Mi casi primera vez Parte 4

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Por primera vez estaba chupando y lamiendo una pusa. Y me quedé fascinado por el olor y el sabor y la cantidad de líquido que sacaba; además era muy peluda y de labios vaginales grandes y el clítoris se podía sentir muy bien. Definitivamente Marta era una mujer muy caliente... y mientras la mamaba se retorcía, me agarraba la cabeza y la empujaba al lugar que quería que le lamiera. Y cuando se vino en mi cara, soltó un gran chorro de líquido, aún más oloroso y de sabor más fuerte... y me empapó la cara; tanto que ríos de su líquido y mi saliva corrían por mi cuello y caían en mi pecho. 

Por un momento pensé que se estaba orinando del placer y no me hubiera importado... mucho más tarde me explicó que eso le pasaba pocas veces cuando se venía, que generalmente sus orgasmos eran más "suaves"... pero que el hecho de que un adolescente se la estuviera cogiendo, a ella que era una cuarentona... la había excitado mucho más que nunca. Y que también muy pocos hombres le habían mamado la pusa... menos mamarla y al mismo tiempo meterle dedos en la pusa y en el culo (en mi vida sólo otra mujer se vino en esa forma cuando la mamé... Paty... la que fue mi novia-amante y con quien después hicimos muchos tríos con mi esposa Victoria). Fue muchos años después que supe sobre el "squirt" de algunas mujeres... y me sentí dichoso de por lo menos haber sentido eso unas veces.

Cuando terminó el orgasmo de Marta yo me puse encima de ella y llevé mi verga a su pusa... pero no me dejó que se la metiera... me preguntó si yo tenía condones porque ella todavía podía quedar embarazada... y yo, por supuesto no tenía. Así que puso cara de decepción... yo la traté de convencer de que no me vendría adentro de su pusa... pero me dijo que no importaba, que aún sin acabar adentro el precum (lo ligoso le decía ella) podía tener espermatozoides y que no podíamos correr ningún riesgo... seguro puse cara de decepción... y entonces ella inmediatamente se bajó y empezó a mamarme la verga. Yo sentí delicioso, aunque para mamadas ya lo hacíamos con Gustavo, así que mi objetivo principal era meter mi verga en una pusa real, por primera vez. Pero entre una mamada y no hacer nada...

En cuanto Marta se metió toda mi verga en la boca, empezó a chupar delicioso (mucho mejor que Gustavo... y yo tomé nota mental para que cuando cogiera con él, lo hiciéramos en la forma que Marta me mamaba la pija)... y se acomodó de manera que ella quedó encima de mí... y se puso para un delicioso 69 (por supuesto que ya con Gustavo los hacíamos, pero sería mi primer 69 con una mujer... y mamando una pusa enorme, morena, apestosa y con profundo sabor a sexo). Yo también ensarté mi cara entre su pusa y empecé a chupar y a morder sus labios vaginales... y veía muy claramente su pusa peluda, empapada y brillante... y entre sus nalgas gordas y morenas, su culo... negro, arrugado, rodeado de pelos... y que se abría y cerraba al ritmo de mi lengua. Sentí su boca en mi verga y que su saliva caía en mis huevos y en el canal hacia mi ano... y de repente sentí una mano de Marta agarrarme los huevos... y otra se metió en mis nalgas y sentí sus dedos sobando mi ano y tratando de entrar... yo aflojé el ano y dos de sus dedos entraron fácilmente y hasta el fondo... y también los empezó a meter y a sacar de mi culo, con el ritmo de su mamada. Por supuesto que eso no era nuevo para mí, ya con Gustavo nos metíamos los dedos y nos tocábamos la próstata y era delicioso terminar así... quizá más intensos los orgasmos prostáticos que los "normales"... pero con él nunca habíamos podido meternos toda la verga...  

No tardé mucho, pienso que fueron unos 3 minutos, máximo 5, y empecé a estallar. Ni siquiera me pasó por la mente avisarle... menos pedirle permiso o preguntar que dónde quería mi semen... simplemente gocé de su mamada y mi orgasmo fue enorme... yo sentía que salían chorros y chorros de semen... y sentía la lengua de ella moverse y chupar mi glande. Marta me siguió mamando suavemente la verga hasta que sintió que ya la tenía aguada y chiquita... y cuando se la sacó de la boca pude ver cómo ella se relamía mi semen y se lo tragaba... y todavía me pasó la lengua en la pija para terminar de lamer el semen... y sus dedos seguían dentro de mi culo.

Los dos estábamos desnudos, en la cocina de la casa... y menos mal que solos... pero no podíamos correr ningún riesgo de que alguien nos descubriera... así que ella me jaló de la mano y me llevó a la habitación que ella usaba. Entramos y cerró la puerta con llave... me empujó sobre su cama... y se acostó a mi lado, sin dejar de tocar todo lo que podía de mi cuerpo. Y por supuesto que yo también seguía tocando sus pechos, sus nalgas, su pusa y su culo... y se colocó de forma que pudo empezar a besarme, pero más suave, sin pasión sino más bien como con "cariño/agradecimiento". 

Allí en la cama ella me empezó a hacer preguntas sobre mi vida sexual... y yo le conté la experiencia que tenía con el porno... y con Gustavo. Ella abrió mucho los ojos, pero entendió que Gustavo y yo éramos dos adolescentes sin oportunidad de coger con mujeres y que de alguna forma necesitábamos aliviar nuestro deseo sexual. Además Marta estuvo encantada cuando supo que ella era mi "primera" mujer... y que esperaba que en los siguientes días yo le pudiera meter la verga en la pusa... porque ella se había quedado con las ganas de sentirla hasta el fondo. Incluso se ofreció a comprar condones en su siguiente día libre (en esos tiempos era casi imposible para un adolescente comprar condones en una farmacia).

Marta me contó que era casada pero que su marido se había ido de migrante y que tenía unos dos años de no coger con nadie... y que sí se pajeaba pero que no le era suficiente. Yo seguí admirando su cuerpo de cuarentona, sus pechos grandes y colgantes, su piel morena y sus pezones casi negros y gigantes. Y el pelo que tenía en su cuerpo, una pelusa morena cubría casi toda su piel, pero especialmente su abdomen, nalgas y piernas. El pelo de su pusa era tupido, sin recortar, negro y muy grueso... y quedó pegajoso por sus líquidos y mi saliva. Y sus nalgas grandes y su ano negro, oloroso y lleno de pelos. Una delicia de mujer.

Ella me siguió haciendo preguntas sobre el porno y especialmente sobre Gustavo. Así que inmediatamente corrí, desnudo, a mi cuarto y saqué de su escondite todas las revistas porno que tenía... era cómico que yo corriera por la casa, con la verga y mis huevos colgando...

Continuará... 


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