LOS SUEÑOS 1

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Imaginemos que un brillante gerente de una empresa dedicada a fabricar bolsos de señora llamado Pedro, una noche mientras duerme apaciblamente en su cama sueña que se come un sustancioso bocadillo de embutido; y que simultánamente un indigente que está descansando en el banco de un parque que está junto a su hogar tiene el mismo sueño.

¿Se trata de una simple coincidencia? ¿De un caso de telepatía? Nada de eso. Pues es evidente que el mismo sueño tiene para los dos personajes un significado muy diferente que está directamente relacionado con la vida personal de cada uno de ellos, el cual como la mayoría de los sueños lejos de ser revelaciones de cualquier divinidad como se creía en la Antiguedad, no dejan de ser residuos de recuerdos almacenados en el inconsciente de cada persona que pueden pertenecer tanto al presente como al pasado; cuyos elementos de dichos sueños adquieren una naturaleza simbólica en la que siempre subyace un metalenguaje; un mensaje oculto que no pasa por el conciente del soñante.

Existe un dicho popular que expresa: "Quien tiene hambre sueña con pan", y por lo que se refiere al indigente antes mencionado es obvio que se trata de un sueño compensatorio en el que satisface su necesidad primordial. Mas para Pedro, el gerente, que no sufre hambre física el sueño del bcadillo de embutido puede ser un símbolo de un hedonismo sexual.

Por otro lado resulta que Pedro a pesar de vivir rodeado de toda suerte de comodidades y de tener sus necesidades cubiertas, su empresa está pasando por un mal momento económico, y él aunque haya noches en las que no puede dormir a causa de las lógicas preocupaciones, un domingo por la tarde después del almuerzo en plena siesta sueña que camina por un terreno en el que al fondo del mismo hay una gran cruz. ¿Cómo puede ser ésto si Pedro no es nada religioso y no deja de ostentar que él es un hombre pragamático y un agnóstico? Con toda seguridad este sujeto no se ha percatado de que él al igual que sus congéneres ha sido educado en la cultura helénica y sobre todo judeo-cristiana que sublimina a la Cruz. De manera que Pedro en un instante de debilidad ante los problemas laborales haya exclamado para sus adentros: "¡Señor que cruz!" Sin embargo el símbolo  de la cruz no es tan malo como se piensa porque también indica un renacer; es decir que la empresa tiene posibilidades para superar la adversidad y volverá a lucir el sol.

Así y todo Pedro siente un vacío personal. Tiene la sensación de que nadie le comprende. Por eso otra noche sueña que va a una playa desierta y contempla el ancho mar. En realidad está buscando su razón de ser, puesto que se siente perdido en su vida afectiva, a través de su inconsciente colectivo, dado que la vida surgió del oceáno primordial. Por tanto este símbolo del agua, del mar es válido para cualquier raza humana

Otra noche Pedro sueña que visita un cementerio a ver la tumba de sus antepaados; y el gerente se asusta porque cree que aquello es un mal presagio; que le va a suceder alguna desgracia; que se va a morir y se despierta angustiado. Pero se equivoca por completo ya que el símbolo del cementerio le viene a sugerir que tiene que enterrar  los viejos recuerdos del pasado así como sus anquilosados prejuicios, y que trate de disfrutar del presente.

No obstante a Pedro la sensación de soledad no le abandona puesto que a decir verdad su familia apenas le hace caso. En consecuencia el gerente sueña que sus padres fallecidos hace unos años le vienen a ver; que se preocupan por él, y cuando despierta se pregunta si las almas de sus progenitores realmente lo han visitado. Y aunque parece que hay veces que esto puede ser posible, normalmente el sueño en cuestión se debe a una evocación nostálgica del soñante que idealiza a la familia y a la Época Dorada cuando él era más dichoso y no tenía ningun problema afectivo.

¡Pero que caray! Es que su esposa además de que casi siempre le regaña ahora ha engordado y ha dejado de gustarle. De ahí viene que Pedro una noche sueñe que va a un elegante local y conozca a una mujer estupenda; morena; de ojos grandes y rasgados y con un cuerpo sinuoso, de una  manifiesta sensualidad; pero sobre todo es muy simpática y complaciente; así que enseguida ella le da confianza, por lo que Pedro se la lleva a la cama. Claro está que esta fabulosa dama no existe. Se trata de un arquetipo que el mismo inconsciente del hombre ha elabrado para que éste tenga su válvula de escape. Pedro también sueña con "pan" pero de otra clase.

Como se ve, aunque los materialistas lo nieguen dado que muchos de ellos no perciben ningún significado en las cosas, los sueños generalmente son de tipo psiológico en los que asimismo subyacen nuestros más recónditos temores y ansiedades como bien especificó el psicoanalista austriaco Sigmund Freud el cual como vivió en la puritana época victoriana - de la reina Victoria de Inglaterra- en la que se reprimían las pulsiones psíqucas de la gente, creyó que la mayoría de las neurosis de sus pacientes tenían un origen sexual.

                                                                                    CONTINUA

                                                                  


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