Mi hermana dormida

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¿Quien podría resistirse a no tocar y desnudar ese culito, sabiendo que tiene un sueño tan pesado que no se entera de nada?

 Yo no pude, y una noche que, por ciscustancias, tivimos que compartir la cama, cuando noté que estaba dormida por su respiración y los ronquidos, comencé a pasar mi mano, primero por encima de la ropa, y al no notar reacción, comencé a bajarle el pantalón poco a poco, muy despacio, hasta tener su culito desnudo a mi vista, ya que no usa ropa interior cuando está en casa.

 Masageaba sus nalgas, separándolas y dejando ver el asterisco de su ojete, jugando con mi dedo, incluso llegando a meterlo. Mi hermana seguía sin reaccionar, por lo que me bajé mi pijama y mis boxes y comencé a pasarle mi polla entre sus nalgas, haciéndome algo parecido a una cubana, apretandolas contra ella. A veces, le separaba las nalgas y le pasaba el glande por el ojete, casi introduciéndolo en su culo. Se movió y se colocó boca abajo. Esperé unos minutos y colocándome encima, volví a rozarle mi polla entre las nalgas y el ojete. Cuando noté que me iba a correr, le separé las nalgas inundandole la raja del culo con mi lechada. Fui al servicio por un poco de papel higiénico para limpiarla. Despues de limpiarla, le di un beso en cada nalga y antes de vestirla, metí mi mano entre sus piernas para jugar con su coño, metiéndole un dedo y hacer un pausado mete saca. Lo saqué de su coño, me lo llevé a la boca para chuparlo, le subí el pantalón y me ech´ñe a dormir.

En esta ocasión que estábamos solos y dormía en el sillón, le subí la falda hasta la cintura, descubriendo la parte baja del bañador, el cual aparté a un lado para descubrir su coñito, con una mata de pelos que solo cubría la parte de arriba, por lo que sus labios vaginales estaban al descubierto. Metí mi cabeza entre sus muslos y comencé a pasar mi lengua por los labios vaginales, de arriba a abajo y viceversa, hasta jugar unos segundos con sunclitoris. Soltó unos pequeños gemiditos, y dejé de comerle el coño por miedo a despertarla. Volví a recomponerle la ropa y esperando unos minutos y comprobando que seguía dormida, le bajé las tirantas del bañador, desnudando sus tetas y besar, lamer, chupar y mamar sus pezones duros. Despues de un rato, le subí las tirantas y me senté en el sofá a ver la tele-

 


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