Te entrego mi virginidad pero.....
Por lufemo
Enviado el 23/12/2024, clasificado en Adultos / eróticos
4249 visitas
Por fin llegaba el viernes, nuestro día favorito. Mi esposo y yo no trabajamos ni sábados ni domingos, lo que nos permite quedarnos en la cama hasta más tarde. Mis obligaciones como secretaria en un estudio de abogados, terminaban el viernes. Mi esposo, también trabaja de lunes a viernes.
Ese viernes nos quedamos hasta muy tarde viendo una serie erótica que terminó como a las cinco de la mañana. Luego nos fuimos a dormir. Fernando siempre duerme más que yo, y ese sábado a la mañana no era la excepción. Eran casi las nueve y él seguía dormido. Nuestra habitación transmitía un ambiente ideal, porque a pesar de ser verano, el aire acondicionado la mantenía bastante fresca y las ventanas totalmente cerradas no permitían el ingreso de la luz del nuevo día. Yo me quedé pensando en algunas escenas de la película y la verdad que estaba algo excitada. En lo que respecta al sexo, puedo decir que las únicas experiencias que tengo son con mi esposo, ya que él fue mi primer y único hombre en mi vida. Me casé a los 20 años. Entonces puedo decir que lo que sé, fue gracias a Fernando. Me gusta complacerlo en casi todo lo que me pide. A veces jugamos con fantasías como por ejemplo imaginar que estamos con alguna amiga mía o con uno de sus amigos. Incluso incorporamos uno que otro juguete. Me gusta su pene y disfruto chuparlo y hacerle la paja. Me gusta hacerlo acabar en su panza, o que lo haga en mis tetas. A veces me lo mete por la cola, algo que al principio no disfrutaba tanto pero ahora sí. No existe la inhibición en la intimidad. Él único límite que yo puse es que nunca me acabe en la boca. Es algo más fuerte que yo, no me gusta. Lo máximo que hago es pasar mi lengua por su líquido pre seminal. No tiene sabor alguno. Actualmente tengo 43 años y él, 48. Soy una mujer promedio, ni linda ni fea. Alta, delgada, muy blanca, algunas pecas en la cara y pecho, cabello castaño largo. Creo que mi cola es lo único atractivo jaja, ya que es redondita y algo parada. Mis tetas son mi complejo ya que son muy pequeñas, lo mismo que los pezones, pequeños y muy claros. Trato de estar siempre arreglada y perfumada. La higiene es mi obsesión. Mi vagina está siempre depilada. Lo hago desde los 17 años. Trato que también esté siempre perfumada.
Fernando también es alto, algo rellenito, y con muchos vellos en pecho y brazos. Su pene es mediano y algo grueso. Cuando se para es recto, rosado y con venas marcadas. Sus huevos son acordes al tamaño.
Pero volviendo a la mañana del sábado, decidí tomar la iniciativa y quité la sábana que cubría a Fernando. Él acostumbra dormir desnudo y pude ver su pene en total estado de flacidez, pero muy apetecible. Me fui deslizando hacia abajo y sin siquiera tocarlo con la mano, directamente lo empecé a lamer. Por supuesto, mi esposo despertó y con una amplia sonrisa me dijo :
- “Eh chiquita, amaneciste golosa. Es todo tuyo !!!”
Su verga ya estaba erecta, muy dura y su piel, tersa y caliente. Me lo metí a la boca y lo empecé a chupar. Pasé mi lengua por su glande disfrutando esas gotitas que tímidamente asomaban. Lo chupaba con un movimiento que asemejaba hacerle la paja con la boca. Yo sabía que éso lo volvía loco. Mientras hacía ésto, jugaba con mis manos en sus huevos y también los chupaba. Fernando abrió las piernas, abriendo las puertas del paraíso, para que yo lo pueda disfrutar. Me puedo pasar horas chupándole la verga y los huevos. Mientras chupaba los huevos, pasaba mi dedo por su ano y luego de lubricarlo con mi saliva, se lo fui metiendo despacito. Ya lo había hecho en otras ocasiones y sé que le gusta que le meta la punta de mi dedo. Al mismo tiempo lamía su ano, tratando de meter mi lengua. Fernando emitía pequeños gemidos de placer, lo que me fue animando a más.
Estaba muy excitada y disimuladamente saqué del cajón de mi mesita de noche, el consolador anal que tantas veces Fernando metió en mi cola, lo lubriqué y se lo fui acercando a su agujerito. Primero no se dió cuenta que ya no era mi dedo, ya que estaba con los ojos cerrados, disfrutando el placer que yo le daba, pero de pronto reaccionó y casi saltó de la cama…
_ “ Pará...pará...qué estás haciendo ?? éso ya no !!! No soy gay”
Yo estaba realmente muy caliente y dispuesta a negociar lo que sea con tal de quedarme con su virginidad anal.
_ “ Dale, por favor !!! Sólo estamos vos y yo. Nadie se va a enterar. Por favor dame con el gusto. Si vos me dejás que lo haga, yo te hago lo que vos quieras después”
Un poco a regañadientes, al fin accedió y se volvió a acostar , boca arriba y elevó sus piernas cual si fuese mujer en el parto jeje. Fui acercando a su ano el consolador lubricado y muy de a poquito lo fui introduciendo. El consolador es delgado, de 3 cms de ancho, algo largo y parece piel de verdad al tacto. Aunque no lo quería reconocer, me dí cuenta que Fernando lo estaba disfrutando, ya que de a poco fue aflojando los músculos y lo pude meter un poco más. Mientras lo metía en su cola, le chupaba su verga, que estaba dura como nunca antes la había sentido. Finalmente y sin mucho esfuerzo, pude meterle todo el consolador e iba metiendo y sacando…
- “Viste que no es tan feo ? Yo sabía que te iba a gustar”
_ “ Hmmm no sé. Es algo muy raro. Pero bueno, yo cumplí. Ahora es tu turno. Me dijiste que ibas a hacer lo que yo quiera. Quiero que me lo chupes hasta hacerme acabar y te tragues toda mi leche”
_ “ Ay noooo, por favor !!! Cualquier cosa menos éso…!!!”
Pero no hubo manera de convencerlo y en cierta manera tenía razón porque él me había entregado su virginidad y yo ahora debía cumplir mi parte. Con algo de recelo lo empecé a chupar, sabiendo cuál iba a ser el inevitable final. Fernando puso su mano en mi cabeza para guiar los movimientos cada vez más rápidos. No pasó mucho tiempo hasta que sentí que su pene estaba a punto de explotar y empecé a sentir los chorros de leche que inundaban mi boca. Mi primera reacción fue de escupir ya que no me gustaba el sabor, pero debía cumplir mi promesa. Cuando terminé de recibir todo, abrí grande la boca y le mostré a Fernando, como prueba y finalmente lo tragué. No fue algo muy agradable pero luego de tragar y aún con restos de su leche, le dí un beso en la boca para que sienta su sabor. Me dijo que no le daba asco porque era suyo y me dió un apasionado beso de lengua abarcando toda mi boca.
Y así fue el comienzo de algo que luego fuimos haciendo con mayor frecuencia y ahora hasta lo saboreo.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales