Mariló

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Ahora, muchas chicas suben “watch” para calentar al personal. Muestran sus braguitas marcando la raja o se mueven con tangas como si estuvieran follando. Son atrevidas y pudorosas a la vez, te enseñan lo necesario para enervarte y mantenerte expectante, pero no se exceden porque juegan sólo a ponértela dura o saben que no está permitido que eleven el tono.

En casa de mi amigo Juanjo ando relajado porque me tienen afecto y yo socializo bien sus espacios hogareños. Soy un tipo de lo más prudente y respetuoso.

Como Juanjo está enzarzado con sus video juegos yo mato el tiempo en su casa andando de aquí para allá.

Mariló, su hermana, que tiene diecinueve años y un verdadero cuerpazo, está en una zona del jardín semi oculta. En mi deambular relajado me acerca hacia ella. Lo primero que veo es su móvil apoyado en el lado visible, es manifiesto que se está grabando. Pienso, no obstante, que será una de sus chiquilladas porque es muy infantil. Sigo con tranquilidad, pero con sigilo para no sorprenderla en una actitud ridícula, me cercioro casi sin asomarme y alcanzo a verla. Como podéis imaginaros por como llevo el relato me encuentro con la jovencita y su singular “watch”.

A tenor de lo que veo, lo propio en mí sería desandar el trayecto y, entrar de nuevo en casa uniéndome o haciendo compañía a mi amigo en sus odiseas lúdicas. Pero, la cosa no es tan fácil porque Mariló está de espalda y, por tanto, no me ve. Además, tiene un tanga minúsculo y muestra a cámara su culo desafiante. Como me es imposible dejar de mirar, sigo petrificado pero encantado.

Ella se mueve sensual y al hacerlo el minúsculo cordoncillo que cubre su anito se mueve y lo muestra a cámara en su integridad, noto como se apercibe de ello y hace un gesto para cubrirlo, pero reacciona rápida y en vez de cubrirlo, con el dedito separa aún más el cordoncillo dejándose grabar también su raja sonrosada. Se me coge un nudo en la barriga o quizás algo más abajo. Pienso que es consciente de que puede borrar y se permite concesiones. Confiada se da nueva licencia y mueve arriba y abajo los cachetes que abandonados lo hacen creando desigualdades y abriendo su rajita. Está realmente hermosa y deseable. La imaginación debe predisponerla porque se va acelerando en sus movimientos, creo que ha dejado de pensar en la grabación.

En este instante lo sensato sería salir disparado, alejarme y dejarla con sus juegos eróticos, pero sigo allí con los ojos fijos y la atención al máximo. Como ha perdido la contención va y se mete el dedito, se explaya y de una simple raja ya es un coño total. Se está enervando sola, a saber, de sus pensamientos. Incluso, se le está humedeciendo y le aparecen algunos brillos. Entonces juega con su dedito arriba y abajo. Lo hace despacio, dándose todo el tiempo. Estoy muy alterado y la polla me advierte que está constreñida.

Tomo conciencia de que yo no estoy como ella en zona oculta y con el volumen de mi bragueta y en una posición tan manifiesta de ensimismamiento a cualquiera le daría por pensar lo que está ocurriendo allí y de pronto me aterra la idea de ser sorprendido. Pienso en Rebeca, la madre, que, aun siendo una mujer comprensiva y amable, no dudaría en ponerme a parir por mi atrevimiento y por no respetar la intimidad de su hija.

Dando muestras de civismo y sensatez me doy la vuelta y retorno al interior de la vivienda, pero sigo tan desasosegado que en modo alguno deseo encontrarme con Juanjo. Creo, además, que lo leería en mi expresión.

Le sigo dando vueltas a la escena en mi cabeza y me siento muy excitado, me encantaría sacármela y sobármela como un mono.

Recuerdo que por un pasillo lateral puedo acceder a una habitación desde la que puedo volver a ver a Mariló sin riesgo de ser sorprendido y me lanzo de nuevo a la aventura. Una vez en la habitación compruebo que tengo a Mariló de lado y en oblicuo y necesito disfrutarla al completo. Busco y encuentro el sitio ideal en un cuarto de aseo contiguo para invitados. Subido en el wáter miro por la pequeña ventana y desde allí observo que Mariló se está masturbando con dos dedos metidos en la vagina y mirando ya a cámara con descaro. Está tan excitada que con la otra mano aprovecha su humedad desbordante para frotarse y al poco consigue un orgasmo que la hace estremecer con movimientos cortos y compulsivos. Esta con las piernas abiertas y lubricada para que la penetre con todas mis ganas. Nervioso libero mi polla y mientras la sobo con todas mis ganas me imagino que estoy entrado en su coño deseoso y acabo liberándome, soltando un chorro que se adhiere a los azulejos y cae lentamente mientras yo voy saliendo de mi atolondramiento.        


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