcó para siempre. Me hizo bisexual. Y sé que en ese entonces sólo éramos dos adolescentes con las hormonas a estallar y que esa fue la razón de que tuviéramos sexo... y se fijó en mí el concepto de gozar del sexo sin poner etiquetas ni ver más allá del placer que obtengo. Estoy felizmente casado... pero me encanta el sexo con hombres y con otras mujeres... y por eso con mi esposa Victoria (y con varias de las novias que tuve en mi juventud) somos swinger... y ella también es bi con el mismo concepto que yo. Ama una verga como lo hace con una pusa... por el placer que se obtiene.

Ahora como swingers sólo tenemos sexo con personas bi... pero antes de casarme, pude repetir la experiencia con otro compañero de colegio; después en un cine porno con alguien mucho más viejo que yo. Tuve la oportunidad de hacer un trío con una pareja en la que él quería ver cómo otro hombre se la cogía... y tuve el gusto de mamarle la verga y chupar la pusa de su mujer después que se la llenamos con semen. En un gimnasio conocí a alguien que le gustaba entrar desnudo al sauna... y mostrar su verga parada. Yo se la agarré y se la mamé y le chupé todo el sudor que cubría su cuerpo peludo. También conocí a varios hombres que se sentían frustrados porque sus esposas no les daban todo el sexo que ellos querían... y una cosa llevó a la otra y aceptaron que yo les mamara la pija hasta que terminaban en mi boca (lo que sus esposas no hacían).

Con anteriores novias sí intercambiamos de pareja con amigos... así que al casarnos con Victoria y que ella no sólo aceptara ser swinger sino que le encantara al igual que a mí, hizo que mi "bisexualidad" se pudiera realizar de las mejores formas. Y fue hasta que tuvimos parejas swinger con afinidad total a nosotros, que le metí la verga a un hombre y también me la metieron a mí. No es algo que me fascine, pero tampoco me es desagradable, especialmente si la verga es pequeña, delgada y corta... Y por eso reconozco que soy más bi oral, manual y de oler que de coger por el culo. En nuestro círculo actualmente somos seis parejas pero Victoria y yo hemos intercambiado con 17 más... y todas las vergas me las he comido y gozado de su olor y el sabor de su semen.

Soy bi "especial" ¿y qué? 


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