El hijo de mi mejor amiga duerme en casa

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
5988 visitas

Marcar como relato favorito

Cuando me sonó el celular con una llamada , realmente me asusté mucho y pensé en lo peor, ya que eran casi las cinco de la mañana y esa hora no es habitual que me hablen. Era una noche fresca y yo me había acostado muy tarde por quedarme viendo una serie en la televisión.

Pensé en no responder , pero también pensé que podría ser una llamada importante, una emergencia.

Desde que me separé de mi marido, hace ya siete años, me hice muy independiente y dueña de mi tiempo y de mi espacio. Disfruto mucho de mi soledad. El hecho de no haber tenido hijos me liberó de cualquier obligación con otras personas. Mi vida transcurría rutinaria pero me gustaba. Era la vida común de una cincuentona, empleada en una oficina del gobierno y que por las tardes iba al gimnasio a hacer pilates y encontrarme con algunas amigas.

Pero volviendo a esa misteriosa llamada, y para no salirme del tema, finalmente decidí responder

 

- ¿ Hola ?

- Hola !!! Soy Mariano. Te pido mil disculpas por la hora en que te llamo.

- Ah !!! Hola Mariano...pasó algo ? Estás bien ?

- No, no. No te preocupes. Te hablo por lo siguiente...me vine al centro con unos amigos a tomar algo y sinceramente me excedí un poquito con el alcohol y no quiero llegar a casa en este estado. Vos ya sabés que mis viejos se enojan mucho. Ahora estoy a unas pocas cuadras de tu departamento y me preguntaba si podría ir a dormir ahí y mañana temprano me voy a casa. No quiero molestar.

 

Mariano es el hijo mayor de una de mis mejores amigas. Les cuento un poco de él. Tiene 22 años y hace poco dejó la facultad, porque no le gusta estudiar. Muchas veces tuvo grandes discusiones con sus padres por ese estilo de vida que lleva. No estudia, no trabaja y es frecuente que se pase con los tragos. A pesar de todo, él me cae muy bien ya que es muy simpático y divertido. Sabe que muchas veces me puse de su lado, y quizá fue por éso que se atrevió a llamarme a esa hora.

Él es alto, moreno, más bien delgado, de ojos color café y cabello muy negro, lacio y algo largo.

- Eh, Marianito...la verdad que tu llamada me toma de sorpresa, pero sí , dale, no hay problema. Te espero

 

Rápidamente corrí a ponerme una blusa y un short, ya que acostumbro dormir sólo con mi calzón.

A los pocos minutos sonó el portero eléctrico. Era él. Realmente estaba muy borracho. Llegó con la camisa en la mano y tambaleaba al caminar. Yo le había preparado un colchón al lado de mi cama pero Mariano fue directo y se tiró en mi cama. Fue prácticamente caer y quedarse profundamente dormido. No sé cómo hizo para llegar a mi departamento.

Intenté bajarlo a su colchón pero me fue imposible. No me daban mis fuerzas y me dí por vencida. Y bueno, que duerma en la cama !!!. Después de todo es grande y cabemos los dos. A duras penas lo pude empujar para su lado y con mucho trabajo le quité sus zapatillas y medias. Sólo quedó con su pantalón de jean. Ví que el mismo era de esos pantalones que se usan ahora, de ésos muy pegados al cuerpo. Pensé en sacarle también su pantalón para que duerma cómodo, pero no me atrevía a quitárselo por temor a que despierte y piense mal. Finalmente tomé coraje y decidí, con mucho cuidado , desprender el botón. Mariano dormía profundamente y hasta roncaba. Ni se enteraba lo que yo hacía, así que con algo de vergüenza fui bajando el cierre de su vaquero y con mucho esfuerzo y sin ninguna colaboración suya , debido a su estado, pude por fin sacárselo.

Se quedó sólo con unos boxer blancos y dormido boca arriba. Intenté ponerlo de costado pero no pude.

Finalmente decidí acostarme y tratar de dormir un rato. Apagué la luz pero la habitación no quedó a oscuras, ya que por la ventana entreabierta se filtraban las primeras luces del nuevo día.

No podía dormir, sabiendo que el hijo de mi mejor amiga estaba en mi cama. Fue inevitable que al bajarle el pantalón me fije en su bulto, y en éso me quedé pensando. Traté de alejar esos malos pensamientos ...pero no pude.

Finalmente me dí vuelta hacia él y me quedé mirándolo de arriba a abajo. Jamás lo había visto así...casi desnudo y tan cerca mío.

Su pecho era normal y tenía pocos vellos. El bulto que se dejaba ver a través de su calzoncillo, se veía normal, pero muchos vellos negros llegaban hasta su ombligo. No voy a negar que de a poco me fui excitando y decidí dar un paso más. Con la excusa de taparlo con la sábana, rocé su bulto. Me quedé esperando su reacción, muy nerviosa, pero él no estaba en condiciones de reaccionar a ningún estímulo. Decidí seguir. Llevé mi mano hasta su abdomen y metía un dedo en su ombligo y un poco más abajo, acariciando esos vellos que me indicaban el camino a seguir. Al principio, tímidamente y muy despacio, empecé a tocar su pene por encima de su calzoncillo, tratando de imaginar cómo sería. Al no ver ningún tipo de reacción en Mariano, metí mi mano y lo pude sentir en vivo y en directo. Era de tamaño mediano, hasta quizás un poco chico, pero claro, hay que tener en cuenta que lo tenía flácido. Lo acariciaba y poco a poco le subía y bajaba su piel. Nunca le había hecho la paja a un pene dormido, pero fue excitante. Poco a poco lo fui pajeando cada vez más rápido y al mismo tiempo acariciaba sus testículos. Bajé su ropa interior para poder verlo de cerca y me gustó lo que veía. Por propia reacción de su cuerpo, había alcanzado una muy frágil erección. Acerqué mi rostro para sentir su aroma . A pesar de haber llegado todo sudado, su pene olía muy bien...a hombre. Ya jugada al todo por el todo, lo empecé a chupar, siempre atenta a cualquier reacción de Mariano. Ese pedazo de carne entraba perfectamente en mi boca y también chupé sus bolas. El líquido pre seminal comenzó a salir y con gusto le pasé la lengua , pero por su estado de borrachera, iba a ser imposible hacerlo acabar. No sé cuánto tiempo estuve así , hasta que de pronto Mariano hizo como un quejido y se puso de lado en la cama. Yo me asusté mucho y me fui para mi lado, de espaldas a él, y me hice la dormida, mientras estaba atenta a sus movimientos. Pero nada... siguió roncando muy profundamente. Alivio !!!

Acomodé su calzoncillo , lo tapé con la sábana , y me fui a bañar. Aquí no ha pasado nada !!!

Luego de esa noche, lo ví muchas veces en reuniones con amigas y jamás me hizo el mínimo comentario de nada, por lo que me quedé tranquila. Jamás supo lo que pasó.

Durante mucho tiempo me duró el cargo de conciencia. Hice bien ?? Hice mal ?? No sé, pero no me arrepiento...lo pasé genial !!! ;)


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed