Casi me descubre mi amiga, pero valió la pena arriesgarse #3

En ese momento y con el corazón a mil volvemos al living. Yo ya pensaba lo peor, que me recriminaría por lo que hice o hasta me pediría ver las fotos del celular. Sin embargo, con un ambiente algo incómodo, preparó unos mates y charlamos como si nada hubiese pasado.

Para concluir con la mentira le digo que mi amiga me respondió por mensaje y cuando consiguiera la plata me avisaría.

Realmente ya no pensaba en comprar sus bikinis. Además, con lo ocurrido todo se haría más turbio y evidente. Decido irme a mi casa, al llegar todavía estaba lejos de tranquilizarme, seguía nervioso por el suceso.

Todavía no creía que a pesar de eso mi amiga no hizo comentario alguno y todo siguió relativamente “normal”, pensaba mil cosas y que quizás lo estaba procesando para luego enojarse conmigo o algo peor.

Para olvidarme de todo voy a mi computadora y transfiero las fotos. Ahí las pude ver todas en detalle. La mejor imagen sin dudas, la de su culo con la tanga roja bien de frente, tampoco hace falta más detalles. ¿Qué creen que hice para terminar con el estrés de ese día? Le dedico una buena paja como ya es costumbre, otra vez de esas que salen con mucha presión, que rompe hasta el papel y escapa a borbotones.

Como se nota que cuando hay nuevo material mi pene lo sabe, y más por la cantidad eyaculada. Último mes del año y se viene nuevo maratón de leche con mi querida amiga.

Como dije al inicio de este relato, fueron muchas cosas las que ocurrieron en poco tiempo y en el próximo relato se viene un desenlace inesperado, que necesariamente quiero contar para sentirme mejor conmigo mismo.