La virginidad de Akira

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Soy una chica japonesa/mexicana que heredó las mejores cualidades de ambas naturalezas, soy de tez blanca, pero me bronceo fácilmente, mi pelo es negro, ojos cafés, facciones finas con ligero toque japonés, soy de cuerpo pequeño, pero bien proporcionado con pechos de tamaño mediano pero redondos y unas pompas no muy grandes pero redondas, con una figura estilizada delgada y fitness. Los hombres se fijan en mi pues además se arreglarme para resaltar mis atributos.

Terminé la universidad me mudé de ciudad y mantenía la esperanza de encontrar ese hombre que me haga vibrar de pies a cabeza. Pronto la vida me daría una sorpresa. 

Viajo constantemente por autobús a la ciudad donde viven mis papás, como siempre esperaba que el camión abandonara el andén y pidiendo que el pasajero de al lado fuera otra mujer o al menos un tipo agradable porque he tenido cada experiencia.

Mientras veía que ya cerraran la puerta del autobús, me percibí que se subía un muchacho que me atrajo, lo que no es común.

Por un momento desee que él fuera el pasajero del asiento de al lado mío, pero había muchos lugares vacíos en el camión, de hecho, yo estaba sola en la sección del autobús de doble piso, buscando su asiento hizo contacto visual conmigo y de una manera algo extraña pero muy decidida se dirigió directamente al asiento junto al mío, con una sonrisa seductora y un saludo, procedió a tomar el asiento.

Me saludo cortésmente, correspondí el saludo, intercambiamos nombres y comenzamos la plática ligera de siempre, poco a poco la plática se fue tornando en algo más interesante y me di cuenta de que era el tipo de hombre que me interesaba, atractivo física e intelectualmente, de maneras elegantes al hablar, de un sentido del humor sarcástico y elaborado. Sentí que era un sueño poder encontrarme a un chico así y solo con la casualidad de coincidir en un viaje de autobús. Llevamos más de 4 horas de viaje, que se pasaron en un momento de lo bien que me siento con él. Tuve que dejar nuestra conversación para ir al baño, en cuanto me paré del asiento hice todo lo posible para que él me viera completamente y pude darme cuenta de que sus ojos se perdieron recorriendo todo mi cuerpo por primera vez. En cuanto salí del baño inmediatamente le capté buscando verme nuevamente y él al darse cuenta de que lo vi, se sonrojo y me sonrió, lo cual me cautivó de una extraña manera.

Continuamos nuestra plática hasta un momento en que ambos abatidos por el cansancio decidimos tomar una pequeña siesta en lo que restaba del viaje. Por supuesto para este punto ya habíamos intercambiado teléfonos y confirmado que podíamos mantenernos en contacto.

Empecé a dormitar y a soñar con las siguientes veces que nos veríamos y a donde iríamos en nuestras siguientes salidas, lo excitante que sería seguirnos conociendo y encontrar que somos interesantes el uno para el otro, abría mis ojos un poco de vez en vez para ver si el seguía a mi lado, y en una de esas quedamos frente a frente y el parecía dormir profunda y tranquilamente así que yo sin más, me fui sumiendo en un sueño tranquilo también. 

 Repentinamente sentí unos labios tocando los míos, unos labios suaves y templados, sin pensarlo me entregué al beso. Nos besamos por un tiempo hasta que el suavemente se retiró y viéndome a los ojos con esa sonrisa y su sonrojo me pidió una disculpa, - lo siento, de verás lo siento, no debí propasarme de esa manera, fue una total falta de respeto. Yo inmediatamente le dije que no había problema que también yo había continuado con el beso y que me había gustado mucho. Me acerqué y lo comencé a besar, nos disfrutamos mucho, parábamos un poco para tomar aire y nos seguimos devorando cada vez con más deseo, comenzamos a explorar nuestros cuerpos, las caricias se volvieron más atrevidas.

En una pequeña pause me cercioré de que no hubiera pasajeros en el área cercana, estábamos en el piso bajo del autobús y estábamos completamente solos y aislados de cualquier otro pasajero.

En la siguiente sesión de besos me puse atrevida y me senté a horcajadas, para estar mas cómodos. El aprovechó la nueva comodidad para explorarme de pies a cabeza, me encantaba como acariciaba todo mi cuerpo al que ahora tenía total acceso, en mi excitación deje de besarlo y me enderecé para que pudiera besar mis pechos, mis pezones ya completamente erectos me deleitaban con un gran placer cuando sus labios los tocaban y rozaban. Aprovechando que estaba yo totalmente entregada a sus deseos, sus manos se deslizaron dentro de mis leggins y mi bikini por las pompas deleitándose hasta que sus dedos encontraron mis labios, me percibí de lo mojado que estaba por la deliciosa sensación de sus dedos tocando mi clítoris y deslizándose suavemente en mis labios, todo mi cuerpo estaba en completo éxtasis saturado de todas las sensaciones, sus labios devorando mis pechos sus dedos regalándome inmenso placer en mi sexo. No me reconocía, perdida en mi propia excitación dejando que este chico recién conocido, me estuviera conociendo tan íntimamente, pero la recompensa de tanta pasión me nublada el juicio completamente. Cuando llegué a mí primer orgasmo, mi cuerpo se estremeció de tal manera y puedo jurar que morí por unos segundos sin saber de mí. 

En un instante todo se detuvo, pero yo sabía que deseaba más, sin pensarlo me paré y comencé a quitarle los pantalones, ya sabía yo lo que iba a encontrar pues subida en él había podido sentir su erección, me deshice de mis leggins y mi ropa interior y volví a saltar sobre él, mi humedad era tal que podía sentirla resbalar por mis muslos, así que con una mano dirigí su pene a mi vulva y suavemente me fui deslizando hasta que su pene entero estaba dentro de mí, me estremecí y vibre al sentirlo completamente dentro de mí, en la culminación de esa travesía de dejarlo penetrarme y de poseerlo, un par de subidas y bajadas lentamente y pude sentir que la excitación lo había rebasado y se venía junto con un gemido de tanta pasión, completamente en mí, lo dejé venirse mientras nos besábamos con pasión. 

Por supuesto que yo no estaba satisfecha y comencé nuevamente a moverme para deleitarme con la penetración, sus besos, sus caricias, dejaba que mi cuerpo en total locura buscara la manera de extasiarse con la experiencia, nuestras manos se encontraron y en unísono con un orgasmo mío y de él, las manos apretadas nos hacían sentir que en ese momento éramos solo uno y nos entregamos al éxtasis que nos brindábamos.

Terminando nuestra sesión de pasión nos vestimos y acurrucados dormimos placenteramente hasta llegar a nuestro destino.

El caballerosamente se ofreció a acompañarme hasta casa de mis papás, durante el trayecto las caricias y los besos no faltaron, cuando finalmente estábamos en la puerta de la casa y nos despedíamos, mi mamá abrió la puerta y lo presenté como un amigo, mientras él y yo cruzábamos la mirada y compartíamos una risa cómplice.


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